The Killing (Segunda Temporada) (2012)
Tras 26 capítulos y más de 17 horas de intenso metraje, el misterio del asesinato de la joven Rosie Larsen ha sido resuelto. «The Killing», la versión estadounidense llevada a cabo por la cadena de cable AMC sobre la serie original danesa Forbrydelsen, nos ha conducido durante estos dos años por los vericuetos de una exhaustiva investigación policial con un amplio abanico de sospechosos imbricados por tramas políticas, dramas familiares y secretos inconfesables, que han ido siendo planteados al espectador a partir de un ritmo pausado aunque implacable, y una atmósfera decadente con la lluviosa ciudad de Seattle como escenario de excepción. Y al fin, después de innumerables dudas y conjeturas en torno a quién fue el asesino de la chica, ya podemos asegurar que conocemos la verdad del caso que ha mantenido en vilo a millones de espectadores a lo largo del mundo.
La espera, sin embargo, ha sido larga. Tras cosechar un notorio éxito de crítica y público en el estreno de su primera temporada, la serie conducida por Veena Sud estuvo a punto de precipitarse al abismo tras un final que sólo consiguió incrementar la incertidumbre de su público, el cual se sintió defraudado por tener que esperar un año más para conocer la identidad del asesino en una prolongación artificial de la historia. De hecho, la serie danesa en la que se basa The Killing resolvió el misterio en su primera tanda de capítulos, por lo que se acusó a los responsables de la producción de AMC de aprovechar comercialmente el interés despertado por la trama.
Así pues, esta segunda temporada arrancó en el punto culminante de tensión en el que nos dejó su predecesora, con la detective Linden cancelando su otras tantas veces aplazado traslado a Tacoma tras descubrir que las fotos que inculpaban al concejal Richmond habían sido manipuladas, mientras que este era disparado por el amigo de la familia Larsen en un acto desesperado de venganza. Con otros trece capítulos por delante, era una consecuencia obvia que el ritmo volvería a decrecer en una vuelta a empezar en la investigación del asesinato. Sin embargo, el escenario era muy diferente; las trabas impuestas para obstaculizar el trabajo de ambos detectives (una vez que Holder volviese a ganar la confianza de su compañera en un eje argumental resuelto de forma artificiosa), hacían sospechar de las implicaciones que el caso tenía en las altas esferas de las política municipal y, en concreto, en las relaciones entabladas con la jefa india que regentaba el Casino adonde se dirigían todas las pistas.
Lo cierto es que sería una falsedad negar el talento de los guionistas de The Killing para mantener la tensión en todos y cada uno de los capítulos de esta nueva temporada, especialmente cuando la intrigante música del final comenzaba a escucharse alertando de que algo totalmente inesperado iba a ocurrir. Aunque es igualmente evidente que, desde el comienzo de la serie, han sido tantos los sospechosos que han desfilado por nuestras mentes de ocasionales detectives que, en cierto modo, la sensación de haber sido manipulados conscientemente no puede reprimirse. Ahora bien, ésta ha sido tan sutil que apenas nos hemos percatado a medida que transcurrían los episodios, marcados por la sobriedad e intriga que caracterizan a la serie.
En esta segunda entrega, además, se ha mantenido la estructura basada en tres grandes hilos argumentales; por un lado, los progresos de la investigación policial encabezada por Linden y Holder, quienes en esta ocasión serán llevados hasta el límite de sus fuerzas en todos los sentidos; las luces y sombras del relanzamiento de Richmond en su carrera a la alcaldía (tras una milagrosa recuperación); y el drama de la familia Larsen en su lucha diaria por recobrar la normalidad, aún más difícil con la ausencia de Mitch. Sin embargo, si bien los dos primeros ejes se aproximan cada vez más a medida que la trama avanza, el tercero comienza a carecer de sentido en cuanto la investigación se aleja del ámbito familiar de Rosie. Es decir, si en la primera temporada arrancamos con las sospechas en torno al ex novio de la chica, a su profesor e incluso a Belko, en esta segunda entrega ya no hay nada que vincule su asesinato con su círculo próximo.
SPOILERS Por ello hablábamos anteriormente de la manipulación de los guionistas de la serie, los cuales nos hicieron creer que Rosie tenía un papel fundamental en su trágico destino cuando finalmente resultó ser la víctima colateral de una conspiración a tres bandas entre Jamie, Michael Ames y la jefa Jackson para favorecer la candidatura de Richmond. Es a partir de este punto cuando comienzan a surgir las dudas acerca del esperado final, que en cierta medida defrauda en forma y fondo. La muerte de Jamie a disparo de Holder tras confesar lo que le hizo a Rosie está narrada con evidente torpeza y carece de ese impacto que todos esperábamos, quizás por las expectativas alimentadas durante tantos episodios. La segunda parte del desenlace, sin embargo, sí que cuenta con grandes dosis de tensión al descubrir el secreto de Terri, aunque no podemos dejar de preguntarnos por qué no llegó a pensar que la chica que había en el maletero era su sobrina, o cómo pudo aguantar tanto tiempo su delito sin derrumbarse FIN SPOILER
Evidentemente, todos los finales de series a las que hemos dedicado tantas horas de nuestras vidas están sometidos a una valoración crítica, más aún cuando quedan algunas dudas por resolver. No obstante, «The Killing» ha conseguido mantener un nivel de calidad aceptable durante su segunda temporada, en cierto modo lastrada por una prolongación quizás innecesaria de la trama, a partir de los mismos ingredientes que hicieron de la primera uno de los mejores estrenos de la parrilla estadounidense. Ahora sólo queda saber si la tercera temporada, aún no confirmada, logrará mantener el interés de sus espectadores (que ya se han visto reducidos en esta segunda entrega) con un nuevo caso que quizás pueda seguir los enredos de la clase política de Seattle.
Jesús Benabat