Los Tudor (The Tudors) (2007-2010)
Michael Hirst se encontraba sentado en uno de los sillones de sky que decoraban, con evidente mal gusto, la antesala del despacho de uno de los productores de Showtime. Esa misma mañana había recibido un e-mail confirmándole la cita que había estado esperando en los últimos meses. La secretaria le miraba con una expresión, mezcla de indiferencia y compasión. Eran muchos los que se sentaban en ese sillón, plenos de confianza y felicidad, dispuestos a comerse el mundo. Diez minutos después, esos mismos tipos, salían con la cabeza gacha, sumidos en sus propios pensamientos, intentando comprender qué es lo que habían hecho mal. No todos se lo tomaban con esa filosofía; los había que escapaban del despacho dando un portazo, echando pestes y poniendo a parir a la productora, al ejecutivo que había rechazado su proyecto e incluso a la silenciosa y eficiente secretaria, porque mientras esperaba a ser recibido no le había ofrecido ni un vaso de agua.
Michael no sabía cómo iba a reaccionar. Había ensayado su discurso infinidad de veces. Tampoco era un novato en estas lides, ya que había escrito dos películas de relativo éxito (“Elizabeth” (1998) y “Elizabeth:The Golden Age” (2007) , ambas dirigidas por Shekhar Kapur y protagonizadas por Cate Blanchet).
La puerta del despacho se abrió y por ella apareció un tipo peculiar, bajito, rechoncho y calvo; el ejecutivo parecía moverse a cámara rápida. Saludó efusivamente a Michael. Tenía muy buenas referencias de él y quería agradarle en primera instancia. Estaba expectante, no sabía que le podía ofrecer. Ya sentía la excitante sensación que le embargaba siempre que un creador aparecía por su despacho con un proyecto entre las manos; le producía un cosquilleo en el estómago. Nada que no se pudiera arreglar con un buen vaso de bourbon.
-Muy bien, Michael, vayamos al grano. He quedado para comer y hoy no tengo un buen día. Me ha llamado mi ex–mujer y quiere más dinero por el divorcio. Espero que lo que pongas encima de la mesa me reporte muchas ganancias, porque las voy a necesitar.
– Te lo diré en pocas palabras. Quiero hacer una serie de tv, ambientada en la Inglaterra del Siglo XVI, centrándome en la vida y los romances del Rey Enrique VIII, conocido por ser un inteligente, culto, iracundo, poderoso y despiadado monarca inglés. Ah!!!, se me olvidaba, también se dedicaba a decapitar gente y provocar guerras, en función del estado de ánimo en el que se encontrara. La producción tendrá grandes batallas, decorados magníficos y un extenso vestuario de época. Pero no quiero hacer el típico drama costumbrista tipo Merchant-Ivory, no sé si me entiendes. Eso NO es lo que busco. Quiero un producto dirigido a otro tipo de público, más joven. Intriga, ambición, pasión y sexo ES lo que quiero darles.
-Parece interesante, ¿ya has pensado quién va a ser el protagonista?. Te lo digo porque, si no recuerdo mal, el rey Enrique VIII era un tipo gordo y poco agraciado. No sé si sería conveniente ser tan fiel a la realidad o hasta que punto ese público joven al que quieres dirigirte lo aceptaría.
-Lo sé. Tengo muy claro que me he permitido varias licencias históricas. No me importan los puristas apasionados de la historia, que quieren que todo se haga tal y como sucedió en realidad. Eso no vende hoy en día en televisión. Así que he pensado en un joven actor irlandés, de una llamativa belleza. A las jovencitas les gusta mucho. Se llama Jonathan Rhys Meyers (Alejandro Magno, Elvis, Match Point). Creo que tiene condiciones para encarnar al protagonista.
-Pues yo tengo mis dudas en cuanto a sus dotes como actor, pero si tú lo crees conveniente, no pondré ninguna pega. Por cierto, ¿ese Enrique VIII no es el que se casó tantas veces?-preguntó.
-Sí, concretamente seis. Y ya he pensado en las actrices que encarnarán a sus mujeres. He utilizado el mismo criterio que con Rhys Meyers, así que tengo en la lista un ramillete de mujeres maravillosas. Una reina tiene que tener mucha presencia y las mujeres de Enrique tenían mucho carisma. No solo actuarán como meras comparsas, sino que en ciertos momentos le robarán el protagonismo al propio Rey. He escogido actrices muy solventes; algunas, veteranas de la escena, como Joely Richardson (Catherine Parr) o Maria Doyle Kennedy (Catalina de Aragón), y otras, jóvenes con mucha proyección como Natalie Dormer (Ana Bolena), Joss Stone (Anne de Cleves), Tamzin Merchant (Catherine Howard) y Annabelle Wallis (Jane Seymour).
-Veo que lo tienes todo muy claro. Y por eso también voy a ser bastante claro contigo. Creo que es una apuesta arriesgada y ya te he mostrado mis dudas con respecto al actor protagonista. Tal vez si lo rodeamos de buenos actores secundarios podemos llegar a buen puerto. Actualmente existe un hambre voraz por parte de los consumidores de series de tv. Son auténticos caníbales. Estamos viviendo una época interesante en cuanto a proyectos. La gente quiere quedarse en casa disfrutando de un buen producto y nosotros tenemos que dárselo. Me gusta el tuyo, así que deja que hable con mi socio y espera nuestra llamada.
Michael respiró aliviado; todo el tiempo y el esfuerzo que había dedicado no habían caído en saco roto. Conocía suficientemente bien a los productores como para saber que a éste le había enganchado en cuanto pronunció las palabras sexo y ambición.
Todo había terminado felizmente, cogería un taxi y se pasaría por su restaurante favorito a celebrar que todavía tenía trabajo.’
Así es como me imagino que tuvo que pasarlo el pobre Michael Hirst (creador de la serie) cuando estaba intentando vender su trabajo. Yo no le hubiera puesto muchas pegas, si fuera productor. Me encanta todo lo que huele a historia. El ambiente, el vestuario, la música…
A pesar de ser un tío muy metódico y analítico, ya hace tiempo que me acomodo delante del televisor únicamente por el placer de disfrutar de lo que me están ofreciendo. El rigor histórico no es algo que me afecte; que el protagonista no se parezca en nada al rey Enrique original, ¡qué más da!. Estoy seguro de que a las millones de fans de Rhys Meyers no les importa nada el rigor histórico. Aquí ha quedado bastante claro qué es lo que buscan: intriga, ambición, pasión y sexo. Parecía una apuesta arriesgada, pero el tiempo les ha dado la razón.
Los Tudor es una de las apuestas fuertes de la cadena Showtime. En un primer momento, decidieron que la serie constara de seis temporadas, tantas como mujeres tuvo Enrique en su vida. Pero, debido a sus excelentes decorados, grandes batallas y extenso vestuario, que elevaron considerablemente su coste, redujeron la producción a cuatro temporadas. No es ni mucho ni poco, la verdad es que no me hubiera importado que continuaran.
Podría parecer que la vida en la corte era aburrida, pero nada más lejos de la realidad. Gracias a Los Tudor nos enteramos de todos los tejemanejes que se cuecen tras las lujosas cortinas de los palacios ingleses. No sólo asistimos a los devaneos amorosos del caprichoso Rey, sino que también podemos comprobar cómo gestionaban las relaciones diplomáticas en la corte de Inglaterra; en este caso, teniendo como protagonistas a los embajadores de España y Francia, enemigos declarados, cuyas relaciones a largo de los años tuvieron altibajos en función del estado de ánimo del Rey Enrique VIII.
Los amantes de las escenas de bailes de salón, estarán de enhorabuena, pues la serie está plagada de ellas. Y no sólo sirven para entretener o estirar el metraje sin avanzar en la historia, sino que mientras los cortesanos bailan, el salón se convierte en un hervidero de intrigas políticas. He disfrutado mucho observando lo hipócrita que puede llegar a convertirse el ser humano. Claro que, si lo analizas fríamente, esto mismo sucede en todas las oficinas de España día tras día.
Los productores de la serie no han escatimado medios para mostrarnos, con gran realismo, múltiples escenas de batallas (observar el asedio a un castillo francés en la última temporada), así como para deleitarnos con las ejecuciones que, a lo largo de los años de reinado del rey Enrique, salpicaron de rojo las calles de Londres. Ana Bolena, acusada de adulterio, dio fe de ello, así como Tomás Moro, hombre de confianza de Enrique VIII, cuyas devociones cristianas le hicieron alejarse del Rey. Ambos fueron decapitados públicamente. Es en estas escenas cuando te das cuenta de lo frágil que puede llegar a ser el alma humana; quién algo quiere algo le cuesta, si no quieres caldo toma dos tazas. Tú eres el único responsable de tus actos; claro que si tus actos van en contra de un rey, atente a las consecuencias.
Me han sorprendido gratamente Natalie Dormer que interpreta a la joven libertina Ana Bolena y Sarah Bolger que interpreta a Mary Tudor, una de las hijas del rey Enrique VIII. Son las dos caras de la moneda de la serie. El Ying y el Yang. Dormer es la lujuria personificada, el mal en todos sus actos; Bolger es la paz espiritual, la serenidad y el saber estar, la hija perfecta. Lástima que a lo largo de los años, la frenética actividad de la corte inglesa y la cabezonería de su padre en todos los temas religiosos le pasara factura.
Los productores, actores, directores y guionistas son parte importante para que un proyecto de tv tenga éxito, pero en una serie como ésta, de género histórico, existen un par de creadores que, para mí, tienen la misma importancia, sino más. Son los grandes olvidados por el gran público. Menos mal que todavía hay gente que se preocupa por ellos y le dan la importancia que se merecen. Siempre y cuando las circunstancias me lo permitan emitiré un breve juicio sobre estos grandes olvidados. Son el diseño de Vestuario y la producción Musical de The Tudors.
El diseño de vestuario corre a cargo de Joan Bergin (Mi pie Izquierdo, En el nombre del padre, David Copperfield, The Prestige,…), diseñadora irlandesa, ganadora de multitud de premios a lo largo de su prolífica carrera (Emmy´s, Irish Film and Televisión Awards).
Explica Joan Bergin que la intención del equipo de vestuario era que el Rey Enrique vistiera muy moderno para su época, usando muchos trajes de cuero que estilizaran la figura de Jonathan Rhys Meyers. Todos los trajes que han diseñado han sido creados exclusivamente para la serie, documentándose con dibujos y pinturas de la época, adaptándolos también para darles ese toque de modernidad necesario para que los espectadores disfruten de un vestuario espectacular. Como no, los diseños más elaborados corresponden a los de las mujeres de Enrique VIII, creando líneas de diseño exclusivo para cada una de ellas.
Trevor Morris es el compositor de la banda sonora de The Tudors. Es un compositor canadiense que a la tierna edad de 13 años escribió su primera obra. Es bastante prolífico y se le ha podido escuchar en algunas películas de los últimos años (Los Piratas del Caribe, Transformers, La isla); también oiremos sus partituras en una de las series que van a venir próximamente y que más expectación está levantando (Los Pilares de la Tierra). El tema principal de los Tudor es, posiblemente, de lo mejor que se ha hecho en años. Tiene tanta fuerza que caes rendido a sus pies en cuanto lo escuchas. La banda sonora encaja perfectamente con la historia. A medida que van cayendo las temporadas, la música de la serie se va oscureciendo en consonancia con el tono oscuro hacia dónde se dirige la trama.
Aquí os dejo la música de los créditos iniciales de la serie.
Curiosidades
El retrato de Enrique VIII pintado por Hans Holbein se puede visitar en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.
De todos los actores que interpretan a españoles en la serie, ninguno es español de nacimiento.
Mary Tudor llegó a ser tan apasionada con la defensa del catolicismo que se la conocía como “Bloody Mary”, la sangrienta Mary. ¿ Vendrá de aquí el nombre de la bebida?.
El gran Max Von Sydow hace un breve papel como el Cardenal Von Waldburg, crítico adversario de Enrique VIII y la Reforma Inglesa.
Gabrielle Anwar(Esencia de Mujer) hace un breve papel como la Princesa Margaret Turdor, hermana del Rey Enrique VIII.
Sam Neill (Parque Jurásico) como el Cardenal Wollsey, Jeremy Northam (Gosford Park) como Tomás Moro y Peter O´Toole (Lawrence de Arabia) como el Papa Pablo III, son parte del extenso repertorio de secundarios.
Si te gusta…. Debes ver….
La vida privada de Enrique VIII ( Alexander Korda,1933)
Ana de los mil días ( Charles Jarrot, 1969)
Elizabeth ( Shekhar Kapur, 1998)
The other Boleyn Girl ( Justin Chadwick, 2008)
Yo he oído no sé decir bien dónde que sí, el cóctel viene de una Mary de esta época (yo pensaba que de Mary Stuart).
Serie maravillosa Actoralmente magnífica. Desde el punto de vista histórico falla en algunos momentos, pero el guión resulta coherente. Muy recomendable.
Genial artículo, muy completo y sin más spoilers que lo que se sabe por la Historia.
Excelente articulo. No podía pedir más. Que bonito comienzo!!
Hola Masles Roy. Me he documentado un pelín y efectivamente, parece ser que que la Mary a la que hace referencia el cóctel es Mary Tudor, hija de Enrique VIII. Muchas gracias.
Aprovecho la ocasión para agradecer eternamente a todos a los que les ha gustado el artículo. Mi intención es que disfrutéis con ello y que sigáis haciéndolo a partir de ahora. Un abrazo.
Carlos!!! A mi me pareció muy bueno el artículo pero esperé a que alguien con una opinión más objetiva que la mía lo corroborara, y así ha sido. Enhorabuena y esperamos el siguiente!! Un abrazo!
EXCELENTE, de verdad, sólo puedo suscribir lo que algunos otros ya han comentado¡¡¡¡¡
mi sincera enhorabuena por el estudio, imaginativo y multidisciplinar, de la serie. Es bonito dejarse dar en la cara por la pasión que desbordáis en vuestros estudios, y esta sin duda es una ráfaga de de lo mejor.
Invitáis a ver la tv de nuevo sistemáticamente. Felicito el uso también de las fotografías muy apropiado para el artículo,
Mi opinion es que si mantenéis este nivel, la respuesta seguirá siendo cada vez mejor y más entusiasta, y esto no es tanto una perogrullada como el deseo de que sea así.
veré los Tudor desde el principio.
Un saludo
Hola el Japo a tus seis, buenos dias. Muchas gracias por tu aportación. Es gracias a gente como tú lo que hace que nos esforcemos cada día un poquito más. Un saludo.
Hola Marble, me encanta que te encante, tu opinión ha sido muy importante para mí, pregúntale a Carlos. Muchas gracias y espero verte por aquí más a menudo. Un abrazo.
Los Tudor es una de esas series bien hechas que, aunque con sus pequeños fallos históricos, son capaces de recrear una época pasada. Jonathan Rhys Meyers se sale en esta serie. Totalmente recomendable y como para ver más de una vez!
Un saludo