Juego de Tronos (Game of Thrones) (Tercera Temporada) (2013)
Juego de Tronos, posiblemente la apuesta más fuerte de la todopoderosa cadena HBO, estrenó su tercera temporada el pasado domingo. A España llegará tan sólo con una semana de retraso de la mano de Canal Plus. Una de las series más importantes de los últimos tiempos que fue concebida, sin lugar a dudas, para ser un hito en la producción televisiva mundial. Especialmente con la segunda temporada, pudimos comprobar que HBO no escatimaría un dólar con tal de dar la mayor verosimilitud posible a la adaptación de las novelas del ahora famoso George R.R. Martin. Como ya se ha repetido hasta la saciedad, tanto las innumerables localizaciones y los efectos especiales, como los medios humanos y técnicos son propios de una súper producción hollywoodense y dejan, al menos en este aspecto, atónito al espectador. Aunque esto es innegable, no podemos obviar que el efecto no sustenta por sí solo una producción del calibre de la que nos ocupa. La segunda temporada demostró, bien a las claras, que la compleja historia ideada por el autor norteamericano puede ser un arma de doble filo. Por un lado, su calidad literaria es un inmejorable punto de partida para crear un mundo de fantasía e intrigas políticas lleno de riqueza y matices. Por otro, esta complejidad y variedad en la trama puede resultar un lastre para un ficción televisiva ideada para el consumo masivo. Esta losa persigue a la serie casi desde el principio y parece que va a resultar complicado que se libre de ella.
El primer episodio de esta esperadísima tercera temporada no hizo sino confirmar lo comentado hasta el momento. Parece un puzzle de exquisitas piezas que no acaba de encajar de manera apropiada. Quizás el error esté en intentar abarcar tanta materia en tan poco tiempo. Resulta casi extenuante seguir cinco o seis tramas, con sus respectivos personajes, que salen y entran de un hilo conductor que se desvanece con el paso de los minutos.
No quiero que se me entienda mal, Juego de Tronos es una magnífica serie con momentos que resultan brillantes y que funcionan tanto a nivel de fantasía como de producto de elaboración cuidada. En este primer capítulo hay una secuencia en la que asistimos a la conversación entre un padre y un hijo (por cierto qué grandes actores tanto Peter Dinklage en su papel de Tyrion Lannister como Charles Dance interpretando al patriarca Tywin Lannister) que no sufriría al ser extrapolada a cualquier clásico cinematográfico. La tensión, el odio o la vergüenza están plasmados de una forma magistral. En los escasos minutos que dura vemos representado a un padre que nunca ha perdonado que un ser tan grotesco causará la muerte de su amada mujer, pero también a un hijo rechazado pese a sus continuos esfuerzos por agradar y demostrar que es algo más que un enano con gusto por el vino y las mujeres.
El paso a la excelencia se consigue muy raras ocasiones en la televisión. Juego de Tronos contiene muchos de los ingredientes que pueden hacer de ella una serie mítica y es posible que con la adaptación de la tercera novela (la mejor en mi opinión) consigan por fin unir en perfecta armonía todos los elementos de esta serie épica de intrigas, guerras e historias de amor , guerra y amor.
David Rubio Lucas