Black Mirror (temporada 2) (2013)
Charlie Brooker empezó a ser conocido en el mundillo televisivo tras crear aquella miniserie de 2008 llamada «Dead Set: Muerte en directo». Por aquel entonces ya dio que hablar pese a que, si bien es cierto que el tema de la pandemia mundial que convierte a todo el mundo en zombie empezaba a estar ya muy trillado, la forma de abordarlo era totalmente nueva. Brooker combinó los típicos clichés del género (persecuciones , sustos, sangre…..) que ya estaban presentes en «28 días», con un toque ácido. La miniserie, que transcurría en su mayoría en el plató en el que se estaba grabando Gran Hermano, criticaba abiertamente una sociedad en la que el citado reality era uno de los temas principales de cualquier conversación. Con todos sus defectos, es evidente que supuso una brizna de aire fresco.
2011 fue el año del bueno de Charlie. Primero estrenó «How TV Ruined Your Life» otra satírica miniserie-documental sobre la televisión y sus efectos nocivos sobre la ciudadanía, en la que él mismo era el presentador. En diciembre de ese mismo año estrenó «The Black Mirror» una serie de 3 episodios para la cadena Chanel 4 que él mismo definió de la siguiente manera: «each episode has a different cast, a different setting, even a different reality. But they’re all about the way we live now – and the way we might be living in 10 minutes’ time if we’re clumsy.» Algo así como que cada episodio tenía sus personajes, localización y entidad propia. Pero todos abordan el tipo de vida que llevamos ahora y la manera en la que podríamos vivir si somos torpes. Una vez más el creador inglés llamaba la atención del público con una trama que mezcla humor corrosivo, situaciones extremas y la relación entre las personas y la tecnología, incidiendo en su lado más perverso. La serie recibió el elogio de gran parte de la crítica convirtiendola en referencia de calidad televisiva. Personalmente tanto halago siempre me pareció algo exagerado; hay mucha diferencia entre cada uno de los tres capítulos («El himno nacional«, «15 millones de méritos« y «Tu historia completa« ) no sólo en cuanto a temática si no también, a mi modo de ver, en cuanto a calidad. Especialmente los dos primeros me pareció que buscaban tan desesperadamente la sátira que resultaban un tanto simples y evidentes al final.
La nueva entrega de «The Black Mirror» ha superado muchos de esos elementos que hacían de ella más una provocación mordaz que un producto televisivo de calidad. Con estos tres nuevos capítulos parecen haber encontrado el equilibrio perfecto, consiguiendo un resultado final mucho más pulido y que la postula como clara alternativa a ser una de las series del año. Como sucedía con la primera temporada no existe ninguna conexión entre los episodios. Cada uno es diferente, con un reparto único y una puesta en escena propia. Además, existe un claro paralelismo entre las dos temporadas: «El himno nacional-El momento Waldo» (política y sociedad); «15 millones de méritos-Oso Blanco» (el público como observador pasivo de la humillación) y por último «Tu historia completa-Ahora mismo vuelvo» (uso perverso de la tecnología).
Mención aparte merece «Ahora mismo vuelvo» que cuenta la historia Martha y de como se agarra, con conmovedor y enfermizo afán, a la posibilidad que se le abre para mantener en «vida» a su recientemente fallecido prometido. Es cierto que el final es un tanto decepcionante y algo precipitado, especialmente, cuando venimos de cuarenta minutos de una intensidad que hacía mucho no veía en televisión. Pese a ello, su visionado es sin duda uno de esos «imprescindibles» que recomendamos fervientemente desde Bandeja de Plata.
David Rubio Lucas