Libros de cine: Universo Almodóvar. Estética de la pasión de un cineasta posmoderno
Almodóvar, crisol de existencias ficticias sobre el que tanto se ha escrito, sigue disponible para el público en un formato que permite una lectura tan abierta como lo es el visionado de las veintidós películas y un cortometraje que protagonizan este ensayo- diccionario. El acierto del profesor Sánchez Noriega ha sido la elección de conceptos de la A a la W que nos enseñan el cine de Almodóvar, pero además nos invita a pensar en la filmografía del manchego y en su universalidad. La inteligente selección de bibliografía (págs. 461-470) es, además, una invitación a ampliar la lectura y a aprender sobre cine, no solamente sobre cine de Almodóvar.
El autor ha elegido como título “estética de la pasión” y, efectivamente, tal es el contenido de este libro en tanto que se analizan los elementos temáticos y los estilísticos que conforman la técnica cinematográfica que identifica el cine de Almodóvar y, además, lo hace bello. Cada una de las películas tiene su propia entrada y su estudio, pero el resto del centenar de términos elegidos completa la lectura de cada film y de todos, pues Sánchez Noriega evidencia cómo las películas dialogan entre sí y existe un universo almodovariano.
“Madre”, “voyerismo”, “símbolo”, “religión”, “comida”, “enfermedad”,
“homosexualidad” son algunos de los términos elegidos para abordar el conceptualismo del cine de Almodóvar y que sirven para comprender la dualidad entre el localismo característico de su filmografía y su éxito global; otras entradas, como “chicas Almodóvar”, “carteles”, “movida madrileña” nos hacen transitar por su “intracine”. No se olvida Sánchez Noriega de las influencias en el cineasta, que encontramos en voces como “Paul Morrisey”, “John Waters”, “teatro” o “tauromaquia”, ni en aspectos técnicos (“espacios”, “títulos”), biográficos (“Almodóvar actor”, “Almodóvar creador”) y profesionales (“El Deseo”). Muchas entradas remiten a otras (por ejemplo “deseo” “sexo”) y, aunque se haya elegido un término, se enumeran debajo de la entrada correspondiente también otras palabras de ese campo léxico en tamaño menor que sugieren, a su vez, otras lecturas (por ejemplo, “deseo”: sentimientos, pasiones, emociones, impulsos, placer, afectos, atracción sexual). De esta manera el autor facilita que el lector elabore su propia reflexión a partir del bagaje particular de cada cual, de forma que se puedan extrapolar también a otros directores y a otros géneros.
Así, y quizá esa sea la mayor aportación del profesor Sánchez Noriega, el universalismo de Almodóvar funciona para universalizar los términos de análisis de cualquier filmografía que pueda compartir esos mismos conceptos. Es, pues, este libro una referencia obligada para quien se adentre en el cine de Almodóvar, pero también lo es para quien quiera aprender cine.
Carmen González-Vázquez