Libros de cine: Ciudadano Welles
Libros de Cine – Ciudadano Welles, de Peter Bogdanovich
Durante más tiempo del que puedo recordar, ‘Ciudadano Welles’ ha sido uno de esos libros míticos que, para mi asombro, ninguna editorial se atrevía a resucitar. Todo cinéfilo tenía constancia de su existencia y de su excepcional contenido, pero pocos lo habían tenido en sus manos, y mucho menos en sus bibliotecas particulares. Cada vez que disfrutaba de vacaciones y visitaba una nueva ciudad, entraba en sus librerías con la esperanza de encontrar una copia de este ansiado tesoro. Siempre recibía la misma respuesta.
Y entonces llegó a mi conocimiento la intención de Capitán Swing de poner esta joya nuevamente en circulación. ‘Ciudadano Welles’ es lo que podemos llamar un libro-entrevista, y cuando se hace mención a semejante formato, dos magníficos precedentes vienen a mi memoria: ‘El cine según Hitchcock’, de François Truffaut, y ‘Conversaciones con Billy Wilder’, de Cameron Crowe. Pues bien, tras devorar el texto de Bogdanovich, me veo en la obligación de incluir esta ambiciosa y atípica obra en la lista de mis libros de cabecera.
Evidentemente, el enorme interés de semejantes personajes disminuye el mérito de sus insignes entrevistadores. Pero en el caso del libro que nos ocupa, encontramos una diferencia que lo hace especial respecto a los dedicados al británico y al vienés: la figura del entrevistador. No quisiera desmerecer la pasión invertida por Crowe, y mucho menos la gran labor analítica de Truffaut, pero ninguno de los dos conocía personalmente a su objeto de estudio ni dispuso de un periodo de tiempo tan amplio para poder abordarlo en diferentes momentos de su vida.
Las conversaciones entre Welles y Bogdanovich carecen de todas las barreras que interponen la cortesía y el pudor cuando dos desconocidos entablan un proyecto de semejante naturaleza. La confianza entre los dos permite el abordaje de cuestiones escabrosas que arrojan una luz fascinante sobre la figura de Welles, que de otra manera hubieran permanecido eternamente entre tinieblas. Aunque apostaría toda mi fortuna a que en el libro no hay una palabra que el director de ‘Ciudadano Kane’ hubiera querido esconder a sus lectores. A través de sus 441 páginas, la alargada sombra de uno de los mayores genios del séptimo arte adquiere una nueva dimensión, y las ideas que anteriormente pudiéramos haber preconcebido sobre su persona (al menos, las mías) varían considerablemente.
‘Ciudadano Welles’ ofrece una infinidad de pinceladas sobre la genialidad y el carisma de un cineasta total, pero también descubre su desconocida faceta (quizás ocultada maliciosamente por sus innumerables detractores) de incansable trabajador que fue capaz de sacrificarse hasta límites insospechados por su ilimitado amor al cine: desde desempeñar las actividades más ingratas relacionadas con la producción cinematográfica (pintar y montar decorados, por ejemplo) hasta actuar en un sinfín de películas que no le interesaban más allá de la remuneración económica que hacia posible la financiación de sus proyectos más personales.
A lo largo del libro, Bogdanovich y Welles repasan tanto la época inicial de éste en Hollywood como su posterior producción en su exilio europeo. Asimismo, se recrean, con todo lujo de detalles, en diversos proyectos que nunca llegaron a buen puerto, como ‘It’s all True’ o ‘La Otra Cara del Viento’, hasta el punto de hacernos imaginar y lamentar lo que pudo haber sido y nunca fue. Sus páginas están salpicadas de anécdotas, que el propio Welles recuerda con la elocuencia que le caracterizaba, y de reflexiones ilustrativas sobre su peculiar concepción del arte cinematográfico. La planificación de Bogdanovich logra mantener el interés en la lectura de principio a fin, y apenas ofrece al lector la posibilidad de recriminarle falta de valentía, curiosidad, o imaginación.
Gracias a su strip-tease emocional en forma de prólogo, contextualizamos las entrevistas en un ámbito tanto profesional como personal, y afrontamos la lectura de ‘Ciudadano Welles’ como una experiencia que trasciende el mero análisis de la vida y obra de un director de cine. Una vez concluida la lectura de este maravilloso trabajo de amor, comprendemos mejor que nunca las palabras que Jean Cocteau dedicó en su momento a este artista irrepetible: «Orson Welles es un gigante con rostro de niño, un árbol lleno de sombras y de pájaros, un perro que ha roto la correa y se ha ido a dormir a un macizo de flores. Es un vago activo, un sabio loco, y un solitario rodeado de humanidad«.
Carlos Fernández Castro