Winter’s Bone (2010)
Nota: 8
Dirección: Debra Granik
Guión: Debra Granik, Anne Rosellini (Novela: Daniel Wodrell)
Reparto: Jennifer Lawrence, John Hawkes, Lauren Sweetser, Kevin Breznahan, Isaiah Stone
Fotografía: Michael McDonough
EN POCAS PALABRAS (para los impacientes)
En numerosas ocasiones hemos podido ver películas que ilustraban la América profunda con la intención de ser lo mas realistas posible, pero pocas han sido las veces en que el resultado ha sido satisfactorio; «Fargo» de los Hermanos Coen o «Frozen River», el sleeper independiente de 2009, aprobaron con nota, pero Debra Granik, directora de la cinta, parece ser la alumna mas aventajada de la clase, ya que las imágenes de «Winter’s Bone» parecen haber sido rodadas con una cámara oculta directamente de la vida real, dada la veracidad que desprenden sus personajes, paisajes y situaciones.
SI QUIEREN PROFUNDIZAR…
El argumento propone un punto de partida bastante desolador: Maggie es una joven de 17 años que vive en casa con su madre, acuciada por una enfermedad mental irreversible, y sus dos hermanos pequeños de 6 y 12 años. Los únicos ingresos que perciben, proceden de su padre, Jessup, que se dedica a cocinar cocaína para un grupo de narcotraficantes; actualmente esta en libertad bajo fianza, lo cual le obliga a presentarse en el juzgado cada cierto tiempo, como condición para no perder su vivienda familiar. Un día el Sheriff se presenta en casa de Maggie para advertirle del peligro que corre la familia al no haberse presentado su padre como estaba estipulado.
«Winter’s Bone» es una mezcla de géneros brillante. El drama está instrumentado a través del personaje protagonista que, siendo menor de edad, tiene que asumir el rol de padre y madre a la vez en el seno de una familia desestructurada; esta circunstancia es mostrada muy hábilmente por la directora en un plano que recoge el reflejo, en un espejo roto, de la hija peinando a su madre (absolutamente ausente), con la clara intención de avisar al espectador de lo anómalo de la relación materno-filial. El espectador se identifica enseguida con Maggie; es una chica dura, con carácter y que asume responsabilidades que no le corresponden, pero que le dotan de una superioridad moral abrumadora frente a todos los personajes que le rodean a lo largo de todo el metraje.
El thriller que esta película lleva dentro se incorpora al argumento cuando el Sherriff se presenta en casa de Maggie para comunicarle la desaparición de su padre. A partir de ese momento, tiene que emplear todos sus esfuerzos en encontrarle, sin dejar de lado el cuidado de su madre y hermanos. El guión está escrito de una manera muy inteligente, ya que la profesión de Jessup, cocinero de cocaína, es determinante a la hora de que el espectador perciba que la investigación de Maggie es extremadamente peligrosa; va a tener que lidiar con toda la escoria humana que trabaja con su padre, individuos que no dudarán en matar a nadie con tal de no ser denunciados o verse envueltos en la investigación de un asesinato en el que nadie parece estar interesado (ya sean delincuentes o policías).
Para aumentar la sensación de impotencia que siente la protagonista, la directora se encarga que ubicar la historia en una América rural, donde la violencia se respira en el aire y descansa agazapada a la espera de cualquier provocación por pequeña que sea; en un mundo de hombres y en el que la mujer queda relegada a un segundísimo plano. Una América en la que los paisajes acaparan un protagonismo especial; la sordidez de los mismos contribuyen a aumentar la sensación de desasosiego al ver deambular un ser inocente por lugares decadentes, con casas prefabricadas situadas en grandes extensiones de terreno en mitad de la nada, cuya apariencia provoca un rechazo a primera vista y va en sintonía a la calidad humana de las personas que las habitan.
«Winter´s Bone» es una película tensa y emocionante hasta lograr que se te encoja el corazón. Debra Granik demuestra sus grandes dotes en la dirección y en la escritura de guión, manteniendo el interés del espectador en todo momento y consiguiendo, a pesar del bajo presupuesto con que cuenta, un magnífico acabado formal. En cuanto al apartado artístico, Jennifer Lawrence se destapa como una actriz llamada a grandes logros en el mundo de la interpretación cinematográfica; no conviene perderle de vista. Sin duda, una de las mejores películas del 2010.
Carlos Fernández Castro