West Side Story (1961)
Nota: 9,5
Dirección: Robert Wise, Jerome Robbins
Guión: Ernest Lehman (Obra: Arthur Laurents, Jerome Robbins)
Reparto: Natalie Wood, Rita Moreno, George Chakiris, Richard Beymer, Russ Tamblyn
Fotografía: Daniel F. Lapp
Todavía recuerdo como si fuera ayer, lo mucho y bien que me hablaba mi madre de “West Side Story”, antes de que la viera por primera vez. Por aquel entonces, tenía 11 años y estaba aprendiendo inglés. “El Corte Inglés”, valga la redundancia, tenía un videoclub con una sección de películas en V.O. más que interesante, y entre las elegidas para poner a prueba mi joven oído, mis padres escogieron este magnífico musical dirigido por Robert Wise (Ultimátum a la Tierra, Marcado por el Odio). Por supuesto, el resultado fue amor a primera vista; raudo y veloz corrí a las faldas de mi madre para explicarle cuánto necesitaba tener la banda sonora y repetir hasta la saciedad en mi radiocasette (eran los 80) las míticas canciones que todavía hoy recuerdo a la perfección: “María”, “I feel Pretty”, “Officer Krupke” o “When you’re a Jet”. En mi defensa, algún día comentaré las recreaciones que, en aquella misma época, hacia de la pelea final entre Rocky Balboa e Ivan Drago.
El argumento intenta adaptar muy libremente el “Romeo y Julieta” de Shakespeare, trasladándolo a la isla de Manhattan en los convulsos años 70. María forma parte de una familia portorriqueña que emigró a los Estados Unidos en busca de prosperidad; es hermana de Bernardo, líder de la banda callejera llamada Sharks. Tony es un joven norteamericano; solía ser uno de los líderes de los Jets, una banda callejera local (archienemiga de los Sharks), y ahora trabaja en un bar, después de haberse dado cuenta de lo inútil que era tanta pelea y tanto odio injustificado. Un día María y Tony se conocen en un baile y se enamoran instantáneamente, dando lugar a una historia de amor muy complicada, que provoca una serie de problemas de difícil solución.
La verdad es que a tan temprana edad, no fui capaz de percibir lo magistralmente dirigida que estaba esta película, al margen de sus inolvidables coreografías y pegadizas canciones. A día de hoy, cada vez que vuelvo a verla, soy más consciente del mérito que conlleva la dirección en este film, que integra los números musicales y las letras de las canciones en el argumento, logrando una narración fascinante y atractiva en todo momento. Si a ello le sumamos su rabiosa actualidad, debido al tema que trata (la inmigración y el racismo que ésta puede provocar), el impacto es aún mayor.
En cine, hay géneros más populares que otros, pero dos de ellos lideran de manera destacada la lista de los más despreciados: el western y el musical. Cuando alguien me comenta su animadversión hacia el musical, suelo echar mano de dos obras que nunca fallan: una de ellas es siempre “West Side Story”.
Carlos Fernández Castro
Es fantástica! Gracias por haberla analizado! Estoy totalmente de acurdo con la nota que le has puesto!
La otra… déjame que piense… ¿Cantando bajo la lluvia?
Uno de mis mejores recuerdos cinéfilos es ver «West Side Story» en pantalla grande, en la retrospectiva de Robert Wise del Festival de San Sebastián con un buen amigo; inevitable canturrear durante la proyección todos los temas que los dos nos sabíamos de memoria. Y creo que si los exhibidores la repusieran en su aniversario, estoy segura de que tendrían éxito de público. Relegar estas obras al formato pequeño es totalmente injusto.
¡Obra maestra sin lugar a dudas!
Buenas Idoia,
No puedo más que suscribir todas y cada una de las palabras que has escrito en tu comentario.
¡Obra Maestra!
Hola!!
Es una película maravillosa, el principio me parece genial y todos los números musicales son inolvidables. Maravillosa en todos los sentidos, y es verdad de pequeños no la valoramos como debíamos, pero ahora sí lo hacemos, al menos los que amamos el musical.