Un Golpe de Altura (Tower Heist) (2011)

Nota: 5

Dirección: Brett Ratner

Guión: Noah Baumbach, Bill Collage, Adam Cooper, Leslie Dixon, Russell Gewirtz, Ted Griffin, Jeff Nathanson, Rawson Marshall Thurber

Reparto: Ben Stiller, Tea Leoni, Eddie Murphy, Casey Affleck, Matthew Broderick, Michael Peña, Alan Alda

Fotografía: Dante Spinotti

EN POCAS PALABRAS (para los impacientes)

Después de ver  «Un Golpe de Altura», me sobrecoge la posibilidad de que la próxima Ceremonia de los Oscar sea dirigida por Brett Ratner. Habiendo conseguido depurar la técnica de aburrir a propios y extraños en cómodas dosis de dos horas, me pregunto qué será capaz de hacer el director de «Family Man» con una gala conocida por su desmesurada duración. El cineasta americano, responsable de atentados como «Hora Punta I, II y III», ha vuelto a hacer de las suyas; esta vez arrastrando con él a un magnífico plantel de actores, que podrían haber hecho las delicias de cualquier amante de la comedia bajo la batuta de un director mínimamente habilidoso.

SI QUIEREN PROFUNDIZAR…

Sinopsis: Josh Kovacs (Ben Stiller) es gerente de un edificio en el que vive gente de un alto poder adquisitivo; entre ellos Arthur Shaw (Alan Alda), un Tiburón de las Finanzas que ha invertido el dinero de varios empleados con el fin de generarles unos altos beneficios. Cuando Josh y sus compañeros se dan cuenta de que han sido estafados, deciden vengarse y recuperar el dinero perdido. Pero no será tarea fácil, puesto que Shaw guarda su fortuna en un lugar prácticamente inaccesible…

Aunque no podemos culpar de todos los males de «Un Golpe de Altura» a Sr. Ratner; gran parte de la responsabilidad de este descalabro corresponde al elenco de guionistas que ha tenido a su cargo, ocho en concreto. Cualquier  aficionado al cine sabe que en la confección de un guión no deberían participar más de dos personas; una máxima que los productores de este film parecen haberse pasado por el arco del triunfo.

Uno de los principales problemas que presenta este guión es que no sólo está escrito por ocho personas diferentes, sino que también lo parece; de hecho, el libreto pasó por tantas manos que  los responsables del film, asesorados por Ben Stiller, decidieron contratar a Noah Baumbach -director y guionista de «Una Historia de Brooklynn» y «Greenberg», ésta última interpretada por Ben Stiller- para reescribirlo y darle un poco de cohesión al conjunto.

Probablemente gracias a Noah «salvavidas» Baumbach, el primer tercio del film arranca de una manera prometedora, haciendo gala de un gran ritmo, una buena presentación de personajes y unas inteligentes líneas de diálogo que logran arrancar varias carcajadas del espectador. Todo cambia cuando los protagonistas comienzan a planificar el golpe. De repente, la película se transforma en un disparate que llega a su punto álgido cuando Ben Stiller y compañía logran su objetivo; aparecen personajes sin previo aviso para resolver situaciones extremas (porque yo lo valgo, pensaría el guionista al escribirlas), el editor corta varias secuencias al más puro estilo «Hermanos Weinstein» rompiendo toda continuidad narrativa…

En un reparto repleto de estrellas, destaca el siempre solvente Casey Affleck, quien a pesar de no estar acostumbrado a un registro tan cómico, demuestra que su versatilidad no tiene límites. Por lo demás, Ben Stiller está correcto en un papel hecho a su medida, pero que resulta demasiado rutinario para un actor que estaba llamado a ser una de las grandes estrellas de la comedia americana; Eddie Murphy hace tiempo que dejó de resultar gracioso, por lo que no sorprende la indiferencia que provoca su interpretación; y respecto al envejecido y canoso Matthew Broderick, cada vez que aparece en pantalla,resulta difícil aceptar que se trate del mismo tipo que nos hiciera soñar en nuestra adolescencia con «Todo en un Día» y «Juegos de Guerra».

En definitiva, estamos ante una película fallida, típica de las fechas que se avecinan y que confirma lo que todos sabíamos hace tiempo: Brett Ratner no está en Hollywood por su talento. ¿Que pretendía al mostrarnos unos personajes vengándose de un multimillonario estafador, que nos sintiéramos identificados? Craso error, porque al fin y al cabo ellos seguirán siendo unas estrellas de cine y nosotros seguiremos siendo los que verdaderamente sufrimos los efectos de esta crisis económica y cinematográfica.

Carlos Fernández Castro