Take Shelter (2011)
Nota: 8,5
Dirección: Jeff Nichols
Guión: Jeff Nichols
Reparto: Michael Shannon, Jessica Chastain, Shea Whigham, Katy mixon
Fotografía: Adam Stone
Pocas veces he sido testigo de un silencio tan sepulcral, como el que se apoderó de la sala de cine en que estaba viendo «Take Shelter», inmediatamente después de su plano final; y es que el segundo largometraje de Jeff Nichols vence progresivamente las resistencias del espectador, para llevarle por un camino tortuoso y lleno de obstáculos, a un desenlace tan incierto como sorprendente. El cineasta de Little Rock, que ya había dejado un gran sabor de boca con su ópera prima (Shotgun Stories), se destapa como el nuevo niño prodigio del cine americano independiente, y firma un trabajo magistral, que intenta trazar la delgada línea que separa la convicción de la locura; que analiza las diferentes formas de comunicación entre los seres humanos (material y sensorial), las barreras que impiden que ésta se produzca (algo en lo que se hace hincapié a través de la hija sorda del matrimonio protagonista), y las consecuencias de que ello ocurra.
«Take Shelter» no es un film que encaje con facilidad en un género cinematográfico concreto; drama rural, drama psicológico, película de suspense…ninguno de ellos logra captar la esencia de un trabajo esquivo con las etiquetas y portador de una naturaleza extremadamente compleja. Como orientación (aun siendo consciente de lo odioso de las comparaciones), podríamos decir que su estilo recuerda -en muchos momentos- a los primeros trabajos de Terrence Malick, todo un subgénero en sí mismo.
Nichols construye su película sobre los cimientos de una narración pausada, confiada y sólida, manejando el tempo de su segundo largometraje con una suficiencia digna de un veterano; según transcurren los minutos, la mano invisible del director nos somete a su inquebrantable voluntad y descarga el inevitable peso del destino en los hombros de sus personajes; los acontecimientos fluyen por sus cauces naturales, recordándonos el inmenso poder de lo inevitable.
En «Take Shelter» nada parece impostado; al igual que en «Shotgun Stories», Nichols demuestra conocer de primera mano la América rural en la que habitan sus personajes; relaciones sociales, forma de vida… Curtis y Sam mantienen conversaciones que resultan familiares; comparten inquietudes que preocuparían a cualquier matrimonio; se quieren como toda pareja que tiene un proyecto de vida en común. Por esta razón, cuando Curtis interpreta sus pesadillas (magníficamente rodadas por Nichols, intercalando explosiones de ansiedad entre la calma tensa que viven sus personajes) como premoniciones, somos capaces de entender -que no compartir- sus decisiones y su lucha interior; pero también comprendemos las reacciones de Samantha ante la incipiente locura de su marido.
De este modo, se produce una absoluta identificación del espectador con el duo protagonista, y como consecuencia de ello, un inevitable aumento de la tensión narrativa según se suceden los acontecimientos (habitualmente enmarcados en la cotidianidad). Es el momento en que Nichols desata en la cabeza de Curtis una lucha sin tregua entre su «yo racional» (¿qué va a pensar mi mujer?, ¿y los vecinos?) y su «yo intuitivo» (tengo la convicción de que mis sueños son premonitorios); alcanzamos de esa manera un clímax que el director sostiene milagrosamente durante los últimos 30 minutos de «Take Shelter», desembocando en un portentoso desenlace.
Nichols parece conocer el secreto para conectar con el espectador desde los primeros compases de su segundo film; sabe cuando subir el ritmo, cuando mantenerlo, y cuando volver a subirlo de una manera sutil y casi imperceptible. Pero el efecto de «Take Shelter» sería notoriamente inferior si el director americano no hubiese podido contar con dos de los actores más en forma del panorama cinematográfico americano. De Michael Shannon ya hemos hablado anteriormente en Bandeja de Plata, pero no por ello deja de sorprender su gran talento para encarnar al hombre medio de la América rural; en esta ocasión, realiza una interpretación contenida -salpicada por momentos de una intensidad sobrecogedora-, cuya eficacia se basa, una vez mas, en la inagotable expresividad de su mirada. La participación de Jessica Chastain se la debemos a Terrence Malick, quien después de dirigirla en «El Árbol de la Vida» y ser consultado por Nichols, no dudó en recomendar su contratación con gran entusiasmo; Chastain completa un 2011 portentoso, interpretando a un personaje complejo, que atraviesa diferentes estados de ánimo durante los 120 minutos que dura «Take Shelter».
Estamos ante uno de los directores mas interesantes que ha dado el cine independiente americano en la última década; sin duda, «Take Shelter» aparecerá en gran parte de las listas de «lo mejor de 2012» y no será por casualidad. Jeff Nichols ha creado una obra que aspira a permanecer en tu cabeza durante mucho tiempo si le das una oportunidad.
Carlos Fernández Castro
Una película fantástica. Muy, muy grande (consiguiéndolo de la mejor forma: pareciendo ser muy, muy pequeña). Muy buena crítica, felicidades.
Muchas gracias Manuel; como has podido comprobar, a mi también me entusiasmo «Take Shelter»
Un fuerte abrazo