Sucker Punch (2011)

Nota: 2

Dirección: Zach Snyder

Guión: Zach Snyder, Steve Shibuya (Historia: Zach Snyder)

Reparto: Emily Browning, Vanessa Hudgens, Abbie Cornish, Jena Malone, Jamie Chung, Carla Cugino, Jon Hamm

Fotografía: Larry Fong

EN POCAS PALABRAS (para los impacientes)

Recién estrenada la primavera de 2011, una película presenta su firme candidatura al título de «Peor Película del Año». Después de ver «Sucker Punch», es el mayor elogio que puedo dirigir al último engendro del incomprensiblemente alabado director de «300». El cine, ante todo, debe ser entretenimiento y esta película ha conseguido que, en casi dos horas de metraje, haya mirado más el reloj que en un largo día de trabajo, contando ansiosamente los minutos restantes para alcanzar los títulos de crédito finales.

SI QUIEREN PROFUNDIZAR…

Argumento: Baby Doll (Emily Browning) es una joven que ha sido llevada a un psiquiátrico para ser lobotomizada, después de un altercado familiar. A la espera de recibir este tratamiento, su imaginación crea una realidad alternativa, en la que, ayudada por cuatro internas más, encuentra la posibilidad de liberarse de su reclusión. Para ello tendrá que encontrar una serie de objetos.

Si con «300» Zach Snyder creó la actual obra de cabecera de un sector de la población masculina excesivamente hormonada, con «Sucker Punch» intenta hacer realidad sus fantasías eróticas mas íntimas. Según declaraciones recientes, se trata de su película más personal hasta el momento. De acuerdo con esta afirmación, parece que «Watchmen», obra por la que muchos decidimos dar un voto de confianza al director, fue tan sólo un accidente en una sobrevaloradísima filmografía.

Sin lugar a dudas, el director americano atesora un talento innato para la composición de planos estéticamente brillantes y resultones, pero carece del sentido narrativo necesario para contar una historia, o simplemente no le interesa. Personalmente me inclino más a pensar lo segundo, ya que en determinados momentos de esta obra aflora un talento que creíamos ajeno al futuro director del nuevo «Superman». Me explicaré: hay una secuencia de «Sucker Punch» en que las cinco protagonistas mantienen una conversación en un camerino repleto de espejos; el director renuncia a todos los artificios que utiliza habitualmente para dar una lección de dirección cinematográfica. Pero créanme, es solo un espejismo, ya que esto no vuelve a ocurrir. En el metraje restante, Snyder focaliza todos sus esfuerzos en intentar excitar al público adolescente al que va dirigida la cinta, así como saciar el ansia de violencia del espectador testosterónico medio.

Por si fuera poco, también resulta irritante la utilización de la música a lo largo del metraje. En algunos pasajes, «Sucker Punch» parece ser una burda excusa para rodar un sinfín de videoclips, que levantan serias sospechas sobre si realmente estamos ante una película de cine o un programa financiado por la MTV. El continuo abuso de la cámara lenta, el recurrente efectismo de sus imágenes y la excesiva planificación del movimiento de las faldas de las cinco protagonistas ayudan a mantener el bajísimo nivel de una cinta destinada a romper las taquillas mundiales. Lamentablemente esto sucederá y Snyder seguirá atormentándonos «hasta el infinito y más allá».

Carlos Fernández Castro