Starship Troopers (1997)
Nota: 7,5
Dirección: Paul Verhoeven
Guión: Edward Neumeier
Reparto: Casper van Diem, Dina Meyer, Denise Richards, Michael Ironside
Fotografía: Jost Vacano
Duración: 129
Paul Verhoeven estrena «Starship Troopers» en el año 1997; hasta el momento, había logrado sus mejores trabajos en Estados Unidos con dos películas que mezclaban acción y ciencia ficción y mostraban una violencia especialmente explícita para los estándares que regían la producción de blockbusters (esto es, «Robocop» y «Desafío Total»). La película se ubica temporalmente entre «Independence Day» y «Armageddon», estrenadas, respectivamente, un año antes y uno después. Situarla entre estas dos películas, que, si bien no están ambientadas en un futuro distante, plantean la lucha de la humanidad contra una amenaza que procede del espacio, implica adoptar ciertas expectativas y, quizás, prejuicios.
«Starship Troopers» no se clasifica únicamente dentro de la épica triunfalista; sus actores principales habían aparecido, si bien no como habituales, en la serie «Sensación de Vivir», y algunas de las escenas, especialmente al principio de la película, presentan situaciones similares, basadas en flirteos adolescentes y competitividad dentro del instituto. A esto hay que añadir una construcción kitsch, a base de apuntes, de la sociedad del futuro, compartida con las otras dos películas de ciencia ficción de Verhoeven, pero también con «Demolition Man», cuyo subtexto sociopolítico, no obstante, era radicalmente opuesto.
La caracterización de la sociedad civil se crea, en gran medida, con interludios ajenos a la trama que consisten en piezas propagandísticas. Es en estos momentos cuando la ironía de la película se hace más evidente. Así, se mezclan características de la propaganda fascista con el estilo más amable de la publicidad comercial moderna, adaptando todo ello a la presencia de tecnología futurista. También, no obstante, encontramos pinceladas irónicas en otros momentos que sirven por sí solas para distanciarnos del triunfalismo propio del género. Es muy significativo el hecho de que, para ejercer cualquier actividad política, los habitantes del mundo (a todo esto, los protagonistas son de Buenos Aires, aunque su estilo de vida es totalmente californiano) tienen que haber hecho servicio militar. Aquí la película nos empieza a crear dudas con respecto a sí misma: ¿y si identificarse con este tipo de narraciones supone simpatizar en parte con una ideología fascista?
Más allá de estos apuntes, la película parece desarrollar, sin embargo, una trama que parece ponernos de lado del héroe estereotípico en un desarrollo completamente militarista. Es tentador, por lo tanto, despachar esta película diciendo que cae en lo mismo que critica, que se queda a medias. Sin embargo, se puede hacer una interpretación de «Starship Troopers» que la defina como una unidad coherente. Para ello, hay que tener en cuenta los siguientes aspectos.
Para empezar, tal y como escribe David Bordwell en su teoría del cine, todos los elementos de una película se relacionan entre sí y no pueden tomarse de forma aislada, así como tampoco se puede prescindir de ellos en un análisis global. Esto quiere decir que, así como en una pintura el mismo rojo será percibido de forma distinta si es adyacente a un azul, a un rojo más claro o a un verde, una secuencia no puede ser separada del resto del metraje como si formara parte de una película distinta. Es cierto que, a veces, el subtexto de una película es centrífugo hasta el punto de que no existe un centro unificador, pero no en este caso. En ningún momento existe un posicionamiento con respecto a la trama principal (la trama de Rico). Esta trama se desarrolla y es interrumpida de vez en cuando por uno de los apuntes irónicos. Dado que perteneces a la misma película, esta ironía planta su semilla con respecto a la trama principal, que ya no es percibida del mismo modo que si estuviera aislada.
Esto nos lleva a la fusión de géneros comentada en el primer párrafo. Es una gran idea incluir una secuencia en la que Johnny Rico rivaliza en una versión futurista del fútbol americano con Zander, un chico interesado en la novia de Rico (Carmen) y que será compañero de nave de ésta. Una película limitada al entorno adolescente o a la épica militarista no habría destacado entre el resto de producciones, pero la mezcla desvela otro significado. Si vemos cada fragmento como un eslabón de la misma cadena entenderemos la actitud de los soldados como una extensión de la competitividad deportiva que mostraban en el instituto. Esto es evidente cuando, en un entrenamiento militar, Rico repite los movimientos que hizo durante durante el partido. Al relacionar ambas las motivaciones durante la guerra adquieren un tinte de falsedad.
El contraste entre el convencimiento aparentemente heroico de los militares y la realidad que les rodea es mayor si tenemos en cuenta la crudeza con que se muestra la violencia. De nuevo apelando a la relación entre todos los elementos entre sí, la escena en la que Rico ignora su misión para rescatar a Carmen y deja a su unidad sin líder, habría tenido una intención emotiva en una película triunfalista pero toma otro color si hemos sido expuestos a la violencia y sabemos las consecuencias que podría tener esa decisión. Ahora Rico nos parece irresponsable.
En definitiva, «Starship Troopers» muestra, aplicando algunas transgresiones, cómo un género, un estilo o un modelo de historia pueden albergar un trasfondo oscuro. En concreto, Verhoeven utiliza los géneros mencionados al principio del artículo, así como una serie de convenciones aceptadas, se distancia de todo ello y lo expone a la luz de la ironía. Es de este modo como ha conseguido superar y trascender a otras películas compañeras de género.
Hugo Poderoso
muy de acuerdo con la nota que habéis puesto a la película, me gusto mucho en su tiempo, aunque hoy en día con la revisión de la película que van a hacer no se si estará a la altura de lo que fue en su momento.