Shame (2011)

Nota: 8

Dirección: Steve McQueen

Guión: Steve McQueen

Reparto: Michael Fassbender, Carey Mulligan, James Badge Dale

Fotografía: Sean Bobbitt

Imagino que cuando Steve McQueen («Hunger» 2008) comenzó a idear la que sería su siguiente película, fue consciente desde el principio de que tenía el peligro de ser conocido más como el hombre que mostró en pantalla al gran Michael Fassbender tal y como vino al mundo que como el creador de una extraordinaria película. Y es que a estas alturas «Shame» ha sido calificada en Estados Unidos prohibida para menores de 17 años ( NC-17), es decir, ninguna posibilidad de hacer buena taquilla; en Hungría, uno de los principales países en  distribución pornográfica, ha sido publicitada con una serie de escandalosos pósters para los que han llegado a pedir censura y , por otra parte,  ha ganado la Copa Volpi  al mejor actor en el Festival de Venecia. Y digo que me imagino que era consciente, no porque en la película haya ni un solo segundo en el que se busque el escándalo, sino porque, por triste que parezca, es habitual que los desnudos o escenas de sexo más o menos explícitas, creen a su alrededor un revuelo que, en muchos casos, hacen que lo importante pase desapercibido. El hecho es que en «Shame»el sexo es tratado de una forma natural y como pretexto para contarnos la historia de un hombre atormentado por su incapacidad para conseguir ser «normal». Como dijo el propio McQueen:

«Nunca podría hacer una película americana,  les gustan los finales felices. Filmé «Shame» en América, pero no es una película de Hollywood. Realmente me gusta desafiar a la gente y a sus prejuicios . La audiencia se imagina cómo es la gente que ve en pantalla, igual que ocurre en la vida real. Eso es lo que me fascina de las películas. Ves un personaje y  piensas: ¿es alguien diferente a la persona que pensaba que era cuando le vi por primera vez?.  Desde luego, yo no soy como la gente piensa que soy. Siempre hago lo que quiero y mis películas son personales para mi. «Hunger» trataba sobre mi juventud, la pérdida de la inocencia cuando me di cuenta de lo que mi país estaba haciendo,  lo que estaba pasando. Brandon en «Shame» es mi respuesta a estar perdido. Nunca he sido un adicto sexual pero sí he estado perdido.»

Steve McQueen, de forma sobria y efectiva, cuenta en «Shame» la historia de Brandon (Michael Fassbender) un hombre de mediana edad al que seguimos desde que se levanta (plano fijo, Fassbender entra y sale del cuadre desnudo mientras escucha los enigmáticos mensajes que han dejado en su contestador) hasta que se acuesta. Como espectadores de su vida podemos ver lo que otros no ven y lo que , aparentemente, no es más que normalidad y éxito profesional, oculta obsesión y tormento. Esta realidad oscura y enfermiza por el sexo de consumo rápido, sucio, sin sentimientos ni ataduras emocionales, lleva a Brandon a un círculo vicioso en el que nada es suficiente y del que parece ser incapaz de salir. Con la sorpresiva llegada de su hermana Sissy (Carey Mulligan) esta permanente situación de equilibrio inestable, que es su vida, acaba por derrumbarse llevándole, y a nosotros con él, a visitar los más oscuros rincones de su alma enferma y desesperada por vencer su incapacidad para amar.

El porqué  la presencia de Sissy perturba a Brandon lo vamos viendo con el paso de los minutos y, en mi opinión, es una situación magníficamente resuelta en la película. Aunque la sombra del abuso o del incesto les sobrevuela desde que se ven por primera vez en el apartamento de Brandon, nunca se dice expresamente qué es lo que les sucedió. En cualquier caso, lo que queda patente, es que pasara lo que pasara, les marcó definitivamente para el resto de sus vidas. Ella busca desesperadamente el afecto y cariño que parece no encontrar en otros hombres mientras que, por su parte, Brandon prefiere mantener la distancia entre ambos.

«Shame» es dura e incisiva pero en ningún caso se convierte en un drama lento u opresivo de los que martirizan al espectador. Steve McQueen no permite que la película se enrede en derroteros forzados o maniqueos y sabe dosificar a la perfección los momentos de intensidad dramática con otros menos profundos y necesarios. Y si es verdad que el director británico brilla con luz propia también lo es que Fassbender y Culligan están simplemente portentosos. Especialmente el primero en un papel contenido y creíble. A nadie le puede sorprender a estas alturas que digamos que Michael Fassbender es garantía de éxito; se ha convertido por derecho propio en una de las principales referencias en el cine actual y un actor imprescindible para los próximos años. Ha nacido una estrella.

En definitiva, «Shame» es intensa, desasosegante e hipnótica y ,sin duda, es una de las mejores películas que he visto últimamente en el cine. También creo que es una de esas películas que no tiene término medio: o te gusta o la críticas vehementemente. El binomio McQueen-Fassbender nos puede regalar grandes películas en los próximos años. No les perdáis la pista.

David Rubio Lucas.