Rush (2013)
Nota: 7,5
Dirección: Ron Howard
Guión: Peter Morgan
Reparto: Daniel Brühl, Chris Hemsworth, Olivia Wilde, Natalie Dormer, Alexandra María Lara
Fotografía: Anthony Dod Mantle
Duración: 123 Min.
No es lo mismo nacer con un talento innato, que simplemente tener buenas aptitudes y mejorar gracias al trabajo duro y al sacrificio. Por lo general, alguien que responde a la primera descripción, consigue sus objetivos sin pestañear; mientras que un tipo voluntarioso, necesita recurrir a todo lo que lleva dentro para estar al mismo nivel o incluso superar a un superdotado; es decir, la vida está llena de James Hunts y Niki Laudas que compiten por ser los mejores en desigualdad de condiciones, y de eso trata realmente “Rush”.
Tras el éxito que cosechó “El Desafío: Frost vs Nixon”, Ron Howard y Peter Morgan decidieron volver a colaborar en una película en la que monoplazas y pilotos se reparten el protagonismo entre circuitos y vida real; o lo que es lo mismo, 90 minutos que relatan el encarnizado duelo por el título mundial, que Niki Lauda y James Hunt protagonizaron a finales de los 70.
En primer lugar, hay que reconocer el rotundo éxito del director americano a la hora de recrear un universo tan espectacular y complejo como el de la Fórmula 1, y haberlo hecho accesible para todos los públicos. Por otro lado, resulta admirable la labor de Peter Morgan; al igual que hiciera en “The Damned United”, asimila el complejo mundo en el que se mueven sus personajes, y desarrolla una historia de rivalidad que va mucho más allá de quién obtiene la pole position del circuito de turno.
Supongo que el mismo Howard se siente un poco más Lauda que Hunt, y eso lo percibimos en sus esfuerzos ímprobos por transformar al expiloto de Ferrari en un tipo con el que poder identificarse. Para asegurarse la consecución de este objetivo, Howard recurre a la prodigiosa interpretación de Daniel Brühl, que con esta película reclama un puesto entre los actores más importantes y versátiles del momento. Asimismo, el director también cuenta con la complicidad del espectador, a quién siempre le gusta comprobar cómo, en ocasiones, la ausencia de talento puede ser compensada por el trabajo duro.
El director de «Cinderella Man» reivindica valores devaluados por la sociedad actual: sacrificio, disciplina, honestidad y sinceridad. Con su consentimiento, Peter Morgan aprovecha para hacer apología de un personaje políticamente incorrecto, que hoy día sería mal visto tanto por el público como por los medios de comunicación; el Niki Lauda de Daniel Brühl no es hipócrita, no tiene pelos en la lengua, dista de ser simpático, y tampoco se siente acomplejado por un contrincante supuestamente superior; es un ganador nato que lleva de serie el gen de la competitividad. Al contrario, Hunt es un perdedor muy al estilo del Eddie Felson interpretado por Paul Newman en «El Buscavidas«, un tipo que lo tiene todo para marcar una época, y sin embargo se conforma con un mundial de pilotos debido a su debilidad mental y a su amor por la buena vida. En realidad, no es más que una cuestión de carácter.
Y casi sin intentarlo, el infalible binomio compuesto por Howard y Morgan, logra explicar porqué un piloto de Fórmula 1 se sienta cada 15 días en un monoplaza, sabiendo que tiene altísimas probabilidades de acabar en un infierno de llamas; se llama pasión y es un sentimiento que escasea en los tiempos que corren. «Rush» circula con la misma facilidad en rectas que en curvas, en seco que en mojado, en un circuito de Ferrari que en uno de McLaren; y el secreto no es otro que tener el mejor piloto posible al volante de un coche muy competitivo.
Carlos Fernández Castro