One Day (2011)
Nota: 6
Dirección: Lorne Scherfig
Guión: David Nicholls (Novela: David Nicholls)
Reparto: Anne Hathaway, Jim Sturgess, Patricia Clarkson
Fotografía: Benoît Delhomme
Sinopsis: 15 de julio de 1988; Emma (Anne Hathaway) y Dexter (Jim Sturgess) se conocen el día de su graduación y deciden pasar la noche juntos; a pesar de existir una fuerte atracción entre ellos, no hacen el amor y deciden iniciar una relación de amistad bastante peculiar. A partir de este momento, la película nos muestra la cambiante relación que existe entre ambos a lo largo de cada 15 de julio, desde 1989 hasta 2011.
Podría decir que inauguro esta sección escribiendo sobre una película que ha despertado en mi una profunda admiración; pero mentiría si lo hiciese. Desde un punto de vista cualitativo, el objeto de esta crítica poco tiene que ver con «El Árbol de la Vida», «La Piel que Habito», «Stella» o «Beginners», las mejores películas que ofrece la cartelera a día de hoy. La quinta película de Lone Scherfig, se desmarca definitivamente de las que habían sido hasta ahora las señas de identidad de su directora; de esta manera, completa su disimulado acercamiento al cine americano más comercial, iniciado hace dos años con la británica «An Education».
Casi antes de arrancar, «One Day» tropieza con un punto de partida poco creíble, lastrando la relación de sus dos protagonistas a partir de ese momento; el nacimiento de la historia de amistad que plantea, impide la identificación del espectador con Emma y Dexter, incluso después de un desesperado intento de redención en los últimos minutos del film. A lo largo de todo el metraje, el comportamiento de los personajes interpretados por Anne Hathaway y Jim Stturgess dista bastante de lo que haríamos cualquiera de nosotros en su misma situación. A parte, el hecho de saltar compulsivamente del 15 de julio de un año al 15 de julio del siguiente impide el mínimo de continuidad exigible para poder engancharse al argumento de una película.
Contrariamente a lo que cabría esperar, y teniendo en cuenta los mencionados saltos en el tiempo, el segundo tercio del film carece alarmantemente de ritmo, debido a un argumento que imposibilita la evolución de unos personajes estancados siempre en los mismos problemas. Tan solo en aquellos capítulos en que Scherfig se permite desarrollar el momento vital de sus protagonistas, volvemos a disfrutar de la directora que asombró a propios y extraños con «Italiano para Principiantes» y «Wilbur se quiere Suicidar».
La presencia de Anne Hathaway, mas entusiasmada con las posibilidades que ofrece su vestuario que por sacar la prometedora actriz que lleva dentro, no compensa el inexistente carisma de su pareja en la gran pantalla, un desangelado Jim Sturgess, con quien no parece ir la película. Afortunadamente, y pese a su escasa participación, la presencia de Patricia Clarkson eleva el nivel del conjunto, dando un toque de distinción a todas las secuencias en que participa.
A pesar de lo comentado anteriormente y de alguna que otra concesión en busca de la lágrima fácil, es de agradecer que «One Day» asuma una serie de riesgos argumentales poco frecuentes en un panorama cinematográfico gobernado por la absoluta falta de imaginación. Quizás Lorne Scherfig ha pecado de ambiciosa al haber querido abarcar un periodo de tiempo tan amplio para contar su historia; quizás debería haberse centrado en cinco o seis momentos de tan prolongado intervalo; aunque quizás de esta manera, no hubiéramos podido elogiar su atrevimiento. En definitiva, «One Day» es el paradigma de una buena intención que desemboca en un mediocre resultado.
Carlos Fernández Castro