Mucho Ruido y Pocas Nueces (Much Ado About Nothing) (2012)

Nota: 7,5

Dirección: Joss Whedon

Guión: Joss Whedon (Play: William Shakespeare)

Reparto: Amy Acker, Alexis Denisof, Nathan Fillion, Clark Gregg

Fotografía: Sean Bobbitt

Duración: 108 min

Leer el título de esta película es sinónimo de remontarse necesariamente a 1993, año en el que Kenneth Branagh rodó la primera adaptación de la obra homónima de William Shakespeare. Anteriormente, cineastas como Orson Welles y Laurence Olivier habían acometido la traducción en imágenes de algunos de los trabajos mas relevantes del mítico dramaturgo inglés: «Enrique V», «Hamlet», «Othello» o «Macbeth».

Si bien no han sido los únicos que se han atrevido a realizar adaptaciones de Shakespeare al cine, algo que a día de hoy podríamos considerar un subgénero en sí mismo, sí han sido los que más airosos han salido del reto. Por esta misma razón, asociar el nombre del creador de «Buffy Cazavampiros» a una nueva versión cinematográfica de «Mucho Ruido y Pocas Nueces», puede provocar, a priori, incertidumbre y asombro.

La sorpresa es mayúscula cuando comprobamos que un cineasta como Joss Whedon, aparentemente alejado de la típica sensibilidad Shakespeariana, es uno de los que mejor ha sabido trasladar un texto del escritor británico a la gran pantalla. Gran parte de su éxito radica en no haber jurado fidelidad eterna al material original, haber adaptado su argumento a los nuevos tiempos, y haber extraído toneladas de humor de donde apenas había.

Todos estos detalles demuestran que » La Cabaña en el Bosque», un intento tan loable como fallido de reformular el cine de terror, no fue un mero capricho del director americano, sino la manifestación de sus inquietudes artísticas y su carácter intrépido frente al status quo del cine Hollywoodiense.

Joss Whedon no persigue notoriedad a través de la vieja fórmula «Actores famosos en obras famosas», patentada por Adolph Zukor en los albores del cine americano. Y es que el director de «Serenity» demuestra una confianza ilimitada en sus posibilidades, tal y como se deduce del empleo de intérpretes desconocidos, para realizar una película como ésta. Su original puesta en escena, aferrada a una realidad de trajes y corbatas, teléfonos móviles, y reproductores de música digitales, combina armoniosamente con su magnífica dirección de actores, logrando convertir los diálogos de Shakespeare en algo anacrónico y refrescante al mismo tiempo.

Algunas de las situaciones contenidas en esta obra podrían resultar ridículas mediante un tratamiento serio de las mismas; consciente de esta posibilidad, Whedon recurre a la comedia física para resolverlas. La combinación entre los momentos más solemnes y los más cómicos, así como la interacción entre los personajes más fieles a la obra original y aquellos que han sido moldeados directamente por las manos del director, representan algunos de los aciertos más elogiables de este atípico largometraje.

Contrariamente a lo que podríamos prever, «Mucho Ruido y Pocas Nueces» es la película que ha elevado a Joss Whedon a una categoría superior, la que separa a los cineastas meramente estrafalarios de los que aspiran a convertirse en autores de culto. Aquellos que vayan a verla, disfrutarán el texto de Shakespeare desde un punto de vista novedoso, pasarán un buen rato, y sorprenderán a su paladar cinéfilo con un inesperado buen sabor de boca.

Carlos Fernández Castro