La Visita (The Visit) (2015)
Nota: 7
Dirección: M. Night Shyamalan
Guión: M. Night Shyamalan
Reparto: Olivia DeJonge, Ed Oxenbould, Deanna Dunagan, Peter McRobbie, Kathryn Hahn
Fotografía: Maryse Alberti
Duración: 94 Min.
‘The Last Airbender’ y ‘After Earth’ son la prueba más evidente del peligro que corre un “autor” al aceptar trabajos de encargo. No seré yo quien critique el cine comercial, tan disfrutable como la más sesuda de las películas, pero no hubiera estado de más que alguien le hubiese recordado al Sr. Shyamalan el viejo refrán de “zapatero a tus zapatos”. Y es que en sus últimas obras, a penas se podía apreciar su sello de identidad y los valores que habían hecho tan reconocible su estilo.
En cierto modo, el director de origen hindú regresa a su hábitat natural: historias pequeñas sobre temas universales, como la familia, los demonios interiores, y la redención, ambientadas en atmósferas de suspense. Además, se hace con el control creativo de la producción, responsabilizándose del guión, igual que en sus mejores obras, y refugiándose en un presupuesto insignificante para eludir el control de los ejecutivos de turno. Sin lugar a dudas, la experiencia es un grado.
Pero, ¿qué podemos esperar de un cineasta en horas bajas, que se muere por recuperar el mojo perdido? «El regreso a las mismas fórmulas que antaño le abrieron las puertas de Hollywood», responderán los más desconfiados. Pero tratándose de alguien que siempre ha renunciado a instalarse en la llamada zona de confort, esta respuesta representaría una injustificable falta de respeto y un desconocimiento absoluto de su filmografía.
No caeremos en el error de elevar ‘La Visita’ a la categoría de sus obras mayores, pero no me tiembla el pulso al calificarla como el inicio de una esperada resurrección. Shyamalan se asoma al precipicio, pero lejos de sucumbir al vértigo, exhibe una confianza ciega en sus posibilidades. Donde antes predominaban los planos secuencia y una planificación exhaustiva, ahora reina la cámara en mano y la sensación de inmediatez. Asimismo, la ciencia-ficción y la fantasía ceden el protagonismo a un realismo impostado mediante el siempre complejo formato del falso documental y toneladas de ingenio.
Todo resulta fresco en esta reinvención artística. Parece como si el director se hubiera bajado del mundo, hubiera respirado profundamente tras haberse enjuagado la cara frente a un espejo, y hubiera vuelto al ruedo con fuerzas renovadas. Tanto es así, que renuncia a las reglas tradicionales del cine de terror: ‘La visita’ está protagonizada por dos niños, hace gala de un brillante y abundante sentido del humor, y no abusa de los recursos habituales para tensionar al espectador.
Shyamalan descarga en las cámaras de sus jóvenes protagonistas la responsabilidad de grabar todo lo que sucede en el film. Dos documentalistas en potencia, con cuerpos de preadolescentes, graban su atípica estancia en la casa de unos abuelos a los que ni siquiera conocían antes de empezar su rodaje. Evidentemente, no es mas que una farsa; pero está tan bien ejecutada que resulta mas fácil entrar en el juego que despreciar su propuesta. ‘La Visita’ no engaña a nadie. Desde su premisa hasta el plano final, todo es una excusa para experimentar con el cine y sus posibilidades narrativas.
Cuando la madre de los protagonistas abandonó el hogar familiar, rompió su relación con sus padres. Ellos no aceptaban al tipo que mas tarde se convertiría en el ex marido de su única hija. A día de hoy, ni siquiera conocen a sus nietos. Han pasado los años, y se han sucedido los intentos infructuosos de acercamiento. Aprovechando unas vacaciones con su nueva pareja, manda a los dos niños con sus abuelos, y así retoma indirectamente el contacto. Dos generaciones entran en contacto de una manera atípica y el espectador afronta un drama familiar con ingredientes inusuales para el genero: intriga, suspense, y humor.
Además, ‘La Visita’ recupera el toque que hizo famoso a su director: ese final inesperado y programado para dejar sin aliento al patio de butacas. Pero más allá de esta anécdota, estamos ante el pasaporte para resucitar una de las carreras más prometedoras del nuevo milenio ¿Quién quiere un reparto con caras conocidas o los efectos especiales de George Lucas cuando se tiene el talento del Sr Shyamalan?
Carlos Fernández Castro