El Seductor (The Beguiled) (1971)
Nota: 8,5
Dirección: Don Siegel
Guión: John B. Sherry, Grimes Grice (Novela: Thomas Cullinan)
Reparto: Clint Eastwood, Geraldine Page, Elizabeth Hartman, Darlene Carr, Joanne Harris
Fotografía: Bruce Surtees
Aunque algunos no lo recuerden, hubo una época en la que Clint Eastwood protagonizaba películas dirigidas por otros cineastas; «En la Línea de Fuego» de Wolfgang Petersen (1993) fue la última de ellas. Pero echemos la vista mucho más atrás, concretamente a 1971, año en que el cineasta californiano debutó detrás de las cámaras con «Escalofrío en la Noche» (Play Misty for Me), y protagonizó «El Seductor» (The Beguiled), una de las películas mas extrañas y terroríficas de la década de los 70.
«El Seductor» está muy lejos de ser una película previsible y rutinaria; el cine de Don Siegel, a pesar de adolecer de cierta irregularidad, siempre destacó por la originalidad de su tratamiento temático y sus argumentos. En esta ocasión, un cabo yankee interpretado por Clint Eastwood -habitual paradigma del hombre duro- se convierte en la víctima perfecta de un grupo de señoritas del Sur -aparentemente inocentes e indefensas- que cuidan afanosamente de él hasta poder entregarlo al ejercito de la Unión; o eso parece.
Indudablemente, los grandes aciertos de la tercera colaboración entre Don Siegel y Clint Eastwood (después de «La Jungla Humana» (Coogan’s Bluff) y «Dos Mulas y una Mujer» (Two Mules foro Sister Sara)) son un guión realmente maquiavélico y un director que lo entiende a la perfección y sabe ejecutarlo con precisión milimétrica. Don Siegel divide la película en tres partes bien diferenciadas, que marcan un cambio progresivo de roles entre sus personajes y facilitan la transición del drama costumbrista inicial a una auténtica película de terror psicológico.
Durante el primer tercio del film, el director de «Harry el Sucio» esconde su as en la manga de una manera magistral, haciendo pensar al espectador que está presenciando una película convencional con grandes dosis de suspense. El secreto reside en la presentación y posterior desarrollo de los personajes; mientras que el interpretado por Eastwood revela su naturaleza al espectador desde la primera secuencia del film -pero la oculta al grupo de mujeres que le cuidan y retienen-, los personajes femeninos del mismo van revelando su verdadero yo a medida que transcurre el metraje y son seducidas por el soldado yankee; desde el momento en que el cabo empieza a coquetear con las chicas, enciende la mecha de un explosivo cuyas dimensiones desconoce por completo y de cuya detonación es el único responsable.
He leído varios artículos en los que se tacha de misógino a Don Siegel por esta película, y me veo obligado a mostrar mi total desacuerdo con estas afirmaciones. Personalmente, considero que el director americano castiga el comportamiento de su protagonista, maltratándole severamente en el último tercio del film; además, intenta arrojar luz acertadamente sobre una parcela hasta ahora poco explorada de la mente femenina.
Algo que diferencia a «El Seductor» del resto de películas de la época es la forma en la que trata el deseo sexual en la mujer; estamos acostumbrados a que el cine aborde esta temática desde un punto de vista masculino, como si el género femenino no tuviera necesidad de satisfacer sus instintos mas primarios o éstos fueran de una intensidad inferior y por ello, menos interesantes. Evidentemente el personaje interpretado por Eastwood no opina lo mismo; intenta aprovecharse de las carencias de estas señoritas, olvidando lo peligroso que es jugar con fuego.
Por último, considero de vital importancia la brillante utilización que se hace en este film de la Guerra de Secesión; los personajes se encuentran encerrados en las dependencias de un colegio debido a este conflicto bélico, provocando una inquietante sensación de claustrofobia e incrementando de esta manera la tensión entre los personajes.
Para mi no hay lugar a dudas, «El Seductor» es la mejor colaboración de las múltiples que realizaron Don Siegel y Clint Eastwood; se trata de un film que engancha desde el principio, ahonda en los deseos mas íntimos del ser humano y sorprende desde su punto de partida hasta su terrorífico final. Si cuando acabas de verla tienes la sensación de haber presenciado una obra maestra y no entiendes por qué no es considerada como tal, no te asustes, no eres el único; pongámosla entre todos en el sitio que merece.
Carlos Fernández Castro (@bandejadeplata en Twitter)