El Protegido (Unbreakable) (2000)

Nota: 9

Dirección: M.Night Shyamalan

Guión: M.Night Shyamalan

Reparto: Bruce Willis, Robin Wright, Samuel L. Jackson, Spencer Treat Clark

Fotografía: Eduardo Serra

Música: James Newton Howard

Subirse a lomos del Éxito o utilizarlo

Tras el espectacular éxito de «El Sexto Sentido» (The Sixth Sense), Night Shyamalan era el hombre del momento. Todos los ojos estaban puestos en su próximo proyecto y él lo sabía. Hubiera sido fácil seguir la estela de su blockbuster sobrenatural, sólo superado en la taquilla de 1999 por la pésima «La Amenaza Fantasma» (The Phantom Menace). Pero desde el primer momento el director indio dió muestras de su gran personalidad y utilizó el poder que suponía su recien adquirida fama para hacer lo que realmente quería. El gran talento que asomaba en algunos tramos de su anterior película se confirmó, dando lugar a una de las mejores obras cinematográficas de la última década, «EL Protegido».

Sinopsis

David Dunn se encuentra en un momento vital en el que ha perdido la ilusión y su matrimonio hace tiempo que zozobra. Elijah Price, desde el día en que nació, padece de una enfermedad, a causa de la cual, cualquier golpe que sufre se convierte en fractura de huesos. David vive encerrado en si mismo. Elijah, huyendo de la crueldad de los niños, desde su infancia se refugió en los comics. Cuando David vuelve de una entrevista de trabajo en Nueva York, su tren descarrila, quedando él como único superviviente. Elijah, tras una vida entregada al arte e interpretación de los comics, parece haber encontrado una explicación a la suerte de David.

Cuestión de Confianza

Shyamalam dirige esta obra con pulso firme a lo largo de todo el metraje. Sabe qué ritmo necesita la historia y cómo conseguirlo. No necesita demostrar su destreza a través de grandes y ampulosos movimientos de cámara, ya que lo que busca en todo momento es algo tan simple como contarnos una historia. Y en eso hay pocos directores que le superen, ya que Shyamalam es probablemente el mejor narrador que nos ha dado el Séptimo Arte en el último decenio. En muchas ocasiones a lo largo de esta película, el director deja la cámara fija, dando lugar a largos planos secuencia en los que se desarrolla una conversación que nos proporciona una información de gran valor para el devenir de la trama. No quiere cortes de plano ni movimientos de cámara que despisten al espectador. En estos momentos parece querer decirnos: «atentos a lo que mis personajes estan hablando, es importante». Es arriesgado, pero funciona porque mantiene la atención merced a las magníficas interpretaciones de su reparto y al contenido del guión.

Os presento a David y Elijah

La presentación de los dos protagonistas es portentosa. La primera vez que vemos a David sabemos cual es su estado de ánimo; sabemos que esta casado, pero que su matrimonio no pasa por su mejor momento. Casi todo ésto es mostrado a través de un plano en el que dirección, guión e interpretación parecen tener una sincronía perfecta. Willis interpreta a Dunn de manera formidable, mostrando a un hombre triste, desilusionado y desesperado, que se quita la alianza cuando una mujer atractiva se sienta junto a él en el tren. El diálogo contribuye a reforzar y desarrollar esta situación mostrando el descarado flirteo de Dunn. Shyamalam brilla en la planificación de la secuencia, ofreciéndonos un falso plano-contraplano utilizando el hueco entre dos asientos de un tren para enfocar a un personaje o a otro, segun transcurre la conversación, evitando de este modo el corte tradicional en el montaje. Pura creatividad.

En el caso de Elijah vuelve a utilizar un plano-secuencia, prescindiendo de nuevo el tradicional plano-contraplano. Le vemos por primera vez justo en el momento posterior a su alumbramiento, junto a su madre. Ellos dos en primer plano en la parte inferior de la pantalla; sobre ambos, un espejo cuyo reflejo muestra a las personas que han ayudado en el parto prematuro y al médico que acaba de llegar. Se trata de un momento de una notable tensión, en el que descubrimos que Elijah ha nacido con una enfermedad muy poco común, que hace de él una persona extremadamente frágil y que le augura un futuro difícil.

En ambos casos Shyamalam nos dice mucho sobre sus dos personajes en muy poco tiempo gracias a su ingeniosa puesta en escena,  al alcance de unos pocos elegidos.

Sobran las Palabras

Es bonito ver como se las ingenia un director para contarnos detalles sobre los personajes de su película sin utilizar una sola palabra. Son momentos de cine en estado puro, y «El Protegido» esta repleta de ellos. Un ejemplo brillante es el plano en que David, tras su fallido intento de seducción en el tren, es mirado inquisitivamente por una niña, lo cual provoca en él remordimientos de conciencia, que le llevan a volver a ponerse la alianza. Hay que reconocer que Willis vuelve a bordarlo.

Es conmovedor el plano en que David sale ileso del quirófano y es recibido por su mujer e hijo. Este último, sabedor de que la relación entre sus padres no es la mejor posible, aprovecha la situación para hacer que se cojan de la mano y vuelvan a estar unidos. La esperanza dura unos segundos, ya que, al darse la vuelta para salir del hospital, ambas manos se despegan poco a poco, mostrando que la situación es más grave de lo que parecía. Para reforzar el mensaje Shyamalam prescinde del sonido ambiente y centra toda la atención en los actos físicos de sus personajes.

Detalles

La evolución de los dos protagonistas en la historia esta deliberadamente marcada. David pasa del frío al calor. Al principio se le ve distante, melancólico, mostrando rara vez sus emociones. Este estado va evolucionando según transcurren los minutos. La posibilidad de que tenga un don parece desencadenar algo en su interior que le ayuda a  acercarse cada vez más a su mujer e hijo. Encuentra una motivación que hace que su mundo vuelva a cobrar sentido poco a poco, gracias a Elijah, su mnémesis, personaje que pasa del calor al frío. En sus primeras apariciones en pantalla aparece siempre protegido por su madre, en un ambiente cálido. Segun avanza la trama nos encontramos con un Elijah adulto, cada vez mas frio y calculador, obsesionado por encontrar a la persona situada en el extremo opuesto al suyo; alguien irrompible que proteja a los demás. En el momento que encuentra a esa persona y le descubre sus poderes, su existencia deja de cobrar sentido.

El color es tambien muy importante en «El Protegido». David suele usar prendas de tonos verdes o semejantes, mientras que los colores predominantes en Elijah son siempre el morado y el negro, toda una declaración de intenciones. Es una decisión tomada a conciencia ya que estos colores son una constante tanto en el Elijah infante como en el adulto. Ésto nos lleva a la importancia que tiene también el vestuario, llegando a su momento álgido en la utilización del poncho impermeable como prenda distintiva de nuestro héroe.

Al principio de la película se nos hace una ligera introducción a cerca del fenómeno comic, dándonos a entender una clara influencia del mismo sobre su argumento. Y así es, pero no al cien por cien, ya que Shyamalam impregna de su personalidad todo lo que toca. Como el propio director cuenta «en un comic tenemos un personaje que descubre que tiene poderes; poco a poco aprende a utilizarlos, para posteriormente servirse de ellos en su lucha contra un antagonista, que representa el mal. Teniendo en cuenta lo personajes que yo había elaborado, tan solo me interesaba el tramo en que un personaje normal descubre de repente que tiene poderes y el proceso que ello implica»

Sentido del Humor

A pesar de lo trascendente de la película, Shyamalam no pierde el sentido del humor, tan poco presente en su anterior película. La secuencia en la que Joseph ayuda a su padre a entrenarse en el sótano de su casa es realmente graciosa. El chaval sospecha que la teoría de Elijah puede ser cierta y carga desmesuradamente las pesas de David. Éste se percata, pero al ver que puede levantarlas, anima a su hijo a cargarlas de mas peso, llegando a utilizar incluso cubos de pintura a falta de pesas. Pero a pesar de ser una situación cómica, Shyamalam la recubre de un misticismo que mantiene el tono mágico del film. Podría haber evitado asumir este riesgo, pero lo estima necesario para relajar la tensión in crescendo de la trama y dar un respiro al espectador.

Hay otra secuencia, de más mérito si cabe, en la que parace imposible utilizar elementos cómicos dado la seriedad de la misma, pero en la que Shyamalam vuelve a triunfar inexplicablemente. Se trata del momento en que Joseph consigue un arma e intenta disparar a su padre para demostrar sus poderes. Los intentos desesperados de David y Audrey por convencerle de que no lo haga les obliga a utilizar otras tácticas que provocan risas en el espectador. Pero se trata de una sensación muy extraña. Son risas con sabor agridulce, ya que sabes que lo que estas presenciando es algo realmente trágico.

De todos es sabido que Shyamalam se hizo archiconocido gracias al sorpresivo final de «El Sexto Sentido». Todo el mundo se preguntaba como sería el final de su próxima película. El director, consciente de las expectativas que el asunto había generado, hizo un guiño en un momento de la ´cinta en la que la madre de Elijah le advierte que el comic que le acaba de regalar «tiene un final sorprendente».

Reparto y Equipo Técnico

A pesar de su mala prensa, Bruce Willis era un actor que siempre me había parecido infravalorado, ya que detectaba en él grandes cualidades para la comedia, como ya había demostrado en «Luz de Luna» o «Cita a Ciegas». De lo que no le creía capaz era de interpretar papeles dramáticos con tanta solvencia como hizo en «El Sexto Sentido». En «El Protegido» vuelve a ejecutar una interpretación memorable. Robin Wright y Samuel L. Jackson realizan tambien un trabajo encomiable, dando veracidad a sus personajes y siempre haciendo creibles sus diálogos.

Para esta película, Night Shyamalam quería volver a contar con el equipo de «El Sexto Sentido», pero no fue del todo posible. El magnífico director de fotografía Tak Fujimoto, debido a problemas de agenda, fue sustituido por Eduardo Serra. El resultado salta a la vista. Serra consigue una iluminación perfecta en todo momento, dotando al film de una atmósfera mágica que casi se puede tocar.

El sonido está utilizado de una manera muy especial en esta película. Técnico de sonido y director generan un gran impacto en numerosos planos debido a la utilización del mismo. Vease la secuencia en que David sale ileso del quirófano o la correspondiente a la caida de Elijah en el Metro. Pura artesanía.

Conclusión

La gente no estaba preparada para esta pelicula en el momento de su estreno. Esperaban otro «El Sexto Sentido». No encontraron lo que buscaban. Después de ver esta obra por enésima vez, vuelvo a sentir lo mismo que el primer día: emoción. Es una película que te atrapa desde el minuto número uno. Es hipnótica y envolvente. No esta basada en un comic ni es una historia de superheroes. Es una película que trata sobre el sentido de la vida, la fe, el amor, la reconciliación, el bien, el mal……cuando acabes de verla, volveras a preguntarte: ¿el fin justifica los medios?

Aprovecho estas líneas para reivindicar el cine de M. Night Shyamalam, uno de los grandes narradores de nuestro tiempo, que nos ha legado joyas como «El Protegido», «Señales», «La Joven del Agua» o «El Incidente».  Es imcomprensible las cifras tan bajas que han cosechado en taquilla sus últimos estrenos, teniendo en cuenta la inmensa calidad de los mismos. La razón podría radicar en que se tiende a simplificar e infravalorar la importancia de sus obras por no estar recubiertas del tono dramático que  numerosos intelectualoides exigen a una película para tomársela en serio. En mi opinión, el cine bueno es cine bueno y el de Shyamalam, lo es.

Carlos Fernández Castro