El caso Fritz Bauer (Der Staat gegen Fritz Bauer) (2015)
Nota: 8
Dirección: Lars Kraume
Guión: Olivier Guez, Lars Kraume
Reparto: Burghart Kraussner, Ronald Zehrfeld, Dani Levy, Sebastian Blomberg, Laura Tanke, Robert Atzorn
Fotografía: Jens Harant
Duración: 105 Min.
Hay un cierto subgénero dentro de los dramas que evoca una dimensión misteriosa y decisiva de la existencia humana, acaso lo más íntimo y propio que posee un hombre: su conciencia. Los grandes héroes de la historia del cine han sido aquellos que no han cejado en el empeño de hacer lo que estaban determinados a hacer, siempre en favor de los demás. Hombres y mujeres buenos, y solos, luchando contra sistemas que habían perdido la referencia de lo humano. El cine ambientado en el Tercer Reich nos ha mostrado algunos ejemplares. Basta pensar en películas como La lista de Schindler (Schindler’s List, Steven Spielber, EE. UU., 1993), El noveno día (Der neunte Tag, Volker Schlöndorff, Alemania / Luxemburgo / República Checa, 2004) o Sophie Scholl – Los últimos días (Sophie Scholl – Die letzten Tage, Marc Rothemund, Alemania, 2005) que presentan al empresario Oskar Schindler, el sacerdote Jean Bernard, o la estudiante Sophie Scholl – tres caracteres, tres biografías, un nexo: rebelarse contra la barbarie.
Fritz Bauer, el Fiscal General de Frankfurt durante el gobierno de Konrad Adenauer, se enmarca en este grupo. Toda su ambición es encontrar y juzgar en Alemania a Adolf Eichmann, para hacerle confesar y descubrir a todos los nazis reciclados en los puestos de gobierno de la Alemania de entonces. El film comienza con una imagen de archivo, en la que se muestra al verdadero Bauer hablando. Poco después pasamos a las imágenes en color y a la recreación de los hechos. No hacen falta muchos minutos para percibir que la caracterización e interpretación de Burghart Klaußner como Fritz Bauer es sobresaliente, de esas que no se olvidan, de esas que hacen grande al cine bueno. También destacan las memorables actuaciones de Ronald Zehrfeld, que da vida al abogado Angermann, y Jörg Schüttauf, que nos mostrará la cara más sucia de la policía alemana. Si a esto le añadimos una puesta en escena sobria, compacta y sin artificio y una banda sonora fuera de lo común, que ni entorpece, ni distrae, ni acapara, El caso Fritz Bauer se convierte en una joyita digna de ser vista.
Pero eso no es todo. ¿Por qué una película más de nazis y hombres buenos? ¿Es necesaria? ¿Hace falta? ¿Aporta algo nuevo? Sí. El caso Fritz Bauer no ganó sin motivo el Premio del Público del Festival de Locarno de 2105. Los diálogos entre Georg-Agust Zinn, el presidente de la Región de Hessen por aquellos días (también fenómeno: Götz Schubert) y Fritz Bauer nos dan la clave de la cinta y de su vigencia. La clase política (en Alemania, y fuera de ella) no ha cambiado. Ha empeorado si acaso, no hace falta pesimismo para admitirlo. Y ante ello, se nos hace evidente, una vez más, que si este mundo sigue funcionando es por el empeño, muchas veces anónimo, de algunos hombres buenos.
Ruben de la Prida