Efectos Secundarios (Side Effects) (2012)
Nota: 7,5
Dirección: Steven Soderbergh
Guión: Scott Z. Burns
Reparto: Rooney Mara, Jude Law, Channing Tatum, Catherine Z. Jones, Vinessa Shaw, David Costabile
Fotografía: Peter Andrews (Alias de Steven Soderbergh)
Duración: 109 Min.
Bonita forma de dejar el cine la de Steven Soderbergh; tras haber anunciado su retirada definitiva del negocio cinematográfico, hemos podido comprobar que se trataba de una tomadura de pelo al más puro estilo de los hermanos Coen o del gobierno español, para no ir mas lejos. Desde 2011, hemos podido ver hasta cinco de sus películas en la gran pantalla; contrariamente a lo que podríamos haber previsto, el resultado de esta repentina adicción al trabajo ha supuesto la resurrección de uno de los cineastas más importantes del panorama independiente americano de los años 90.
Y la verdad es que estamos de enhorabuena; «Efectos Secundarios», su penúltimo film (la polémica «Behind The Candelabra» ya está en fase de post-producción) hasta la fecha, es el mejor de los que ha realizado en la última década. Independientemente del resultado, el otrora atormentado director transmite estar pasándoselo en grande con cada nuevo proyecto que emprende; parece haber encontrado un perfecto equilibrio entre sus inquietudes personales y lo que el público y las productoras esperan de él. En esta ocasión, se adentra en el mundo de la industria farmacéutica y los intereses económicos que hay entorno a la misma, y decide emplearlo como el contexto ideal para el desarrollo de un thriller psicológico.
«Efectos Secundarios» es una película repleta de virtudes: la precisa dirección del director de «Traffic», intensa y ágil pero nunca precipitada; la magnífica dirección de fotografía, que emplea el enfoque y el desenfoque de una manera inusualmente justificada, persiguiendo la falta de nitidez que caracteriza el mundo en el que se desarrollan los acontecimientos del film; o las lánguidas partituras de Thomas Newman, que junto a lo anteriormente comentado, contribuye a la creación de una atmósfera nebulosa y confusa, representando el estado de ánimo de los protagonistas.
También es digna de elogio la interpretación de Jude Law, actor que está alcanzando una madurez más que interesante; pero si hay algo que marca la diferencia en «Efectos Secundarios» es la presencia, cada vez más demoledora, de Rooney Mara (La Red Social, Millennium: la Cica con el Dragón Tatuado). La joven actriz americana exhibe una gama de registros realmente variada, y demuestra que no hay sentimiento o situación que se resista a sus cualidades interpretativas.
Pero la última película de Steven Soderbergh adolece de un problema similar al de sus últimos trabajos. El guión de Scott Z. Burns, autor del libreto de «Contagio», contiene un argumento que capta con facilidad la atención del espectador a través de numerosos giros de guión brillantemente concebidos, y alguno de ellos verdaderamente sorprendente; pero cuando alcanzamos el último cuarto del film, tanto director como guionista, inmersos en la vorágine de sobresaltos que han generado, deciden ejecutar diversas vueltas de tuerca que hieren de muerte a la credibilidad de «Efectos Secundarios» y amortiguan el impacto logrado hasta ese momento. Una vez más, el uso abusivo del efecto sorpresa se transforma en confusión.
No obstante, Steven Soderbergh demuestra estar en muy buena forma; película a película, amenaza con volver a ser el brillante cineasta que una vez fue (Traffic, Un Romance muy Peligroso). «Efectos Secundarios» es un thriller que atrapa la atención del espectador de principio a (casi) fin, y hace gala de una brillante puesta en escena, lo que la convierte en una rareza digna de ser vista. Atención, dentro de los efectos secundarios que provoca esta película no figura el común a gran parte de los estrenos de estas fechas: la somnolencia. Disfrútala.
Carlos Fernández Castro