Cuando todo está perdido (All is Lost) (2013)
Nota: 7
Dirección: J. C. Chandor
Guión: J. C. Chandor
Reparto: Robert Redford
Fotografía: Frank G. DeMarco
Duración: 106 Min.
Cuando todo está perdido, sólo puedes resignarte o seguir luchando. La nueva película de J. C. Chandor reflexiona sobre el instinto de supervivencia del ser humano y sus límites. El director de «Margin Call» cambia de tercio respecto a su debut, y se propone un auténtico reto narrativo que nada tiene que ver con el mundo de la economía: un personaje, una localización, dos o tres líneas de diálogo, y el océano como único testigo de la lucha sin tregua entre un hombre y su destino.
Chandor se mantiene fiel a la frialdad que desprendía su primer trabajo. No le interesa el pasado de su protagonista ni sus motivaciones para mantenerse vivo. De hecho, la interpretación de Robert Redford huye tan descaradamente de excesos e histrionismos, que se echa en falta un plus de rabia y emoción en sus reacciones. Apenas un gesto de impotencia, un grito de rabia, un suspiro esperanzador. El mítico Sundance Kid construye un personaje pragmático, que no se lamenta por su suerte; tan sólo mira hacia delante y afronta cada obstáculo con una voluntad inquebrantable.
«Cuando todo está Perdido» utiliza las limitaciones de su planteamiento para atraer la atención del espectador. En este sentido, recuerda a películas como «Enterrado» de Rodrigo Cortés, o «127 Horas» de Danny Boyle. Sin embargo, el director americano cambia un claustrofóbico ataúd, o un brazo atrapado entre dos rocas, por la inmensidad del océano. ¿Cómo luchar contra semejante enemigo? ¿Cómo escapar de él?
El personaje interpretado por Robert Redford tampoco tiene un tigre que amaestrar. Al contrario que «La Vida de Pi«, la película que nos ocupa se decanta por un hiperrealismo absoluto y una visión pesimista acorde con la situación en la que se encuentra su protagonista. No hay moraleja, ni metáforas que den un sentido especial a lo mostrado en la gran pantalla. Tampoco hay espacio para interpretaciones poéticas en su cruda realidad.
«Cuando todo está Perdido» apuesta por la soledad más absoluta. El protagonista no encuentra un inmigrante escondido en su embarcación, como François Cluzet en «En Solitario»; tampoco tiene compañeros de travesía que hagan la supervivencia más amena, como en «Náufragos» de Alfred Hitchcock; ni siquiera tiene una esposa que proteger en alta mar, como sucedía en «El Cuchillo en el Agua» de Roman Polanski. Se trata de un océano solitario y justiciero, que invita a un enfrentamiento cuerpo a cuerpo; una lucha desigual que sólo un milagro puede equilibrar.
La película que plantea Chandor es tan sumamente arriesgada, que a priori, debería repeler a las grandes masas. A pesar de un inicio poco alentador, la propuesta va ganando intensidad a medida que transcurren los minutos. El director americano consigue transmitir una ansiedad muy similar a la que Sandra Bullock experimenta en los momentos más logrados de «Gravity«. No sabemos nada de él, pero no importa; compartimos su necesidad de seguir intentándolo, le admiramos, desearíamos actual como él si nos encontráramos en una situación similar.
En su tercio final, un par de maniobras dramáticas empañan la coherencia de esta interesante propuesta; aún así, «Cuando Todo está Perdido» es una película loable, que disfrutarán los amantes de un cine diferente y arriesgado. En los tiempos que corren, su mensaje es necesario, alentador, y fácil de imaginar en la mente de su director mientras rodaba este intrépido proyecto: «Lucha hasta el final aunque tu objetivo parezca inalcanzable; si no lo consigues, habrás mantenido la dignidad. Pero ¿y si lo consiguieras?
Carlos Fernández Castro