C.R.A.Z.Y. (2005)
Nota: 8,5
Dirección: Jean-Marc Vallée
Guión: Jean-Marc Vallée, François Boulay
Reparto: Michel Côté, Danielle Proulx, Marc-André Grondin, Emile Vallée
Fotografía: Pierre Mignot
Duración: 127 Min.
Existen una serie de subgéneros cinematográficos que tienen la cualidad dual de aglutinar a pequeños grupos de seguidores incondicionales pero de causar el rechazo inicial del gran público. Quizás una de las mayores expresiones de este fenómeno se encuentre en el llamado cine de temática homosexual. Parafraseando a un famoso escritor podríamos decir que en el mundo del cine «lo gay no vende». Entrar en un debate acerca de los porqués de este fenómeno sería tedioso y posiblemente estéril, pero hay al menos una razón que salta a la vista. Una de las maravillas del séptimo arte es que permite al espectador empatizar con un personaje o identificarse con una historia, reviviendo experiencias y sentimientos que hacen del visionado de una película una experiencia personal intransferible. Puede que a priori la posibilidad de crear este tipo de vínculos entre una persona heterosexual y una película gay se antoje imposible. Sin embargo, aunque es cierto que hay films que abordan problemas muy concretos del mundo homosexual, hay muchas otras películas de género que dan pie a la universalización de temas como la soledad, el amor, la incomprensión o el rechazo. Entre estas se esconden a veces pequeñas joyas de orfebrería que tristemente pasan desapercibidas o son ignoradas por la mayoría. Una de ellas es la película que nos ocupa: «C.R.A.Z.Y.».
El film arranca con el nacimiento de Zachary el día de Navidad de 1960, toda una declaración de intenciones que deja claro desde el primer momento que nuestro protagonista está destinado a no tener una vida corriente. Con un padre melómano y ultraconservador, una madre abnegada y tres hermanos mayores de los cuales uno, Raymond, es la personificación de la virilidad más exacerbada, Zac intentará abrirse camino en un mundo que parece que no le corresponde. Partiendo de este punto y a ritmo de canciones inolvidables, «C.R.A.Z.Y.» nos embarca en la historia de Zac y su familia a través de varias décadas. Una historia marcada por regalos de cumpleaños no deseados, anhelos y deseos reprimidos y una relación paterno-filial basada en ese binomio tan complejo que forman el odio y el miedo a decepcionar.
Ateniéndonos al argumento, es cierto que «C.R.A.Z.Y.» no se diferenciaría de las decenas de films que abordan historias similares. Sin embargo, hay muchos factores que la convierten en especial y le confieren un aire de película inolvidable. Uno de ellos es el ritmo narrativo magistral que el director Jean-Marc Vallée le consigue imprimir. Prestando atención a lo esencial y con un uso soberbio de la elipsis, Vallée consigue dinamizar una historia que podría caer en un fallo común de los dramas familiares: meterse en una maraña de subtramas enrevesadas e inconclusas que no aportan nada. Vallé sabe agilizar la historia cuando hay que agilizarla y detenerse en lo importante. Esto además ayuda a otra de las singularidades de la película, y es que en lugar de abordar la lucha interna de Zac de una manera explícita, el director le otorga al espectador lo posibilidad de interpretar los hechos. Eliminando escenas clave, Vallé prefiere insinuar el estado ánimico de Zac con el uso de un inhalador que mostrar escenas dramáticas de llanto y enfado.
A pesar de los meritos de Vallé, «C.R.A.Z.Y.» necesita de otro factor clave para encumbrarse como una gran película. En una historia centrada en las relaciones entre los protagonistas y que se fundamenta en las reacciones que los actos de cada uno de ellos provoca en los demás es difícil salir airoso sin una buena química actoral. A este respecto no hay lugar a la discusión, la solidez interpretativa de los protagonistas es indiscutible y en líneas generales todo el elenco aprueba con nota. A destacar un Michel Côté inconmensurable en un papel nada fácil, el de padre que intenta amar y enorgullecerse de su hijo pero cuyos ideales no se lo permiten. Siempre desde la contención, Côte es capaz de transmitir en cada momento los sentimientos de su personaje como solo los grandes pueden hacerlo, con el merito añadido de que estos sentimientos son en la mayoría de los casos contradictorios. Menos contenida pero sin caer en el histrionismo, su pareja Danielle Proulx nos regala otro bombón de personaje en un homenaje precioso a la figura de la madre. Por último están los dos actores que interpretan a Zac, el niño Émile Vallée, ante cuyas sonrisas y expresiones es imposible no rendirse, y el joven Marc-André Gordin en otro papel muy complejo. Puede que la actuación de este último, con muchos cambios de registo, sea la más discutible, pero es muy coherente con la lucha interior del propio personaje.
Se podrían alabar muchos otros aspectos de «C.R.A.Z.Y.», como la valentía de no presentar la arquetípica historia de buenos ni malos, sino de personajes humanos que actúan según sus instintos e ideales. Incluso el tratamiento de algo tan controvertido como la religión huye del camino fácil de la demonización y se presenta como un elemento más a tener en cuenta. Siguiendo con las virtudes también se podría hablar largamente de la excelente ambientación o de la impagable banda sonora. Sin embargo, hay veces que por mucho análisis que se hagan es imposible llegar a la conclusión de porque hay ciertas películas que tienen alma y otras no, y «C.R.A.Z.Y.» la tiene, de eso no cabe duda. Sin embargo y debido al estigma de la homosexualidad, hay mucha gente que nunca llegará a disfrutarla. Y es que en la mayoría de las películas que hablan de romper prejuicios, el primer prejuicio que se tiene que romper es el del espectador. Algo que en este caso y sin duda, merece la pena.
Lander Telletxea
Yo no tengo problema con las películas de temática homosexual. De hecho «Brokeback mountain» y «M. Butterfly» se cuentan entre mis películas favoritas. La última que vi sobre esta temática, «Weekend», me pareció también muy buena. Gracias por la reseña. He puesto a «C.R.A.Z.Y.» en mi lista.
No te arrepentirás, te lo aseguro.
anoche vi esta película, la encontré buscando algo nuevo … no le tena mucha e cuando comenzó pero es una de las mejores películas que he visto este ultimo tiempo, me dejo con gusto a poco y hoy he bajado la banda sonora por que de verdad es una de las pocas películas en las cuales tanto las imágenes, como el guion, los personajes y la música se conjugan en un equilibrio tan que si no es perfecto es lo mas parecido a ello…. de verdad la recomiendo.