Bajo el peso de la ley (Down By Law, 1986)
Escrito por Carlos Fernández Castro el 04/6/18 • En la Categoría Cine moderno,Críticas de cine
Nota: 8,5
Dirección: Jim Jarmusch
Guión: Jim Jarmusch
Reparto: Tom Waits, Roberto Benigni, John Lurie, Nicoletta Braschi, Ellen Barkin, Billie Neal, Pruitt Taylor Vince
Fotografía: Robby Müller (B&W)
Duración: 107 Min.
Vivir a menos revoluciones que las impuestas por el estilo de vida moderno no implica necesariamente pensar más despacio. Más bien diferente. Jim Jarmusch parece un claro ejemplo de ello: su cabeza repara en pequeños detalles que no suelen captar la atención de otros directores, sus imágenes no temen la repetición ni la parsimonia a la hora de avanzar en la narración, sus tiempos muertos riman con los que experimentamos en la vida real. Lo mismo ocurre con sus planos: la quietud de la cámara contrasta con el dinamismo de la información que recibimos en el encuadre.
¿Estamos ante un ser contradictorio o simplemente ante alguien que sabe detectar la verdad bajo las apariencias? En Bajo el peso de la ley dos tipos listos resultan ser estúpidos, un inmigrante aparentemente inofensivo resulta ser un asesino, el drama inicial acaba transformándose en comedia, arrancamos de una idea negativa de la mujer para acabar asociándo su figura a la idea de felicidad, el europeo enseña a los americanos el estilo de fuga yanqui… En definitiva, Jarmusch nos presenta una película que viaja constantemente de un extremo al opuesto para invitar a la reflexión a través del extrañamiento.
En los primeros compases de Bajo el peso de la ley, recorremos Nueva Orleans en busca de dos personajes que encajan a la perfección con la estética de sus calles: tan cascadas y decadentes como poseedoras de cierto encanto. El hábitat ideal para un proxeneta de carácter blando y un antiguo locutor de radio convertido en delincuente de poca monta. A lomos de sus travelling laterales, marca de la casa, llegamos a los hogares de dos hombres en horas bajas que han perdido el respeto de sus mujeres. Aunque ellos todavía no parecen entenderlo, acaban de tocar fondo y su descenso se materializa definitivamente al ser traicionados por gente de su misma calaña.
Fiel a sus constantes, Jarmusch potencia los planos largos, escribe unos diálogos tan insípidos como descriptivos, favorece la atmósfera frente a la narración… Una vez consolidado su estilo, la película sube a un nuevo nivel que coincide con el momento en el que Roberto Begnini irrumpe en escena. Es como si el cine de Jarmusch se abriera a las influencias del cine europeo. A partir de ese momento el surrealismo se apodera del conjunto y somos testigos de una loa a la amistad y al poder transformador del optimismo.
Sin ser pretencioso, el cine de Jarmusch supura trascendencia. Siendo cómico, transmite seriedad. Y jugando a ser previsible, sorprende. Tratándose de unos canallas, el americano trata con mimo a sus personajes, ofreciéndoles la oportunidad de un nuevo inicio e impartiendoles una lección de masculinidad que se coloca en el extremo opuesto al abc del macho alfa. De esta forma, en los dominios del oscuro estado de Louisiana irrumpe la luminosidad y la magia de un cineasta que escribe sobre el mundo real a través de las reglas del cuento.
Carlos Fernández Castro