Un repaso al programa del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria 2018
Hace tres años nos despedimos por última vez del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria tras una edición marcada por el cambio de rumbo impuesto por la marcha de su anterior director Claudio Utrera, y su sustitución en el cargo por el hasta entonces responsable de programación Luis Miranda. Entonces nos fuimos con la certeza de que, superado el impasse de los peores años de la crisis (recuérdese que el certamen hubo de suspenderse en el año 2013 por falta de financiación), el proyecto había sabido mantener su compromiso de abrir nuevos espacios de reflexión en torno al papel de la imagen cinematográfica en el contexto contemporáneo. Pero también, de que dicho compromiso quedaba supeditado más que nunca a la reformulación del propio concepto de festival (en tanto que “acontecimiento” obligado a prolongarse en múltiples ramificaciones en la vida cultural de la ciudad), así como a la implicación responsable y desprejuiciada de los agentes políticos en el desarrollo activo del mismo. En el año en que el festival alcanza su mayoría de edad, nos habría gustado encontrar un escenario más distendido que el actual. Con todo, lo mejor que podemos decir es que el proyecto sigue vivo, lo cual ya es mucho.
Entrando en materia, la selección de películas que competirán este año por la Lady Harimaguada de Oro dentro de la Sección Oficial a Concurso, se antoja como una de las más insólitas de la historia del certamen. Quien suscribe no recuerda, al menos, haber visto un programa tan marcadamente asiático como el de este año, encabezado por las chinas The widowed witch de Cai Chengjie y Ash de Li Ziaofeng; la taiwanesa Father and son de Hsiao Ya-Chuan; la iraní No date, no signature de Vahid Jalilvand; y la india The bangle seller de Ere Gowda; a las que habría que unir la coproducción georgio-lituana Namme de Zaza Khalvasi, y la cinta Barley fields on the other side of the mountain, de producción británica pero dirigida por el debutante chino Tian Tsering. The bottomless bag (Rustam Khandamov, Rusia), Transit (Christian Petzold, Alemania), Daybreak (Gentian Koçi, Albania-Grecia) y El espanto (Martin Benchimol, Argentina) completan un bloque en el que, como ya ocurriera hace tres años, destaca entre los favoritos el nombre de Guy Maddin. Cineasta de culto que obtuvo en 2015 el Premio especial del jurado con The forbidden room, y que este año presenta a concurso su último trabajo The green fog, filmado a tres bandas junto a Evan y Galen Johnson. No parece, pues, que la sección oficial vaya a decepcionar a los asiduos al festival, acostumbrados a recorrer vías que, a priori, le resultarán hasta cierto punto conocidas.
Fuera de la competición, el repaso al estado actual del cine se completa con la sección Panorama, que este año trae como plato fuerte los últimos trabajos Raoul Ruiz, Nobuhiro Suwa, Agnès Varda y Hong- Sang Soo. Mención aparte merece el incombustible Claude Lanzmann del que se proyectará su último trabajo Napalm, rodado sin permiso oficial en el (por lo que se ve, cada vez menos) hermético régimen norcoreano.
En lo que respecta al siempre necesario apartado de las retrospectivas, el festival rendirá homenaje a la gran efeméride del año con un ciclo dedicado al mayo del 68. Muy acertadamente, el conjunto de películas escogidas trasciende el estricto marco francés para asomarse a otros contextos de acción política y cultural de la época como la Primavera de Praga o el cine latinoamericano. En este sentido, los ciclos paralelos Estrella Roja, dedicado a la producción cinematográfica de los países integrantes del Pacto de Varsovia, y Eroguro Ad Hoc, sobre el género erótico japonés en boga a principios de los años 70, vendrían a completar este espectro revolucionario que dinamizó el debate en torno al cinematógrafo en las puertas de la posmodernidad.
Asimismo, y como viene siendo habitual en los últimos años, el certamen ha querido invitar a un cineasta contemporáneo para repasar su filmografía junto a una breve selección de títulos referenciales en su obra especialmente escogidos por el autor. En esta ocasión se trata del realizador rumano Radu Jude, antiguo colaborador de Constantin Costa-Gavras y Cristi Puiu entre otros, que obtuvo el Oso de Plata al mejor director en la Berlinale de 2015 por su película Aferim! Por cierto que entre las películas seleccionadas por Jude para la muestra se encuentra He nacido, pero… No deja de sorprender que en pleno siglo XXI la figura de Yasujiro Ozu siga manteniendo su vigencia al margen de tendencias y localismos.
No podemos terminar este repaso a la programación sin remitirnos brevemente a la sección Canarias Cinema. Principal escaparate y punto de reunión obligado de la cinematografía local, que este año cuenta con catorce piezas a concurso en el apartado de cortometrajes y cuatro en el de largometrajes. Fuera de competición se proyectarán, además, los títulos Apocalipsis Voodoo de Vasni Ramos, y Bárbara Nadie de nuestro amigo y compañero en el siempre tortuoso camino de la crítica cinematográfica Ayoze García, de quien ya pudimos ver su cortometraje Isføre en la edición a concurso de 2015. Desde aquí le deseamos la mejor de las suertes.
Aythami Ramos