Festival de Cine Europeo de Sevilla 2012
Tras una intensa semana de cine en la que se han proyectado más de 150 películas, se han anunciado las nominaciones para los próximo premios EFA, y numerosos rostros conocidos del gremio han desfilado por los cines de la ciudad; la novena edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla concluyó ayer con el fallo del jurado y la consecuente entrega de premios en la gala de clausura, celebrada en el Teatro Lope de Vega de la capital hispalense.
Como suele ser habitual, el palmarés de la sección oficial no contentó a todos. Los dos grandes premios del certamen recayeron en el filme sueco dirigido por Gabriela Pichler «Eat, Sleep, Die», que se alzó con el Giraldillo de Oro además de con el premio a la mejor actriz para Nermina Lukac, y en la cinta griega de Ektoras Lygizos»Boy eating the brid’s food», que hizo lo propio con el Giraldillo de Plata y el premio para su actor protagonista Yiannis Papadopoulos. Mientras que con la primera el jurado se refirió la autenticidad y la madurez narrativa que vertebra la cinta, en la segunda destacó la valentía con la que se retrata al personaje en una sofisticada metáfora de la situación por la que atraviesa su país.
El resto del palmarés de la sección oficial se completó con el Premio Especial del Jurado para «Reality», de Mateo Garrone, la cual ya cosechó el mismo reconocimiento en el pasado Festival de Cannes; el premio al Mejor Guión para la película del autriaco Ulrich Seidl «Paradise: Faith», segunda pieza de la trilogía que ya inició con su anterior trabajo «Paradise:Love»; y el Premio a la mejor Dirección de Fotografía para Agnes Godard por su labor en «Sister», cinta suiza de Ursula Meier que además se alzó con el premio Eurimages a la mejor coproducción europea ex-aequo con»Paradise:Faith».
Sin ningún tipo de reconocimiento quedaron, no obstante, películas que obtuvieron una gran acogida entre el público sevillano y que encabezaban las apuestas de la prensa del festival desde su inicio. Es el caso de «The Hunt», filme del aclamado director danés Thomas Vinterberg que aglutina cinco nominaciones para los premios EFA y que sirvió a su actor protagonista, Mads Mikkelsen, para ganar el premio al mejor actor en el Festival de Berlín por su brillante interpretación de un hombre perseguido por un delito que nunca cometió. Mikkelsen también protagoniza «A Royal Affaire», un intrigante drama de época dirigido por Nikolaj Arcel que nos sitúa en la corte danesa de finales del siglo XVIII para narrar la historia de un peculiar triángulo amoroso entre un rey demente, su esposa y su médico personal.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Junto a estas, han destacado de forma relevante la película belga «A perdre la raison», de Joachim Lafosse, que relata de forma contenida y precisa el proceso psicopatológico por el que discurre una mujer hasta cometer un acto injustificable (la interpretación de Emilie Dequenne es brillante); la cinta sueca «Call Girl», ambientada en los años 70 y con el tema de la prostitución como telón de fondo; y «Good Vibrations», un drama sobre la música en el Belfast de los 70.
Con menor fortuna pasaron por el festival «Fin», la película de Jorge Torregrosa que abrió el certamen con una mezcla de suspense y ciencia ficción heredera del espíritu de Perdidos; la rusa «Me too», la inclasificable cinta de Pablo Llorca «Recoletos arriba y abajo», la rumana «A Month in Thailand»; o «Cherchez Hortense», comedia francesa con escaso relieve y poco oficio tras las cámaras que tuvo el privilegio de cerrar el festival.
En el resto de secciones, brilló la inmensa obra maestra filmada por Michael Haneke, Amour, que además se hizo con el Premio del Público (y es clara favorita para los EFA) a partir de un portento narrativo y emocional con dos soberbios actores como aliados. También se proyectó la interesante «César debe morir», de los hermanos Taviani (Oso de Oro en Berlín), las españolas «La Voz Dormida» y «Grupo 7» (que finalmente no lograron colarse entre las nominadas de los EFA); y los proyectos de jóvenes realizadores como Eloy Enciso, que presentó Arraianos (premio del jurado universitario Camp_US), León Siminiani, que hizo lo propio con Mapa (Premio al mejor Documental ex-aequo con Leviathan), o Tobias Lindholm con A Hijacking, todas ellas de la sección Nuevas Olas.
Con este bagaje, al que se debe añadir el premio de honor a María de Medeiros, el ciclo dedicado a la realizadora francesa Agnes Varda, o las películas presentadas en la sección ‘Panorama Andaluz’, el Festival de Cine Europeo de Sevilla cierra sus puertas en una edición marcada por los cambios en su dirección (José Luís Cienfuego tomó las riendas del certamen cinco meses antes de su inicio) y la difícil situación por la que discurre el sector cinematográfico. De cualquier modo, la asistencia de público ha sido más que aceptable y, aunque los errores de organización y las carencias en la programación (el tema del palmarés es más subjetivo) continuan estando presentes, el SEFF se consolida poco a poco en el panorama de festivales españoles con una oferta distinta y con un enorme potencial.