Tres Clásicos del Cine Español que no deberías perderte (Vol. 3 Filmoteca Fnacional)
Escrito por Carlos Fernández Castro el 19/12/14 • En la Categoría Artículos,Listas,Resto de Artículos
Tercer volumen en el que repasamos la magnífica labor que está desempeñando la Fnac a la hora de mantener frescos en nuestra memoria algunos hitos de la cinematografía española. En el mes de noviembre, la filmoteca FNACional ha recuperado tres clásicos españoles (remasterizados en DVD y Blue Ray) que convendría revisar debido a su enorme calidad y a su innegable interés como radiografías de nuestra sociedad en diferentes épocas. Los tres títulos escogidos para el mes de noviembre corresponden a momentos diferentes en la historia reciente de nuestro país, dos de ellos a la dictadura y un tercero a la democracia. La selección también responde a la voluntad de reflejar la diferencia entre la España rural y la de las grandes ciudades. Pero lo más llamativo es que nuestros compañeros han rizado el rizo escogiendo tres películas con un punto en común muy peculiar: en las tres asistimos, de una manera u otra, a sendas relaciones triangulares, ya sean de conveniencia, amor, o simplemente cariño. Pasamos a comentarlas en los siguientes párrafos:
El Pisito
Dirección: Marco Ferreri
Reparto: José Luis López Vázquez, Mary Carrillo, Concha López Silva
El milanés Marco Ferreri debutó en el cine español con esta película de alto contenido social, cuyo guión firma el también novato Rafael Azcona. A pesar de la inexperiencia del binomio, «El Pisito» contiene un buen número de virtudes que le otorgan un gran valor como testimonio de una época que quizás no es tan lejana. España, años 50; mantener el alquiler de renta antigua de un piso es una de las pocas salidas para poder emprender una vida en pareja. El guión de Azcona podría haber sido escrito en 2014 y no hubiera llamado la atención. Los ágiles y chisposos diálogos y la habilidad de Ferreri para llevar situaciones relativamente normales al terreno del esperpento, suavizan la tortuosa tesitura en la que se encuentra el personaje interpretado por un colosal José Luis López Vázquez: tener que casarse con la actual y arrendataria de su pisito (ya anciana y al borde de la muerte) para heredar el precio del alquiler y poder vivir con su novia. La película carece de fluidez en algunos pasajes, pero la intención y la atmósfera general compensan los baches de ritmo. Un clásico menor, pero clásico al fin y al cabo.
Furtivos
Dirección: José Luis Borau
Reparto: Lola Gaos, Ovidi Montllor, Alicia Sánchez
La película que coronó a José Luis Borau como uno de los grandes cineastas de nuestro país. Desde la secuencia inicial, «Furtivos» advierte al espectador sobre su naturaleza incómoda e inquietante: la típica madre castrante de la que Hitchcock estaría orgulloso, un hijo con pocas habilidades sociales y menos inteligencia emocional, y una joven que irrumpe repentinamente en la vida de esta enfermiza familia, a la espera de que su novio, un conocido delincuente de la zona, se zafe de la guardia civil y vuelva a por ella. Una vez más el contexto juega un papel principal a la hora de transmitir el ambiente claustrofóbico que rodea a sus personajes. Las aristas del triángulo construido por Borau resisten semejante tensión que la incertidumbre y el suspense se apoderan del espectador desde el momento en el que Ángel (Ovidi Montllor) desata su sexualidad reprimida con Milagros (Alicia Sánchez), y decide acogerla en la casa familiar. Asimismo, la película mantiene una línea argumental paralela, mediante la cual pretende reflejar los contrastes entre la España rural y la urbana, y el servilismo de la primera. La belleza de sus imágenes contrasta con la suciedad moral de su contenido.
La Buena Estrella
Dirección: Ricardo Franco
Reparto: Antonio Resines, Maribel Verdú, Jordi Mollá
“La Buena Estrella” siempre será la obra por la que recordaremos a Ricardo Franco. Desgraciadamente, también fue la última que completó antes de su prematuro fallecimiento un año después. Además de una mención especial del Jurado Ecuménico en el Festival de Cannes de 1997, la película obtuvo cinco premios Goya al mejor director, guión, película, música y actor principal (Antonio Resines) en 1998. Y viendo el resultado no es de extrañar. Su guión coquetea peligrosamente con la incredulidad del espectador, pero la evita gracias a una minuciosa atención al detalle, a la excepcional dirección de Franco, dotada de una sensibilidad insólita, y a la labor de unos actores en estado de gracia. El triángulo amoroso compuesto por Rafael, Marina y Daniel y aparentemente destinado al fracaso, oscila desde la carnalidad más instintiva hasta la compasión más bondadosa, logrando la complicidad absoluta del espectador a lo largo de su metraje. La evolución de los personajes, que podría representar el punto más delicado para conseguir la credibilidad de su argumento, está tan bien trabajada que supone uno de los puntos fuertes de una obra atípica y rotunda.
Carlos Fernández Castro
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