Secuencias Inolvidables: Persona (sinfonía violenta de primeros planos)
Cuando se estrenó ‘Persona’, Ingmar Bergman ya había demostrado su dominio de la imagen. Sin embargo, sus películas se habían apoyado fundamentalmente en la fuerza de sus guiones. Sus diálogos sesudos e intelectuales eran famosos entre el público más cultivado, y sus planos empezaban a manifestar la curiosidad del cineasta por el aspecto más visual del séptimo arte. Y de repente decidió realizar una película cuyas imágenes hablaran por si solas, arrebatando violentamente el protagonismo a las palabras.
A lo largo de su escueto pero denso metraje, el director sueco demuestra un dominio exhaustivo del lenguaje cinematográfico. ‘Persona’ es la película que Góngora hubiera realizado si en lugar de poeta hubiera sido cineasta. En esta escena, somos testigos de una sinfonía de primeros planos al más puro estilo del Dreyer de ‘La Pasión de Juana de Arco’, en el que la belleza de las imágenes contrasta con la violencia del momento que comparten Liv Ullmann y Bibi Andersson. A pesar de tratarse de una secuencia dialogada, las ausencia de palabras no perjudicaría el resultado final. Asimismo, la fotografía de Sven Niqvist potencia los claroscuros que revelan la dicotomía de los personajes.
Tras una representación de Elektra, Elisabeth ha perdido la voz y es ingresada en una clínica. Su diagnóstico es bueno, pero sigue sin hablar. Pasado un tiempo, se traslada a una casa cerca de la costa acompañada de una enfermera. Alma cuida de ella y le habla sin parar con la esperanza de mejorar su estado. Esta secuencia corresponde a un momento en que los dos personajes han intimido y tienen la suficiente confianza como para escarbar en sus rincones más oscuros. La fusión entre ambas se materializa a través de unas imágenes que demuestran el inmenso poder del rostro humano. Si no han visto la película, necesitarán hacerlo después de ver esto:
Carlos Fernández Castro