Mis 10 Películas de Cine Negro (Film Noir) Imprescindibles (1ª Parte)

En este artículo hablaremos de las mejores películas de cine negro (o film noir, según se quiera) jamás realizadas. Se trata de nuestra segunda incursión en los géneros cinematográficos, después de haber revisado los que para mi son los mejores Western de la historia del cine.

El término film noir fue acuñado curiosamente por el italiano Nino Frank; y digo curiosamente, porque no conozco una sola película italiana que destaque especialmente por pertenecer a este género. A partir de ese momento, al referirse a cine negro, se hablaba de obras cuyos argumentos giraban en torno a hechos delictivos de todo tipo, con una gran estilización visual, casi siempre próxima al expresionismo. Estéticamente hablando, la iluminación era clave en estos trabajos, otorgando un especial protagonismo a las sombras. Desde el punto de vista narrativo, figuras como la elipsis o el flash-back eran muy habituales.

Los protagonistas de este tipo de historias suelen ser antihéroes o personajes con unos antecedentes inquietantes; rara vez ocurre lo contrario, aunque el caso de Glenn Ford en «Los Sobornados» sería una de las excepciones que confirman la regla. Lo mismo podría decirse de Charlton Heston en «Sed de Mal», aunque es más común encontrarse con personajes con los que el espectador se suele identificar, pero de moral descuidada y un pasado del que no sentirse demasiado orgulloso: Fred McMurray en «Perdición», Robert Mitchum en «Retorno al Pasado», Humphrey Bogart en «El Sueño Eterno», Sterling Hayden en «Atraco Perfecto», Richard Widmark en «Noche en la Ciudad», Burt Lancaster en «Forajidos», Paul Muni en «Yo soy un Fugitivo»….

Un ingrediente común a la mayoría de las cintas del género y, a la vez, uno de sus principales encantos es la presencia de la Femme Fatale. Suele tratarse de mujeres que utilizan su sensualidad para atrapar al protagonista masculino y empujarle a cometer actos (habitualmente fuera de la ley) en su beneficio, sin el menor de los escrúpulos.

El cine negro tuvo su máximo apogeo en los años 40 y 50. Se dice que el primer film noir fue «El Halcón Maltés», de John Huston, película con la que el director norteamericano debutó triunfalmente en la dirección cinematográfica en 1941; pero, al igual que en todas las disciplinas, determinar el primero en algo es algo tan relativo como susceptible de ser discutido. Personalmente, me limitaré a citar mis principales referentes en este maravilloso y cinematográfico género:

1) Perdición (Double Indemnity) (1944)

Dirección: Billy Wilder

Guión: Raymond Chandler, Billy Wilder (Novela: James M. Cain)

Reparto: Fred MacMurray, Barbara Stanwyck, Edward G. Robinson, Tom Powers

Fotografía: John F. Seitz

Música: Miklos Rozsa

Con “Perdición” Billy Wilder realizó su primera y única incursión en el cine negro. No repitió, porque probablemente era consciente que su primer esfuerzo en el género había resultado ser una obra prácticamente insuperable. Barbara Stanwyck hace las veces de una femme fatale perfecta, cumpliendo los requisitos necesarios para ello: atractiva, ambiciosa, inteligente, mentirosa y manipuladora.  Evidentemente, Fred McMurray cae rendido a sus pies en una trama perfectamente urdida por el director austriaco, repleta de engaños, traiciones, diálogos chispeantes y suspense, mucho suspense. A pesar de las magníficas interpretaciones los dos protagonistas principales, Edward G. Robinson les roba el protagonismo cada vez que aparece en pantalla, interpretando al compañero de McMurray en la compañía de seguros para la que ambos trabajan. Por cierto, Wilder ofrece una clase magistral de cómo utilizar una voz en off. Imprescindible.

2) Retorno al Pasado (Out of the Past) (1947)

Dirección: Jacques Tourneur

Guión: Daniel Mainwaring (Daniel Mainwaring)

Reparto: Robert Mitchum, Jane Greer, Kirk Douglas, Rhonda Fleming

Fotografía: Nick Musuraca

Música: Roy Webb

Tengo que admitirlo, la primera vez que vi este film, aparte de no conocerlo, no me enteré de gran cosa. “Retorno al Pasado” cuenta con una trama retorcida y enrevesada, solo superable en este aspecto por “El Sueño Eterno”, que provoca una confusión en el espectador similar a la experimentada por el personaje protagonista. Con un joven Robert Mitchum y un debutante Kirk Douglas, Tourneur vuelve a realizar un brillante trabajo con un presupuesto de película de serie B, como ya había sucedido con “La Mujer Pantera”, “Yo Anduve con un Zombie” y un largo etcétera. Jane Greer engatusa a Robert Mitchum como lo hubiese hecho con todos y cada uno de nosotros, aún siendo conscientes de que se trata de la chica del jefe.

3) Sed de Mal (Touch of Evil) (1958)

Dirección: Orson Welles

Guión: Orson Welles (Whit Masterson)

Reparto: Charlton Heston, Janet Leigh, Orson Welles, Marlene Dietrich, Akim Tamiroff, Dennis Weaver

Fotografía: Russell Metty

Música: Henry Mancini

Sé que algunos puristas pensarán que “Sed de Mal” es mucho más que un film noir y que en su lugar encajaría mejor “La Dama de Shanghai”; pero perteneciendo ambas a dicha categoría y habiendo sido dirigidas por Orson Welles, escojo definitivamente la primera. Por tratarse del retorno de Welles al cine “comercial” (y demostrar que era capaz de reventar la taquilla); por ese plano-secuencia inicial archiconocido que ha quedado para la historia del Séptimo Arte; por el magnífico reparto, encabezado por un carismático Charlton Heston y secundado por un antológico Orson Welles; por la atmósfera opresiva con la que el genial director americano impregna todo el metraje; por el intenso guión centrado en una investigación policial corrupta de principio a fin; por la avalancha de planos inolvidables que contiene; por la breve pero imponente presencia de Marlene Dietrich…..

4) El Sueño Eterno (The Big Sleep) (1946)

Dirección: Howard Hawks

Guión: William Faulkner, Leigh Brackett, Jules Furthman (novela: Raymond Chandler)

Reparto: Humphrey Bogart, Lauren Bacall,  John Ridgely, Martha Vickers, Dorothy Malone

Fotografía: Sid Hicox

Música: Max Steiner

Cuando me preguntan por un ejemplo paradigmático de film noir, «El Sueño Eterno» es la primera obra que me viene a la cabeza. Howard Hawks, probablemente el director más completo de la historia del cine, va al grano desde el minuto número uno. Plantea su trama en la mítica reunión del invernadero, utilizando unos diálogos de un ingenio portentoso y sentando las bases para una atmósfera asfixiante que va a reinar durante todo el metraje. Desde el primer momento saltan chispas entre los personajes, ya sean masculinos o femeninos; pero cuando Bogart y Bacall comparten plano, la química es insuperable. La trama de «El Sueño Eterno» solo pudo haber sido escrita por unas mentes muy retorcidas como las de Brackett, Furthman y Faulkner; confieso que en mi primer visionado, perdí el hilo argumental con una facilidad bastante preocupante. Entre otras razones, debido al frenético ritmo en la dirección de Hawks, quien se jactaba de dirigir sus películas el doble de rápido del resto de cineastas de su generación.

5) Atraco Perfecto (The Killing) (1956)

Dirección: Stanley Kubrick

Guión: Stanley Kubrick (Novela: Lionel White)

Reparto: Sterling Hayden, Coleen Gray, Vince Edwards, Jay C. Flippen

Fotografía: Lucien Ballard

Música: Gerald Fried

Tercera película del realizador británico después de la prometedora “El beso del Asesino”. Stanley Kubrick demostró un insultante dominio de la técnica narrativa y rompió moldes con esta portentosa historia de atracadores intentando realizar el golpe perfecto. Inolvidable esa voz en off que transita por casi todo el metraje comentando la planificación del atraco a modo de retransmisión deportiva. Sterling Hayden aporta suficiente carisma a su personaje, un perdedor con ganas de dejar de serlo,  realizando la mejor interpretación de su carrera. El montaje, hábil y dinámico, dota a la película de un ritmo endiablado hasta su última y memorable secuencia, que transmite un desasosiego demoledor.

Continuación

Carlos Fernández Castro