Mis Películas de Miedo Favoritas

Como decía Pazos en “Airbag” el concepto es el concepto y siempre es un buen punto de partida. Mas aún en un género difícil de delimitar y sobre el que cada cual tiene su particular idea. La noción de la posesión infernal puede poner a uno los pelos de punta, mientras que a otro, le aterra la posibilidad de ser enterrado vivo, volverse loco, ser abducido, engullido por un tiburón, secuestrado por algún psicópata (léase también desmembrado, violado, objeto de experimentos extraños, entre otras cosas) y un largo etcétera. Por si fuera poco, a esto se suma el que una película afecta de forma distinta según la edad y la situación en la que uno se encuentre. No es lo mismo ver Fantasma o Hellraiser con 13 años que con 25.

Como es mi lista, he aplicado mi particular concepto de película de miedo según el cual película de miedo es aquella que provoca escalofríos porque nos enfrenta con algo inexplicable que no controlamos, que nos hace dudar de nuestros sentidos y que hace se tambaleen nuestras convicciones más profundas. Siguiendo este criterio, he dejado fuera aquellas películas que tratan situaciones que, pese a su dureza, se pueden dar en la realidad como es el caso de “La última casa a la izquierda”, “Funny games” o “Saw”. También las de virus asesinos, catástrofes, deformidades y bichos varios («Alien», «Cloverfield», «Las colinas tienen ojos») o aquellas que contienen algún elemento cómico como “Zombies party” o “Un hombre lobo americano en Londres”, porque no me provocan el mencionado escalofrío. Suprimo también aquéllas que, aunque dan miedo, no consiguen hacerme olvidar que están repitiendo fórmulas ya muy vistas (“Shutter”, “La maldición”, “El rito”,  “La huérfana”, etc.),  aquéllas en las que el gore supera el miedo (“Audition”, “Antichrist”, “Holocausto caníbal” o “La matanza de Texas”) y, finalmente, las que a mi juicio, tienen demasiado elemento dulzón para una película de terror, como “Drácula de Bram Stoker” o “Déjame entrar”.

Pese a todas estas excepciones, aun quedan películas. Encontraréis alguna de posesiones ya que perder el control, y más si es para cederlo a un ente maligno, es mi talón de Aquiles en lo que a miedo se refiere.

Y, sin mas dilación, he aquí la lista de algunas de mis favoritas:

El Corazón del Ángel (Angel Heart) (1987)

Dirección: Alan Parker

Guión: Alan Parker (Novela: William Hjortsberg)

Reparto: Mickey Rourke, Robert De Niro, Charlotte Rampling, Lisa Bonet

Fotografía: Michael Seresin

Duración: 113 Min.

La vi en mi infancia y me impresionó mucho. La volví a ver hace unos años y me sigue impactando su atmósfera sórdida y lo creíble de la actuación del malogrado Mickey Rourke. Alan Parker mezcla sabiamente ritos vudú con detectives despistados y sexo descarnado. El resultado es una película extraña y desasosegante como pocas. El espectador acompaña al protagonista empapado en sudor por las calles de Nueva Orleans en una investigación aparentemente inofensiva que, poco a poco, adquiere tintes de pesadilla. Al igual que en la posterior “En la boca del miedo”, y con infinitamente más fortuna, “El corazón del ángel” captura a la perfección la rotura de esa fina línea que separa la realidad cotidiana de otra realidad oculta y terrorífica que parece transcurrir de forma paralela sin que nos demos cuenta.

The Ring (El círculo) (Ringu) (1998)

Dirección: Hideo Nakata

Reparto: Nanako Matsushima, Miki Nakatani, Hiroyuki Sanada, Yuko Takeuchi

Guión: Hiroshi Takahashi (Novela: Kôji Suzuki)

Fotografía: Junichirô Hayashi

Duración: 91 Min.

Ringu fue la película que abrió la veda del fantasma peludo que se convertiría en una figura familiar del cine oriental de terror (“La maldición”, “Apartamento 1303”,  “Dos hermanas”, etc.). Partiendo de una historia que parece una leyenda urbana de las que se cuentan en los campamentos entre susurros, Hideo Nakata consigue provocar terror gracias al susodicho fantasma y sus movimientos imposibles cuando avanza para capturar a sus víctimas. No tiene música, ni sustos ni grandes efectos pero es precisamente esta simplicidad lo que da más fuerza a unas imágenes que consiguen asustar. Sobre todo , aquella de algo saliendo de un pozo a cámara lenta, moviéndose como un ser de otro mundo, inexorable y con sed de venganza.

Al Final de la Escalera (The Changeling) (1980)

Dirección: Peter Medak

Guión: William Gray y Diana Maddox

Reparto: George C. Scott, Trish Van Devere, Melvyn Douglas, John Colicos

Fotografía: John Coquillon

Duración: 109 Min.

Aparte de su estilo clásico y elegante, que siempre es de agradecer, esta obra tiene dos escenas que la cualifican para aparecer en esta lista. Una de ellas es aquélla en la se que muestra el rostro de uno de los protagonistas en un momento clave de la película. Su reacción es tan real que consigue que el espectador se asuste sin ni siquiera tener que mostrar qué es lo que la ha provocado. La segunda escena es la famosa caída de la pelotita por una escalera ante los ojos desorbitados del inquilino de la casa.  Aquí tenemos un claro ejemplo de algo que mencionaba en la introducción: el enfrentamiento con una realidad que según la razón, los sentidos y la experiencia, es imposible. El hecho es tan aterrador, que Medak ni necesita ponerle música para subrayarlo. La pelota va cayendo en absoluto silencio mientras el espectador se agarra al cojín sin poder despegar los ojos de la pantalla.

Paranormal Activity (2007)

Dirección: Oren Peli

Guión: Oren Peli

Reparto: Katie Featherston, Micah Sloat, Amber Armstrong, Mark Fredrichs

Fotografía: Oren Peli

Duración: 99 Min.

Al igual que “Pesadilla en Elm Street” esta película es otra razón para no dormir. Si ya es complicado enfrentarse a lo desconocido estando despierto, el hacerlo mientras se duerme es rizar el rizo. El mero hecho de saber que algo invisible y con malas intenciones nos acecha mientras dormimos indefensos, asusta a cualquiera. Como en “El proyecto de la bruja de Blair”, lo que el espectador ve son imágenes grabadas con una cámara mientras los personajes comen , charlan , se visten … y duermen.  Y es precisamente cuando duermen cuando tienen lugar las escenas más terroríficas; entre ellas, una en la que el director ni siquiera se molesta en mostrarnos al tradicional fantasma, objetos que se mueven o puertas que se cierran solas, tan sólo el transcurrir del tiempo a cámara rápida que, por una razón que no voy a desvelar, resulta particularmente sobrecogedor.

El Exorcista (The Exorcist) (1973)

Dirección: William Friedkin

Guión: William Peter Blatty (Novela: William Peter Blatty)

Reparto: Linda Blair, Max von Sydow, Ellen Burstyn, Jason Miller, Lee J. Cobb

Fotografía: Owen Roizman

Duración: 121 Min.

Si las de posesiones me dan miedo , “El exorcista” tenía que tener un lugar en esta lista. La evité durante mucho tiempo y cuando al final me decidí a verla, no me impactó tanto como esperaba pero es la obra que sienta las bases para otras que tratan el mismo tema y que no llegan a su altura.  Tanto las imágenes de una Linda Blair descoyuntada hasta lo imposible como su voz de ultratumba (que durante varios años me impidió escuchar al pobre Brian Johnson sin relacionarlo con Satán) hacen merecedora a esta película de un especial reconocimiento. Aparte de reflejar muy bien la angustia e impotencia de la madre y la crisis personal del sacerdote, es capaz de entrar en ese recóndito lugar en el que, por debajo de todas las capas de racionalidad, experiencia, creencias, etc. hay una molesta vocecilla que te dice  ¿y si…?

La Profecía (The Omen) (1976)

Dirección: Richard Donner

Guión: David Seltzer

Reparto: Gregory Peck, Lee Remick, David Warner, Billy Whitelaw, Harvey Stephens

Fotografía: Gilbert Taylor

Duración: 120 Min.

Otro clásico que no defrauda. La comedida y completamente creíble actuación de Gregory Peck contribuyen a que el espectador comparta las dudas del personaje hasta el último momento. En “La profecía” además, también se encuentra presente de forma muy palpable esa realidad paralela que nos parece más próxima cuando nos despertamos solos en mitad de la noche. En especial, escenas casi oníricas como la del  cementerio italiano con esa luz característica y la paulatina aparición de los rottweilers contribuyen a unir esas dos realidades que a primera vista parecen irreconciliables. A esto se suma el contraste entre la inocencia de un niño que ni siquiera parece ser consciente de lo que ocurre, y la imagen que uno piensa que debe tener el anticristo. Me quedo con la escena de los perros y la de la decapitación.

Dos Hermanas (Janghwa, Hongryeon) (2003)

Dirección: Kim Ji-woon

Guión: Kim Ji-woon

Reparto: Kim Kap-Su, Yum Yung-Ah, Lim Su-Jeong

Fotografía: Lee Mo-gae

Duración: 115 Min.

Con una tragedia familiar como telón de fondo, se desarrolla esta película de terror que cuenta con una ambientación cuidadísima y una música excelente. Es verdad que el susto del saco ya lo habíamos visto en “Audición” y el armario misterioso tampoco es un desconocido en el cine oriental, pero cuenta con los suficientes elementos originales y la tensión requerida como para destacar por méritos propios. Una de mis escenas favoritas es la aparición del fantasma arrastrándose por el suelo en la habitación de la hermana pequeña. También destacaría la cena familiar en la que uno de los comensales se da cuenta (y el espectador también) de que algo no va bien. La secuencia posterior , cuando la madrastra se queda sola en la cocina, alcanza una tensión como pocas veces he visto en una película de este tipo.

Poltergeist (1982)

Dirección: Tobe Hooper

Guión: Steven Spielberg, Michael Grais, Mark Victor

Reparto: Craig T. Nelson, JoBeth Williams, Beatrice Straight, Dominique Dunne

Fotografía: Matthew F. Leonetti

Duración: 114 Min.

Gracias a Poltergeist aprendimos que un objeto tan familiar como la televisión puede ser una puerta a otra dimensión. Esto es bastante inquietante cuando, para gran parte de los mortales, una de las formas de conectar de nuevo con “la confortable realidad” después de una pesadilla es levantarse y, tras haber encendido gran parte de las luces disponibles, tirarse en el sillón y poner la tele o la radio. Lo que más me gusta de esta película es la transición entre lo que puede ser algo meramente curioso y cuya comprensión tan sólo requiere abrir un poco la mente (véase la escena de la madre y la niña en la cocina que casi casi es hasta juguetona) hacia algo más siniestro, maligno y muy capaz de arrastrarnos al mundo de los muertos por algo de lo que ni siquiera somos conscientes.

Suspiria (1976)

Dirección: Dario Argento

Guión: Dario Nicoladi y Dario Argento

Reparto: Jessica Harper, Stefania Casini, Flavio Bucci, Udo Kier, Miguel Bosé

Fotografía: Luciano Tovoli

Duración: 101 Min.

Con su estética kitsch y su sangre de tomate frito no parece, en principio,  una de las candidatas a película de terror favorita de nadie. Pero lo cierto es que me gusta pese a todo. Quizá sean los colores tan fuertes, la ambientación claustrofóbica que consigue Darío Argento y, sobre todo, la música en la que parecen oírse almas en pena y que acompaña perfectamente a la historia que se narra. Tiene también varias escenas memorables: después de “Suspiria”, no verás al mejor amigo del hombre con los mismos ojos ni te atreverás a abrir una ventana por la noche cuando no puedes ver qué es lo que se esconde en la oscuridad, al otro lado del cristal ….

Sé que se quedan muchas fuera: “Angustia”, “El resplandor”, “La semilla del diablo”, “Silent Hill”, “El sexto sentido”, “El descenso”, “Los otros”, “It” o “La niebla” , entre otras. Ha sido complicadísimo elegir ya que todas ellas me gustan  pero había que seleccionar.

Y después de este breve repaso por una pequeñísima parte del cine de terror, os deseo  a todos dulces sueños.

Mercedes Cal González