Cinco Películas de Martin Scorsese que no deberías perderte
Escrito por Carlos Fernández Castro el 28/1/15 • En la Categoría Artículos,Listas,Resto de Artículos
Martin Scorsese siempre ha sido un gran amante del cine. Parece una perogrullada, pero muchos directores contemplan el Séptimo Arte como un trabajo, como una vía para alcanzar el reconocimiento, como el único camino para acceder a un mundo paralelo cuyas calles están pavimentadas de oro y diamantes. Sin embargo, el protagonista de nuestra nueva lista no sólo es un apasionado del cine, sino que además lo utiliza para exorcizar sus demonios, penetrar en su subconsciente, analizar sus obsesiones personales… Por eso sus películas son tan viscerales y persisten en los temas recurrentes que tanto le preocupan.
Comprobaremos en líneas inferiores que la mayor parte de los guiones de sus películas no están escritos por él. Sin embargo, le identificamos en cada uno de sus trabajos. Y es que Martin Scorsese es la clara evidencia de que para ser considerado autor no es necesario escribir y dirigir tus películas. Basta con impregnarlas de tu personalidad y potenciar en esos guiones ajenos aquello que siempre te ha interesado.
Como es habitual, no repasaremos sus películas más conocidas, sino aquellas que, aún rozando la perfección, son habitualmente ignoradas o no reciben los elogios que merecen. Con todos ustedes, el lado menos conocido de Martin Scorsese:
Malas Calles (1973)
Guión: Martin Scorsese, Mardik Martin
Reparto: Harvey Keitel, Robert de Niro, David Proval, Amy Robinson
Primer coqueteo de Martin Scorsese con el particular universo de Little Italy y sus gangsters de pacotilla. Por aquel entonces, el director llegó a Cannes con esta película bajo el brazo y los bolsillos tan vacíos que casi no disponía de dinero para alojamiento. Una vez más, el reconocimiento galo impulsó la carrera de un cineasta que estaba destinado a la eternidad. “Malas Calles” trata sobre cómo el entorno puede condicionar la existencia de una persona hasta el punto de atraparle en una inercia de la que no puede escapar. Charlie está comenzando a “trabajar” en los negocios ilícitos de la familia, pero sin mancharse demasiado las manos. Lleva una relación secreta de la que se siente en cierto modo avergonzado. Y además, tiene que cuidar de su primo Johnny, un psicópata que no deja de meterse en líos. Aparte de Keitel y de Niro, el sentido de la responsabilidad y la culpa protagonizan la primera obra importante en la carrera del italoamericano.
El Rey de la Comedia (1982)
Guión: Paul D. Zimmerman
Reparto: Robert de NIro, Jerry Lewis, Sandra Bernhard
¿Quién decía que Scorsese no era buen director de comedias? Generalmente, cuando se habla de sus mejores obras, se omiten sus trabajos más cercanos a este complicado género que muchos frecuentan y pocos dominan. En 1982, el bueno de Marty padecía una grave depresión a pesar del enorme éxito cosechado con “Toro Salvaje”. Una vez más, superó el bache gracias al cine y a la inestimable ayuda de su gran amigo Robert de Niro, quien protagonizó junto a Jerry Lewis una de las sátiras más afiladas e interesantes en torno al mundo de la televisión y la fama. En esta ocasión, tanto Scorsese como su actor fetiche demuestran una versatilidad insospechada si tenemos en cuenta sus trabajos anteriores. Dado el oscuro mensaje de la película, el guión de Paul Zimmermann rocía algunos de sus pasajes de momentos surrealistas y esperpénticos, que ofrecen a de Niro la oportunidad de desplegar su inmenso talento.
Jo, qué Noche (1984)
Guión: Joseph Minion
Reparto: Griffin Dunne, Rosanna Arquette, Linda Fiorentino, John Heard, Verna Bloom
Tras los buenos resultados de ‘El Rey de la Comedia’, Scorsese pareció tomarle el gusto al género y se embarcó en la realización de ‘Jo, qué Noche’. Su macabro sentido del humor se apoderó del conjunto, dando pie a una nueva comedia negra en la que un hombre normal y corriente, sin comerlo ni beberlo, se embarca en una pesadilla de proporciones dantescas. El director italoamericano alterna momentos de tensión con situaciones parcialmente cómicas que ofrecen un respiro al espectador y suponen un grado más en la desesperación de su protagonista, cuyo principal objetivo consiste únicamente en regresar sano y salvo a su hogar dulce hogar. Scorsese envuelve el Soho neoyorquino de los 80 y un memorable ramillete de secundarios, en una atmósfera sofocante que convierte ‘Jo qué Noche’ en una experiencia inolvidable.
La Edad de la Inocencia (1993)
Guión: Jay Cocks, Martin Scorsese (Novela: Edith Wharton)
Reparto: Daniel Day-Lewis, Michelle Pfeifer, Winona Ryder
¿Quién hubiera imaginado a principios de los 90 que Martin Scorsese fuera a dirigir un drama de época en algún momento de su carrera? Personalmente me llevé las manos a la cabeza, sobre todo teniendo en cuenta sus películas inmediatamente anteriores: «Uno de los Nuestros» (1990) y «El Cabo del Miedo» (1991). No parecía un género hecho a su medida, pero el bueno de Martin ya había demostrado su arrojo anteriormente («New York, New York»), y con resultados más que aceptables. «La Edad de la Inocencia» dejó a propios y extraños con la mandíbula desencajada. La sensibilidad que desprenden sus imágenes hacen pensar en cineastas como James Ivory. Sin embargo, la película no abandonaba sus temas recurrentes (redención y culpabilidad), aunque los abordara en un contexto completamente inusual. La imposible historia de amor entre Newland Archer y la Condesa Olenska depara momentos realmente emocionantes, que parecen redefinir el concepto de romanticismo. La pulcra sociedad neoyorquina de finales del S. XIX nunca resultó tan cruel e hipócrita como en este milagro que para algunos es su mejor película.
No Direction Home: Bob Dylan (2005)
Guión: Martin Scorsese
Reparto: Documental, Bob Dylan
Desde los inicios de su carrera, Martin Scorsese demostró su amor por la música. En 1978 realizó su primer documental dedicado a The Band, la extraordinaria banda de folk-rock que había acompañado a Bob Dylan en los años más eléctricos y controvertidos de su carrera. Sólo era cuestión de tiempo que se embarcara en un proyecto todavía más ambicioso: inmortalizar cinematográficamente a uno de los grandes mitos vivientes de la música. Pero el director de «El Último Vals» no estaba dispuesto a realizar un documental al uso. Como buen admirador de Dylan que siempre ha sido, quería mostrar al personaje con sus luces y sus sombras, sus éxitos y sus fracasos, su carácter independiente y arisco, su insultante confianza en si mismo, deseaba incluir testimonios de todo tipo que no dejaban en buen lugar al cantautor, mostrar sus altercados con la prensa… Pero ¿estaría Dylan por la labor de colaborar en un documental que no ofrecía su mejor perfil? Supongo que Scorsese sabía desde el primer momento que no sólo estaría de acuerdo, sino que facilitaría jugosos materiales de archivo y respondería a todas las preguntas que quisiera plantearle. El resultado es una obra maestra del género que eleva al autor de «Like a Rolling Stone» a la categoría de uno de los mejores personajes de «ficción» de la historia del cine.
.
Carlos Fernández Castro
.