5 Películas de Paul Newman que no debes perderte

Hace tres años nos dejó la mirada mas intensa de Hollywood y, por qué no decirlo, mi actor favorito, junto a Cary Grant; el 26 de Septiembre de 2008 sus ojos azules dejaron de iluminar todo a su alrededor y el hombre se convirtió en mito. Con un físico tan agraciado y unos ojos tan azules, lo fácil hubiera sido interpretar los típicos papeles de galán, para lo cuales no hubiera tenido competencia, y participar en un sinfín de comedias románticas, salpicando su carrera con esporádicas producciones de prestigio, y así ganarse el favor de la crítica (¿no os recuerda esto a alguien? empieza por Robert y termina por Redford).

Pero Paul Newman era diferente; al igual que Marlon Brando, con quien compartía una fé ciega en «El Método», escogió el camino difícil y se decantó casi siempre por un cine de calidad (habitualmente de autor), escogiendo personajes de gran calado emocional. Una persona como él, dedicada en cuerpo y alma a su familia y a su profesión, buscó en el cine las emociones fuertes que muchos otros actores buscan en la vida real. Quizás esta es la razón por la que gran parte de sus personajes son oscuros (generalmente perdedores) o de una moral reprobable; incluso los mas positivos encierran un pasado dudoso o se dedican a actividades poco loables.

Pero hay otra constante en muchas de sus películas, que parecía preocuparle bastante: las relaciones paterno-filiales, incluso antes de la muerte de su hijo, evento que le marcó de por vida. «La Gata sobre el Tejado de Zinc», «Hud», «Harry e hijo», «Ni un Pelo de Tonto»o «Camino a la Perdición» son algunos de los ejemplos de películas que profundizan en este tema de una u otra manera.

Os dejo con mi particular lista de películas fundamentales de Paul Newman; hay grandes ausencias, lo sé, pero cada una de las que cito ha sido escogida por representar una época específica del actor o por mostrar sus múltiples registros; y evidentemente por el gran impacto que causan en mi cada vez que vuelvo a disfrutar de ellas. Este es mi particular homenaje a uno de los más grandes:

El Buscavidas (The Hustler) (1961)

Dirección: Robert Rossen

Guión: Robert Rossen, Sidney Carroll (Novela: Walter Tevis)

Reparto: Paul Newman, Piper Laurie, Jackie Gleason, George C. Scott

Fotografía: Eugene Shuftan

Si hay una película que no debes perderte en la filmografia de Paul Newman, esa es «El Buscavidas», probablemente uno de los mejores films de la historia del cine. En ella, interpreta al mítico Eddie Felson, un joven que lo tiene todo para ser el mejor jugador de billar del país; salvo por un detalle: bajo su aparente aspecto de triunfador e inmenso talento, se esconde un grandisimo perdedor, quizás el mas patético de todos los que el actor haya interpretado a lo largo de su carrera. Se trata también del mejor trabajo que realizó Robert Rossen (Cuerpo y Alma), un talentoso guionista cuya reconversión a director fue sencillamente espectacular.

«El Buscavidas» es una obra maestra de principio a fin, pero si tuviera que resaltar algo de ella, sería la secuencia que narra el enfrentamiento entre Fast Eddie (Paul Newman) y El Gordo de Minessota (Jackie Gleason); llevan 24 horas jugando al billar y Eddie está aplastando a su contrincante; pero el Gordo no se rinde e incita a Eddie a prolongar su enfrentamiento. Nunca se ha mostrado con tanta maestría qué diferencia a un ganador de un perdedor.

Además, «El Buscavidas» contiene una descorazonadora historia de amor entre Sarah (Piper Laurie) y Eddie (Newman), dos almas perdidas destinadas al fracaso, en la que los dos actores demuestran sus excepcionales dotes dramáticas. Así mismo, dentro de este portentoso tratado sobre las miserias humanas, es imprescindible citar el inmejorable trabajo de George C. Scott, interpretando al mecenas de Eddie, y el de Jackie Gleason, bordando su «Gordo de Minesotta»; dos de las mayores exhibiciones jamás realizadas por actores secundarios en una película.

Hud, el Más Salvaje entre Mil (1963)

Dirección: Martin Ritt

Guión: Irving Ravetch & Harriet Frank Jr.

Reparto: Paul Newman, Patricia Neal, Melvyn Douglas, Brandon de Wilde

Fotografía: James Wong Howe

De nuevo, Paul Newman demuestra su atracción casi enfermiza hacia los personajes oscuros; en este caso, se trata de un ser verdaderamente despreciable. «Hud» es western costumbrista, que nos cuenta la historia de una familia y sus problemas para sacar adelante un rancho con demasiadas cabezas de ganado infectadas por una enfermedad contagiosa.

Pero esto no es mas que un acertado telón de fondo para lo que realmente cuenta esta película: una relación paternofilial herida de muerte por la sombra de la muerte del hermano mayor de Hud; un cambio generacional que representa brillantemente la perdida de la inocencia del pueblo norteamericano; en el que la honestidad (Homer Bannon, padre de Hud) cede casi todo su espacio a la ambición (Hud). Y dentro de toda esta oscuridad, Martin Ritt (Hombre, El Largo y Cálido Verano) permite acertadamente la entrada de un insignificante hilo de luz, representado por Lon (Brandon de Wilde), sobrino del protagonista.

Imposible olvidar la maravillosa interpretación de Patricia Neal (El Manantial, Desayuno con Diamantes), que representa el objeto de deseo, aparentemente vetado a Hud, y mantiene un falso equilibrio en el seno de la familia Bannon. La fotografía de James Wong Howe (Chantaje en Broadway) es uno de los blanco y negro mas bellos de la historia del cine, logrando transmitir a través de su iluminación los grandes claroscuros del argumento y de su personaje principal; nadie ha fotografiado los cielos americanos como él.

El Golpe (The Sting) (1973)

Dirección: George Roy Hill

Guión: David S. Ward

Reparto: Paul Newman, Robert Redford, Robert Shaw, Charles Durning

Fotografía: Robert Surtees

«El Golpe» pertenece a ese tipo de películas que puedes ver una y otra vez sin aburrirte, gracias al ritmo endiablado que imprime George Roy Hill (Dos Hombres y un Destino, Matadero 5) a todas sus secuencias. En ella, Paul Newman repite, e incluso supera, junto a Robert Redford y Roy Hill el éxito que el trío lograra con «Dos Hombres y un Destino» unos años atrás. De nuevo, vuelve a interpretar a un perdedor, aunque en esta ocasión logra redimirse a través de la mejor estafa de la historia del cine.

«El Golpe» puede interpretarse como una historia de amistad en un mundo en el que todos mienten y persiguen el beneficio propio. En ocasiones llegamos a dudar de las intenciones de sus protagonistas, pero en el fondo, Roy Hill libera de culpa a sus personajes, mostrando como objetivo final de su golpe vengar la muerte de un gran amigo.

Redford está bien en su papel de protagonista, un tipo apuesto, con cierto encanto y muchas ganas de aprender. Pero la verdadera estrella aquí es Paul Newman, cuyo carisma y talento pata los momentos cómicos compensan su menor protagonismo. Después de ver » El Golpe», ¿Alguien puede olvidar la partida de poker en el tren, en la que, fingiendo estar borracho, se burla del Sr Lonegan hasta sacarle de quicio?

Ni un Pelo de Tonto (1994)

Dirección: Robert Benton

Guión: Robert Benton (Novela: Richard Russo)

Reparto: Paul Newman, Bruce Willis, Melanie Griffith, Jessica Tandy, Gene saks

Fotografía: John Bailey

«Ni un Pelo de Tonto» es una película poco conocida en la filmografía de Newman, pero imprescindible para apreciar la sabiduría interpretativa que el actor había sido capaz de aglutinar a lo largo de más de tres décadas de cine; corresponde a su última época y está dirigida por un guionista bastante conocido en el Hollywood de los 70, Robert Benton (Bonnie and Clyde, Qué me pasa, Doctor); aunque nunca destacara especialmente como director, que aquí logra filmar una comedia costumbrista exquisita.

Paul Newman retoma uno de sus temas favoritos: las relaciones paterno-filiales. A pesar de tratarse de una comedia, su personaje vuelve a tener un pasado del que no puede sentirse orgulloso y un presente entre patético y entrañable. Apoyada en un guión formidable, repleto de diálogos inteligentes y cargados de mala leche, el verdadero potencial de la película reside en la química brutal que existe entre los protagonistas: un pletórico Paul Newman, una adorable Jessica Tandy, una atractiva Melanie Griffith y un sorprendente Bruce Willis.

La historia que cuenta «Ni un Pelo de Tonto» transcurre en un pueblo nevado, ubicado en mitad de la nada y en el que todos los vecinos se conocen; ésto ayuda desde un primer momento a entrar en calor y a disfrutar de esta infravalorada joya. Las secuencias que el protagonista de «Dos Hombres y un Destino» comparte con Willis y Tandy son pura magia. Newman nunca estuvo tan encantador como en este film, lo que nos hace pensar que es una pena que no frecuentara más este genero.

Camino a la Perdición (Road to Perdition) (2002)

Dirección: Sam Mendes

Guión: David Self (Cómic: Max Allan Collins & Richard Piers Rayner)

Reparto: Tom Hanks, Paul Newman, Jude Law, Daniel Craig, Jennifer Jason Leigh, Stanley Tucci

Fotografía: Conrad L. Hall

Sam Mendes tuvo el honor de ser el ultimo cineasta en dirigir a Paul Newman para la Gran Pantalla. No siempre se cuenta con un secundario de este calibre; el director británico conocedor de su suerte, otorgó al mismísimo Butch Cassidy uno de sus papeles mas memorables como colofón a una brillante carrera. Por primera vez en su filmografía, Newman se pasa al lado oscuro e interpreta un personaje malvado, aunque repleto de luces y sombras.

En esta película, el protagonista de nuestro artículo interpreta un papel secundario, compartiendo planos con Tom Hanks, Daniel Craig y Jeniffer Jason Leigh; aun así, cuando aparece en pantalla, desprende tal magnetismo que todo lo que le rodea parece desvanecerse ante nuestros ojos; Newman demuestra que podría haber cumplido 80 años más y su carisma no se habría resentido un ápice.

Como telón de fondo, una de las relaciones paterno-filiales mas complejas que podemos ver en el cine moderno, repleta de sensibilidad y contradicciones. Newman nos regala un sinfín de planos imborrables en esta película: jugando a los dados con los hijos de Hanks, tocando el piano con él en su fiesta de cumpleaños, y un último e inolvidable encuentro bajo la lluvia, con el que parece estar despidiéndose de todos nosotros.

Carlos Fernández Castro