Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: Parte I (Harry Potter and the Deadly Hallows: PArt I) (2010)

Nota: 6,5

Dirección: David Yates

Guión: Steve Kloves (Novela: J.K. Rowling)

Reparto: Daniel Radcliffe, Emma Watson, Rupert Grint, Alan Rickman, Ralph Fiennes, Helena Bonham Carter, John Hurt

Fotografía: Eduardo Serra

EN BREVES PALABRAS (para los impacientes)

Lo primero de todo, decir que las aventuras del mago inglés nunca han sido santo de mi devoción. No he leído los libros y jamás creo que lo haga, pero por causas que no vienen a cuento, me he animado a iniciarme en el fantástico mundo de la Sra Rowling. Después de haber visto tres películas anteriormente, me he enfrentado a la primera parte del episodio final y he de decir que esta película no decepcionará las expectativas de los acérrimos. Los jóvenes magos se hacen adultos, afloran en ellos nuevas inquietudes y la más antigua de ellas se mantiene, adquiriendo, si cabe, más importancia: la lucha contra el Mal, materializado acertadamente en el personaje de Voldemort (Ralph Fiennes). Grandes dosis de acción, menos humor que en previas entregas, un aceptable desarrollo de las personalidades de los protagonistas y poco más, hacen de «Harry Potter y las Reliquias de la Muerte» una película de calidad estándar dentro de lo que viene promediando la franquicia, es decir, de un nivel aceptable sin más.

SI QUIEREN PROFUNDIZAR …

Se ha cacareado hasta la saciedad, y me remonto a los tiempos en que se estrenó «El Prisionero de Azkaban», que las películas de Harry Potter se tornaban cada vez más oscuras según avanzaba la edad de sus protagonistas. En el caso de la mencionada anteriormente, coincido plenamente con esta afirmación, pero en la última entrega no hay tanta oscuridad como cabía prever, teniendo en cuenta el juego que podrían haber dado los antagonistas, que se nos presentan, de forma muy prometedora, al principio del film. Me decepcionó la escasa utilización que se hace de Voldemort o lo poco que se profundiza en personajes que llevan interviniendo ininterrumpidamente en las anteriores películas y de los cuales conocemos escasos detalles. Por otro lado, es interesante presenciar el crecimiento de los protagonistas y como, debido a las situaciones tan extremas que experimentan, surgen las primeras rencillas entre ellos. No puedo evitar comentar que, en ocasiones, dichos desencuentros son producidos por la influencia maligna de las reliquias que van acumulando, al más puro estilo de «El Señor de los Anillos» (¿inspiración o plagio?). Esta entrega aporta una novedad muy a tener en cuenta: nuestros protagonistas ya no están en Hogwarts. Ese lugar que hasta el momento les había arropado y protegido del exterior desaparece para dar entrada al mundo real. Es interesante ver como los personajes se mueven en un entorno diferente; aporta cierta frescura si lo comparamos con anteriores películas.

No puedo dejar de admirar la imaginación y creatividad de la multimillonaria J. K. Rowling al crear todo este mundo imaginario que tantos beneficios le ha reportado. Lo que no puedo juzgar es su habilidad a la hora de desarrollarlo, ya que hay multitud de detalles que se me escapan al ver las películas, aunque me consta que esto no sucede al leer sus libros.

Muy mala suerte ha tenido el responsable de la franquicia cinematográfica al no haber podido seguir contando con Alfonso Cuarón (Hijos de los Hombres, Y tu Mamá También), director de «El Prisionero de Azkaban» y, sin duda alguna, el que ha conseguido llevar a la pantalla de manera mas exitosa las aventuras de Harry Potter. Tanto Chris Colombus, director de las dos primeras, como David Yates, responsable de esta última entrega, no han dado con el tono adecuado (quizás debido a un mala varita mágica, como en su momento le ocurrió a Ron), bien por ser demasiado infantiles, bien por ser demasiado planos en sus adaptaciones. Debido a la repercusión mundial de este personaje, se debería haber buscado un director que diera la talla, tal como hizo el mencionado director mejicano que, acompañado de su inseparable y magnífico director de fotografía Emmanuel Lubezki, triunfó imponiendo una estética oscura y un sentido del humor gamberro (lo suficiente y teniendo en cuenta la edad de sus espectadores mas infantes), de los cuales se beneficia la mejor película de la serie.

Técnicamente, la película está realizada con un despliegue de medios impresionante, tal y como podemos apreciar en numerosos planos de la película: el viaje inicial de todos los personajes protagonistas intentando despistar a «los malos», el ataque que sufren en mitad de la boda (celebrada en el primer tercio del film),  y un largo etcétera.

Probablemente yo no sea la persona más adecuada para opinar sobre esta película. En mi opinión, ésta tan solo agradará a los seguidores de la saga, quienes, apoyados por la lectura de los libros, verán cumplidas sus mayores expectativas. En el caso de que alguien se anime a ir al cine para verla, no se aburrirá, pero me temo que tampoco obtendrá grandes satisfacciones.

Carlos Fernández Castro