Crónica desde el Festival de Cine San Sebastián 2019 (25 de septiembre)
Iniciamos tarde nuestra cobertura de la 67 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, pero con toda la ilusión del mundo y con el compromiso de cubrir gran parte de la sección oficial y las películas más interesantes, que no las más evidentes, del resto de la programación. En esta primera crónica podréis encontrar textos sobre Thalasso (sección oficial), secuela de El secuestro de Michel Houellebecq, The Burnt Orange Heresy (Una obra maestra) (premio Donostia a Donald Sutherland) y Los sonámbulos (horizontes latinos).
Thalasso (Sección Oficial)
Guillaume Nicloux retoma a su protagonista de El secuestro de Michel Houellebecq cinco años después de su liberación y le encierra junto a Gerard Depardieu en un centro de rehabilitación donde sus vicios y su mal vivir son controlados hasta límites insospechados. El director francés juega con la combinación de estas dos personalidades emblemáticas de la cultura francesa, que se interpretan a si mismas, y provoca situaciones absurdas que habitualmente surten el efecto cómico esperado pero que encierran un contenido más bien hueco. Película sin pretensiones que supone la reunión de unos cuantos amigotes pasándoselo bien y exponiendo sus excentricidades con sumo orgullo. Una ocurrencia impropia de la sección oficial pero dotada de un buen ritmo y ramalazos de ingenio.
The Burnt Orange Heresy (Sección Oficial fuera de concurso)
Película que se proyecta con motivo de la entrega de uno de los premios Donostia de la presente edición del festival a Donald Sutherland y que se debate entre diferentes géneros sin decantarse decididamente por la comedia romántica, el ensayo crítico o el thriller. Cuando Giuseppe Capotondi apuesta por la química entre Claes Bang y Elizabeth Debicki el film funciona a pleno rendimiento. Del mismo modo, suscitan gran interés sus reflexiones iniciales sobre las repercusión de la crítica en el mundo del arte, que también servirán para articular las ambiguas relaciones entre los personajes del film e insinuar las verdades y mentiras que éstos esconden detrás de sus máscaras. Sin embargo, cuando The Burnt Orange Heresy se adentra en los terrenos del thriller pierde toda su credibilidad y acentúa su contradictorio e insultante discurso sobre la mujer. Su acertado pulso narrativo no es suficiente para salvar una película que se desinfla a golpe de guion.
Los Sonámbulos (Horizontes Latinos)
Producción argentina que confirma la sección horizontes latinos como una de las más atractivas del festival. En su cuarta película, Paula Hernández se destapa como una gran maestra de la puesta en escena. Basada en planos largos y una cámara muy pegada a los personajes, su dirección construye una atmósfera claustrofóbica en torno a los miembros de una familia durante la celebración del fin de año en la casa de la matriarca. Atrapados en una red de tensiones familiares ya preexistentes, cada uno de los personajes pierde la compostura inicial y se desprende de su máscara a medida que transcurren los minutos, hasta que la acumulación de conflictos desemboca en una tormenta perfecta en la que tienen cabida las rencillas económicas, las consecuencias de la dictadura heteopatriarcal, los deseos prohibidos y el despertar sexual. Una película dotada de un ritmo intenso y unas interpretaciones que posibilitan las exigencias dramáticas de un relato desasosegante y desquiciado.
Carlos Fernández Castro