El museo de las maravillas (Wonderstruck, 2017): Festival de cine de San Sebastián
Nota: 8
Dirección: Todd Haynes
Guión: Brian Selznick
Reparto: Oakes Fegley, Julianne Moore, Michelle Williams, Amy Hargreaves, Cory Michael Smith, Marko Caka, James Urbaniak, Hays Wellford
Fotografía: Edward Lachman
Duración: 120 Min.
En Wonderstruck, Todd Haynes se reúne con sus habituales Carter Burwell y Edward Lachman para narrarnos el viaje iniciático de Rose y Ben, dos niños pertenecientes a épocas distintas, pero que comparten la ausencia de un progenitor en su infancia y el deseo de que sus vidas sean diferentes. Será en sus limpias y cristalinas miradas donde Todd Haynes reflejará primorosamente la ciudad de Nueva York de los años 20 (Rose) y de finales de los 70 (Ben), merced a un soberbio trabajo formal y narrativo que hunde sus raíces, según confesó el propio director, en obras como Y el mundo marcha (King Vidor, 1928) y The French Connection (William Friedkin, 1971). En su segundo tramo, más atado a su necesidad de resolver el misterio y a las emociones de sus personajes, Wonderstruck pierde el ritmo engrasado y la magnitud mostrada en sus primeros compases para hacer desembocar su gigantesca aventura en las lágrimas del patio de butacas.
Wonderstruck es un regalo inequívocamente dirigido a cada uno de sus espectadores, una sinfonía para los sentidos que nos retrotrae hacia nuestra más íntima curiosidad, hacia nuestras infinitas ganas por descubrir, por descubrirse, por descubrirnos. Llámenlo ciencia, música, antropología, cine, arqueología, literatura o, sencillamente, pregúntense a ustedes mismos, a ese niño que sueña despierto, a ese adolescente que quiere ser diferente, a ese adulto que trata de encontrar cierta inocencia perdida o a ese anciano que cruza los ochenta años con aún más ganas quee todos los que vendrán por delante.
Quizá en este último trabajo haya variado su tono y adoptado los moldes de la fábula infantil, pero esta búsqueda casi pulsional permanece latente a lo largo de toda su filmografía con obras como Carol (2015), Safe (1995) o Mildred Pierce (2011); es decir, se trata de una carrera cinematográfica fundamentada en cómo nos construimos, dónde el cineasta se forma junto a sus personajes. Definitivamente, solo queda agradecer tan universal e íntimo regalo.
Antonio Cabello Ruiz-Burruecos