En un Lugar sin Ley (Ain’t them Bodies Saints) (2013)

Nota: 8

Dirección: David Lowery

Guión: David Lowery

Reparto: Casey Affleck, Rooney Mara, Ben Foster, Keith Carradine, Nate Parker, Chales Baker

Fotografía: Bradford Young

Duración: 105 Min.

Visionar el debut detrás de las cámaras de David Lowery, es sinónimo de recordar el trágico romance que relataba «El Demonio de las Armas», o las «Malas Tierras» de un incipiente Terrence Malick. Al contrario de lo que pueda parecer después de estas palabras, la película protagonizada por Casey Affleck y Rooney Mara rebosa personalidad en cada uno de sus fotogramas. Además, presenta en sociedad a un estimulante cineasta, que renuncia a los titubeantes pasos que todo novato suele necesitar para moldear su estilo.

«En un Lugar sin Ley» tiene una vocación indiscutiblemente americana, reflejada en los paisajes genuinos de sus imágenes, y en el estilo de vida de sus personajes. Estamos en la América más profunda: un lugar propicio para los delitos más sangrientos y las historias de amor más estremecedoras; la cara oculta de los Estados Unidos, en la que la aplicación de la ley es más heredera del salvaje oeste que del tan cacareado Nuevo Mundo; una América de viejos prematuros, que antes de llegar a la treintena han vivido lo suficiente como para decantarse por una vida tranquila en familia, y purgar en silencio sus pecados.

David Lowery demuestra ser un cineasta de texturas, capaz de hacerte respirar la atmósfera de sus planos, y transportarte, en calidad de testigo, al lugar donde habitan sus personajes. Apoyado en una fotografía cálida y una música que invita a la observación, el cineasta americano recurre a su experiencia como montador, para imprimir un ritmo muy particular a su romance imposible. Desde el momento en que la ley separa a los dos protagonistas, el espectador siente la necesidad de presenciar ese reencuentro prometido por Bob, tan poco aconsejable para Ruth y la hija que ambos esperan, como inevitable por la devoción mutua que llena en sus corazones.

«En un lugar sin Ley» es cine de autor con mayúsculas, del que tiene las ideas claras y no se deja sobornar en el último momento. Lowery juega sus cartas hasta el final con una coherencia absoluta, sin ceder a los complacientes giros de guión que solemos presenciar en el cine amaestrado de masas. La película presenta el eterno dilema entre la seguridad y la pasión, la tranquilidad y el riesgo, una vida junto a la persona que te ama y que hará todo lo posible para que seas feliz, o una historia de amor tan intensa como previsiblemente destinada al fracaso.

La dirección de Lowery es más que suficiente para considerar este film como una obra a tener en cuenta, pero hay un factor que lo eleva a un nivel superior. Casey Affleck y Rooney Mara demuestran porqué son dos de los actores más importantes de su generación. El hermano menor de Ben aporta su inquietante personalidad a un personaje que transmite convincentemente la predeterminación de alguien que está dispuesto a cumplir su palabra contra todo pronóstico, mientras que la hermana menor de Kate vuelve a hacer gala de una presencia magnética en cada plano que protagoniza. Asimismo, los nostálgicos podrán aferrarse a la agradable recuperación de Keith Carradine, rostro inevitable del cine de los 80, que reclama una mayor presencia en la gran pantalla con esta magnífica, aunque secundaria, contribución.

Puede que me equivoque, pero sospecho que en los próximos años, algunos de los momentos más interesantes del cine norteamericano independiente estarán protagonizados por David Lowery. «En un Lugar sin Ley» es cine que perdura en el tiempo y cala en el espíritu del espectador sin necesidad de artimañas sentimentales. Las verdaderas historias de amor no son las que duran para siempre, sino las que acaban como tienen que acabar. En un lugar sin ley, otra vida sería posible. En un lugar con ley, esto es lo que hay.

Carlos Fernández Castro