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Thomas Vinterberg se pone romántico en Far for Madding Crowd

El director danés Thomas Vinterberg está de enhorabuena. La caza (Jagten) ha sido preseleccionada por la Academia de los Oscar para competir en la categoría de Mejor Película de Habla no Inglesa la noche del 2 de marzo de 2014, presentada por la televisiva Ellen DeGeneres. Ciertamente no nos sorprende su elección. Junta a ella lucharán por hacerse un hueco en las finalistas :“Alabama Monroe” (The Broken Circle Breakdown) de Belgica, “Un Episodio en la vida de un chatarrero” (Epizoda u zivotu beraca zeljeza) de Bosnia y Herzegovina, “The Missing Picture” ( L´Image Manquante) de Camboya, “Two Lives” (Zwei Leben) de Alemania, “The Grandmaster” ( Yi dai zong shi ) de Hong Kong, “El Gran Cuaderno” (A nagy füzet) de Hungría , “La Gran Belleza” ( La Grande Bellezza) de Italia y “Omar” de Palestina.

      El 16 de enero se anunciarán las cinco candidatas definitivas. Estaremos atentos a su anuncio. Pero, no estamos muy seguros si a Vinterberg le interesa más promocionar La Caza por los despachos de América o continuar con la producción de la que es su última película. Europa conoció a Vinterberg con la excelente Celebración (Festen), cofundador del Dogma 95 junto a Lars von Trien, Kristian Levring y Søren Kragh-Jacobsen, entró en depresión con las fallidas It´s all about Love, Querida Wendy y Submarino, para finalmente volver a la senda del éxito con La Caza, premiada en Cannes gracias a la excelente labor de Mads Mikkelsen. En estos momentos está ocupado en la postproducción de su última creación, Far for the Madding Crowd, conocida en el mundo hispano por Lejos del Mundanal ruido, adaptación de la cuarta novela del escritor británico Thomas Hardy, escrita allá por 1874.

      Lejos del Mundanal Ruido nos cuenta la historia de Bathsheba Everdene (Carey Mulligan), una muchacha con una sonrisa «de las que sugieren que los corazones son cosas que se pierden y se ganan», que hereda, a la muerte de su tío, la mayor granja del pueblo de Weatherbury. Tres hombres rondan a esta joven propietaria, «fuerte e independiente», que sin duda está en situación de elegir: el pastor Gabriel Oak (Matthias Schoenaert), empleado suyo tras un desafortunado intento de independizarse, y que padece con silencioso aplomo su diferencia de posición; el hacendado Boldwood (Michael Sheen), un rico y maduro solterón, algo oscuro y poco delicado, pero capaz de amar con una intensidad imprevisible; y el sargento Francis Troy (Tom Sturridge), apuesto, acostumbrado a los favores del mundo, conquistador. Bathsheba puede elegir, pues, y elige aunque en poco tiempo habrá de descubrir que ha renunciado «a la sencillez de su vida de soltera para convertirse en la humilde mitad de un indiferente todo matrimonial». (Lecturalia).

      Esta novela ha sido adaptada en numerosas ocasiones tanto para la televisión como para el cine, desde el lejano 1909, hasta la adaptación más famosa, dirigida por John Schlesinger, con Julie Christie, Peter Finch, Alan Bates y Terence Stamp como los principales protagonistas.

      David Nicholls, el guionista de las Grandes Esperanzas de Mike Newell, ayuda en la escritura del guión, a partir de la romántica novela. El cast de actores que rodean al genio danés es bastante apetecible. La heroína de nuestra historia está interpretada por Carey Mulligan, reciente su éxito en una de las películas más esperadas de la temporada que se avecina A propósito de Llewyn Davis de los Coen. Sus pretendientes son Michael Sheen, triunfando en televisión con Masters of Sex; Tom Sturridge, pendiente de su actuación en la próxima película de Terrence Malick, si le dejan; y Matthias Schoenaerts, uno de los actores más interesantes de los últimos tiempos tras su irrupción en Bullhead hace un par de años. Juno Temple (Lovelace) completa uno de los repartos más interesantes y refrescantes que recuerdo.

      Todavía no se conoce la fecha de su estreno, se rumorea que probablemente su debut se produzca en el próximo festival de Cannes, pero ya estamos ansiosos por caer rendidos al romanticismo que inundaba el siglo XIX.

      Hillman

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