Tres Bodas de Más (2013)

NOTA: 7

Dirección: Javier Ruiz Caldera

Guión: Pablo Alén, Breixo Corral

Reparto: Inma Cuesta, Quim Gutiérrez, Martiño Rivas, María Botto, Paco León, Berto Romero

Fotografía: Arnau Valls Colomer

Duración: 94 Min.

La comedia española está de enhorabuena. Con la llegada de la tan cacareada crisis, celebramos la aparición de jóvenes y apasionados directores que dan rienda suelta a su creatividad, utilizando como arma arrojadiza una ingente frescura que inunda las salas de emoción y de buen rollo.

Javier Ruiz Caldera parece ser uno de esos artesanos influenciados, como no podía ser de otra manera en este país, por la cinematografía norteamericana. Dicho lo cual, no quiero que se malinterpreten mis palabras; todo artista está influenciado por alguien o algo. Lo maravilloso del proceso creativo es saber escoger lo mejor y descartar lo peor de aquello en lo que crees, y mezclarlo con mesura hasta conseguir el cocktail perfecto.

Tengo la impresión que Caldera es un corredor de fondo. Empezó arrasando con todo. Para que voy a andarme con tonterías, debió pensar. Y gestó, con más ganas que gusto, una comedia absurda, una parodia typical spanish, remedo de gags antológicos y escatológicos, fiel al más puro estilo Leslie Nielsen. Spanish Movie era su título, por si os lo estabais preguntando.

Con su segunda película, Promoción Fantasma, decidió probar algo nuevo. Como un afamado crítico mencionó, Promoción Fantasma no era más que una divertida y romanticona mezcla entre El Club de los Cinco y Agárrame esos fantasmas; pero en ella, se empezaba a esbozar su capacidad para plasmar, con un ritmo trepidante, las situaciones más cómicas.

Tres bodas de más supone un paso más en su carrera; pero no uno pequeño, sino un paso de gigante. Si continúa con esta progresión, quién sabe hasta donde puede llegar. En esta ocasión, el director catalán se ha rodeado de un magnífico elenco de actores para construir una comedia muy negra, a la par que divertida, gamberra, desvergonzada y traviesa, con ese punto macarra-pandillero que le aleja de la clásica historia romántica.

Ruth (Inma Cuesta) es una joven y poco valorada investigadora, desencantada del amor que, en un corto plazo de tiempo, recibe la invitación para asistir a las bodas de tres ex-novios. Reacia en un primer momento, gracias a su Pepito Grillo particular, un nuevo becario llegado al laboratorio (Martiño Rivas), decide presentarse sin complejos a los tres enlaces. Su vida dará un completo vuelco cuando conozca a un cirujano plástico (Quim Gutierrez) en la boda de uno de ellos.

Lo mínimo que se le pide a una comedia es que sea capaz de arrancarte una sonrisa. Y lo mínimo que se le pide a una comedia romántica es que sea capaz de arrancarte una sonrisa bobalicona, mientras una lágrima asoma por el rabillo del ojo. Parte del éxito tenemos que atribuírselo a la pareja de guionistas Pablo Alén y Breixo Corral, surgidos de la factoría televisiva. Condensado en escasos noventa minutos, el guión no decae en ningún momento, yendo sin pausa, pero sin prisa hacia el deseado final.

El peso de la película recae en una sorprendentemente graciosa y gesticulante Inma Cuesta, bastante alejada de los papeles a los que estábamos acostumbrados. Gallifante para Caldera, que ha sabido ver en ella lo que otros no vieron. El resto del reparto no desentona, destacando las hilarantes interpretaciones de Paco León, Berto Romero o Silvia Abril, por nombrar a los personajes más histriónicos de la película. Aunque si debo señalar a alguien, esa no es otra que la renacida Rossy de Palma en el papel de la deslenguada y liberal madre de Ruth. Sus apariciones en pantalla son de lo más desternillante de la película, así como la escena de la ruptura inicial, donde unos excelentes Inma Cuesta y Berto Romero, comienzan a desplegar lo mejor de sus encantos.

Y para los que ya tenemos una edad, recordaremos con nostalgia los viejos tiempos rebobinando con un boli la cinta de los cassettes, gracias a la utilización de una cuidada banda sonora, con un marcado protagonismo para la Carrie de Europe. Caaaaaaarrie, Caaaaarrie….. things they change my friend, ohhhh.

En definitiva, Tres bodas de más, gracias al boca a boca, puede ser una de las mejores opciones estas Navidades para disfrutar del cine. Ritmo constante, diálogos chispeantes, situaciones embarazosas… ¡que más quieres!

Hillman