La Gran Familia Española (2013)
Nota: 7,5
Dirección: Daniel Sánchez Arévalo
Guión: Daniel Sánchez Arévalo
Reparto: Antonio de la Torre, Quim Gutierrez, Hector Colomé, Roberto Álamo, Verónica Echegui, Miquel Fernández, Patrick Criado, Arantxa Martí, Sandra Martín
Fotografía: Juan Carlos Gómez
Duración: 101 Min.
Daniel Sánchez Arévalo repite fórmula y vuelve a recurrir a la comedia para contrarrestar los tiempos oscuros en que vivimos; y nada mejor que hacer coincidir la final del mundial de fútbol de Sudáfrica con la historia de un atajo de perdedores españoles que un buen día se convierten en ganadores. Pero cuidado, no estamos hablando de futbol. El director cántabro realiza una comedia de enredo repleta de situaciones disparatadas y sentimientos humanos. Al igual que ocurriera en “Primos”, volvemos a ser testigos de su especial talento para los diálogos ingeniosos, al mismo tiempo que asistimos a la defensa de valores tradicionales tan “pasados de moda” como el compromiso, la familia, el sacrificio, la confianza y la lealtad.
Que no salten las alarmas; “La Gran Familia Española” no es una película dogmática ni tiene nada que ver con la Iglesia; la boda que está a punto de celebrarse al inicio de su metraje no es religiosa, y la familia protagonista no puede ser más disfuncional; y si habla de principios morales, lo hace desde un punto de vista visceral, eludiendo lo políticamente correcto y las normas sociales preestablecidas. Daniel Sánchez Arévalo apuesta por desenmascarar la gran mentira que envuelve a las relaciones humanas y aboga por la recuperación de la inocencia como base de las mismas.
El cuarto largometraje del cineasta español comienza con un magnífico plano secuencia que no solo supone una elegante presentación de los personajes principales, sino también un alarde de puesta en escena; el espectador enseguida comprende que no está presenciando una comedia más de consumo rápido. El ritmo narrativo es fluido, los diálogos son inteligentes, la dirección de actores es minuciosa, y las líneas argumentales están entrelazadas artesanalmente.
“La Gran Familia Española” vuelve a dejar constancia de la inmensa química entre Daniel Sánchez Arévalo y sus actores fetiche; la simbiosis es perfecta. Pero el director amplia sus horizontes en esta ocasión, y además de regalar magníficas líneas de diálogo a unos inspirados Antonio de la Torre y Quim Gutiérrez, hace lo propio con Héctor Colomé, Miquel Fernández, y el irregular pero prometedor Patrick Criado. Mención especial merece la interpretación de Roberto Álamo, una de las sorpresas más agradables de la película, tanto por la comicidad y ternura que aporta a su personaje, como por la dificultad del mismo.
Puede que las situaciones más logradas de “La Gran Familia Española” no estén a la altura de los puntos álgidos de su anterior película, pero indudablemente, es otro paso en firme en la filmografía de su director y una de las mejores comedias del año. Daniel Sánchez Arévalo sigue rechazando la tentación de dejar sus películas en manos del piloto automático; demuestra una mayor ambición temática y exhibe una amplia gama de recursos que convierten este film en una obra más compleja y sofisticada. «La Gran Familia Española» hace reír, invita a la reflexión, y sobre todo, no insulta la inteligencia del espectador.
Carlos Fernández Castro