La Mejor Oferta (La Migliore Offerta) (2013)
Nota: 6
Dirección: Giuseppe Tornatore
Guión: Giuseppe Tornatore
Reparto: Geoffrey Rush, Jim Sturgess, Sylvia hoeks, Donald Sutherland, Philip Jackson, Dermot Crowley
Fotografía: Fabio Zamarion
Duración: 124 Min.
Si Hitchcock levantara la cabeza, citaría el último largometraje de Giuseppe Tornatore como ejemplo perfecto de lo que un cineasta debe evitar a toda costa: engañar al espectador. Ni siquiera el alarmante estado de forma del director italiano justifica la utilización de un recurso tan rastrero como éste; y es que desde que dirigiera “Una Pura Formalidad”, su última gran obra, parece haber perdido el talento que evidenciaban sus primeros trabajos. “La Mejor Oferta” es una película entretenida, pero muy alejada de lo que cabría esperar del responsable de “Cinema Paradiso”.
El cineasta italiano plantea un punto de partida interesante y repleto de suspense. Lo que nace como una relación profesional, se transforma en una improbable historia de amor entre dos personas atrapadas en la soledad; ambos se obligan mutuamente a salir de su zona de confort, y de este modo logran cicatrizar antiguas heridas que hasta ese momento parecían incurables. Aplaudiría esta idea si el resultado final no estuviera supeditado a una treta de dudosa justificación; porque, Señor Tornatore, ¿acaso es necesario recordarle que el fin no justifica los medios?
Seamos sinceros; las típicas estructuras narrativas basadas en engranajes perfectos empiezan a resultar repetitivas; al igual que el autómata trabajosamente reconstruido por Virgil (Geoffrey Rush) y Robert (Jim Sturgess), las múltiples piezas que componen esta película la convierten en un producto que, aún siendo sofisticado, solamente funciona a través del engaño y no aguanta un segundo visionado.
La jugada es evidente, e incluso llega a ser descarada por momentos; mientras observamos las tramas secundarias del film, sospechamos que están destinadas a cumplir un cometido inesperado en el desenlace. De esta manera, la historia de amor protagonizada por Virgil (Geoffrey Rush) y Claire (Sylvia Hoeks) no alcanza la intensidad esperada, ya que la atención del espectador está demasiado dispersa intentando encajar las piezas restantes. Estamos ante el típico caso en que el director tiene complejo de prestidigitador; el único problema es que sabemos que las cartas están marcadas, lo cual resta bastante encanto al conjunto.
Tornatore exhibe orgulloso el resultado final, igual que un niño encaja el triángulo en un hueco con forma de cuadrado esperando el reconocimiento compasivo de sus progenitores. Desgraciadamente para él, después de concederle nuestro tiempo y nuestro dinero, no tenemos porqué ser transigentes con sus perversas y torpes intenciones.
Carlos Fernández Castro
http://youtu.be/oz4GkhUvxno
