To the Wonder (2012): una carta a Terrence Malick
Escrito por Carlos Fernández Castro el 14/4/13 • En la Categoría Cine moderno,Críticas de cine,2013
Nota: 6,5
Dirección: Terrence Malick
Guión: Terrence Malick
Reparto: Ben Affleck, Olga Kyrulenko, Javier Bardem, Rachel McAdams, Tatiana Chiline, Charles Baker
Fotografía: Emmanuel Lubezki
Duración: 112 Min.
¿En qué estabas pensando, Terry? Querías contarnos qué significa el amor para ti: una droga capaz de hacer sentir a un hombre el ser más poderoso; o por el contrario, la persona más triste sobre la faz de la tierra. Querías analizar sus diferentes formas: amor carnal, amor fraternal, amor espiritual, amor a la naturaleza. ¿Querías reflexionar sobre qué sucede cuando un ser humano deja de creer en el amor? Siempre has sido capaz de llegar hasta los lugares más recónditos del alma humana e interpretar los pensamientos más difíciles de expresar; y todo ello, sin resultar evidente o explícito. Mediante la insinuación, has invitado al espectador a sumergirse en cada una de tus nuevas aventuras.
Pero esta vez has cerrado las puertas de tu fortaleza; antes (tú) insinuabas, ahora (nosotros) intuimos. Antes salías a recibirnos y nos guiabas por los sinuosos pasillos de tu subconsciente. Esta vez hemos tenido que entrar como ladrones en la noche, sin la certeza de saber si íbamos a ser bien recibidos; y al regresar, hemos seguido sin saberlo. Hemos venido a ver tu nueva obra, pero no has comparecido; has creído que era suficiente dejar retazos de las piezas inconexas que representan tus últimas divagaciones. Pero tu voz ya no es clara y potente como lo era antes; solo hemos escuchado susurros lejanos, en los que, de vez en cuando, somos capaces de identificar ciertas palabras: amor, rechazo, compromiso, fe, duda, arrepentimiento, traición, desconcierto…
Creo entender qué has intentado decir, pero solo lo creo. Quizás has tenido problemas en la fase de montaje; o quizás te has abandonado a una planificación demasiado etérea, persiguiendo que lleguemos a tocar lo intangible, que entendamos aquello que no tiene explicación. Como hiciste en «El Árbol de la Vida», has recopilado imágenes que representan lo que no puede expresar un ser humano; has vuelto a dar un cierto protagonismo a la naturaleza, pero sobre todo has querido hablar del hombre a través del hombre. Sin embargo, tu mente ha empezado a volar y has hecho una película para ti mismo. Porque «To the Wonder» no es más que una recopilación de bellísimos planos que evocan tus pensamientos más recurrentes. Todos guardamos en nuestra mente una serie de imágenes que, aún siendo fugaces y aparentemente irrelevantes, representan infinidad de ideas, evocan determinados sentimientos, nos conmueven profundamente…pero solo en nuestro mundo interior, personal e intransferible.
Intuyo cierta voluntad narrativa en las secuencias protagonizadas por Ben Affleck y Javier Bardem; relleno los espacios en blanco e intento adueñarme de sus emociones, pero no puedo. Siento frialdad, distancia; no me has invitado. ¿Has dado instrucciones a tus actores para interpretar sus papeles? Los diálogos son residuales; ahora más que nunca, la voz en off que habitualmente utilizas en tu cine lidera la narración y acompaña a las imágenes desnudando el interior de tus personajes.
Tengo la sensación de que los actores se han sentido desorientados ante tanta libertad; Ben Affleck ha dado rienda suelta a su sempiterna inexpresividad, aunque celebro que haya tenido la oportunidad de aprender de uno de los grandes para sus próximos proyectos como director; Olga Kurylenko ha permitido aflorar la niña que lleva dentro, jugueteando delante de la cámara y dejándose llevar sin límites, hasta caer en el ridículo; Rachel McAdams ha abandonado definitivamente su status de promesa para reclamar un puesto entre las actrices llamadas a liderar el cine actual, pero tú has recortado gran parte de intervención, o sencillamente no has querido otorgar a su personaje el protagonismo que reclamaba. Y qué voy a comentar sobre Javier Bardem; sabías que era capaz de dar consistencia al papel más endeble, y te has refugiado en su presencia, su voz y sus movimientos.
En resumidas cuentas, he disfrutado intentando comprender tus pensamientos, pero me he quedado frío; he vuelto a admirar tu habilidad para recoger estampas de una belleza sobrecogedora y tu talento como observador. Pero, aun siendo un incondicional de tu cine, valedor de tus nuevas estructuras narrativas, y defensor de tu afán por innovar el arte cinematográfco, he de reconocer que me he sentido decepcionado. No obstante, aplaudo el intento, y reconozco que te exigimos más que a cualquier otro cineasta porque eres Terrence Malick, porque tu nombre siempre ha sido sinónimo de genialidad. Tal vez a la próxima.
Carlos Fernández Castro