El Gran Carnaval (Ace in the hole) (1951)
Nota: 8
Dirección: Billy Wilder
Guión: Billy Wilder, Lesser Samuels, Walter Newman
Reparto: Kirk Douglas, Jan Sterling, Robert Arthur, Poter Hall
Fotografía: Charles Lang Jr.
Es increíble comprobar cómo, en ocasiones, la realidad iguala o incluso supera a la ficción. Debido a mi enfermiza mente cinematográfica, lo primero que me vino a la cabeza cuando leí la noticia sobre los mineros chilenos, fue la mítica película de Billy Wilder “El Gran Carnaval”. Y no es casualidad, ya que el argumento de dicha obra guarda semejanzas con la situación vivida recientemente, más allá de lo imaginable: el campamento que se ha formado en torno a la localización de la mina, el exhaustivo seguimiento por parte de la prensa y los periodistas sin escrúpulos que, dejando de lado la labor informativa, hurgan en la vida privada de las víctimas, con el único afán de lograr notoriedad. Precisamente todos estos mal llamados periodistas están magníficamente representados en un solo personaje de la película que nos ocupa: Charles Tatum (Kirk Douglas).
La cinta data de 1951, por lo que algunas de las situaciones reflejadas en ella han quedado ligeramente obsoletas, lo cual no quiere decir que haya envejecido mal, sino que las cosas ahora se hacen de otra manera. El mensaje del director austriaco es perfectamente trasladable a la sociedad en la que vivimos; es más, me atrevería a decir que hoy día es más actual que en el momento de su estreno.
Wilder dirige su enfurecida mirada al mundo del periodismo, construyendo un protagonista que no duda en prolongar la situación límite en que se encuentra el minero, para alargar y exprimir la noticia al máximo. Antes de todo esto, ya nos anticipa, muy elegantemente, la visión que éste despreciable periodista tiene de la profesión. En el plano en cuestión, Tatum se burla de un cuadro que hay en la redacción del periódico en el que trabaja; en el se puede leer “Tell the Truth” (di la verdad). Podemos observar otro ejemplo de su ética periodística cuando le comenta al chaval, con el que se dirige a cubrir la noticia, su concepción de lo que es una buena noticia: «Las malas noticias son las que venden; una buena noticia, no es noticia»; toda una declaración de intenciones.
Se suele hablar del Wilder mas despiadado al hacer referencia a esta película, pero algunos parecen olvidar obras como “El Crepúsculo de los Dioses”, “Perdición” y “Días sin Huella”, que reflejan, al igual que sus comedias, muchas de las miserias del ser humano. Y es que el director de «Sabrina» no solo dirige su crítica al mundo del periodismo, sino que aprovecha todo el circo que se monta en torno al pobre minero atrapado, para mostrar el egoísmo del ser humano; para ello, utiliza el personaje interpretado por Jan Sterling, la esposa del minero.
La película acaba con uno de los planos mas impactantes que haya tenido jamás una película de Wilder; un ejemplo de virtuosismo y saber rematar un argumento. No os la perdáis.
Afortunadamente…
– Wilder trabajó en su juventud de periodista y sabía de qué hablaba; además, era un visionario.
– La película cuenta con una magistral interpretación de Kirk Douglas, en cuya boca las palabras del vienés resultan de una naturalidad aplastante.
Desgraciadamente…
– Muestra una ira y un desprecio desmesurado hacia la profesión en cuestión, llevando las situaciones demasiado al límite hasta el punto de que nos cuestionemos su credibilidad….aunque igual no exagera.
Carlos Fernández Castro
No puedo estar más de acuerdo, hay un Wilder oscuro que sobre todo en el Crepúsculo de los Dioses es magistralmente dañino. El Gran Carnaval como muy bien dices no sólo ha envejecido bien si no que seguramente cuanto más tiempo pase, más fiel será a esta sociedad que tan fácilmente se deja guiar por los medios de comunicación. Kirk como siempre irradia fuerza y carisma, que talento natural tenía este hombre, daba igual el personaje que hiciera, siempre conseguía darle a su interpretación esa energía que ha hecho de él uno de los más grandes.
Magnífica película El Gran Carnaval, a mi también me vino a la mente cuando vi el espectáculo que se ha montado con los mineros chilenos, la realidad supera tantas veces a la ficción…
Creo que la diferencia de «El crepúsculo de los Dioses» y «El Gran Carnaval» frente al resto de su filmografía es que en estas dos obras va de cara. En muchas otras baña de una fina capa de miel su verdadero mensaje, aunque no hay que escarbar casi nada para descubrir qué es lo verdaderamente quiere transmitir.
En cuanto a Kirk, me parece un actor espectacular, magnífico, talentoso y potente, pero algo limitado. Fue lo suficientemente inteligente para escoger siempre papeles en los que no desentonara y dominara la situación.