El Niño de la Bicicleta (Le Gamin au Velo) (2011)
Nota: 8,5
Dirección: Jean-Pierre y Luc Dardenne
Guión: Jean-Pierre y Luc Dardenne
Reparto: Cecile de France, Thomas Doret, Jeremie Renier, Olivier Gourmet
Fotografía: Alain Marcoen
Las sensaciones que experimentas durante el visionado de «El Niño de la Bicicleta» son aquellas que sientes cuando el cine toca tu corazón; cuando te conmueve y no tienes la sensación de haber sido manipulado en búsqueda de un llanto fácil. En su última obra, los hermanos Dardenne no solo nos deleitan con una clase magistral de sensibilidad cinematográfica, sino que también se erigen en los máximos revitalizadores del cine social europeo.
Sinopsis: Ciryl, un niño de 11 años, ha escapado del hospicio donde habitaba. Su padre le dejó allí, prometiendo volver a por él cuando su suerte cambiara. Cyril decide ir al apartamento donde ambos vivían, pero no le encuentra allí; al salir, es descubierto por el personal del hospicio y decide refugiarse en un gabinete médico donde conoce a Samantha, una mujer que cambiará su vida, aceptando acogerle todos los fines de semana.
Cecile de France y Thomas Doret en «El Niño de la Bicicleta»
Todavía recuerdo nítidamente la primera vez que vi «Rosetta», una película dura, seca, demoledora, y un tanto fría, que en 1999 ganó la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes. Premios aparte, los cineastas belgas demuestran haber mejorado con el tiempo, aproximándose a sus espectadores con cada nueva obra y realizando un cine mas accesible que, al fin y al cabo, transmite mejor sus intenciones.
Los Dardenne narran su historia con una objetividad equilibrada; es decir, no llegan a mostrarse indiferentes, pero tampoco se decantan por ninguno de sus personajes, permitiendo que el espectador juzgue por si mismo lo que está observando en la gran pantalla. Los protagonistas de «El Niño de la Bicicleta» no son buenos o malos, son personas en las que identificamos comportamientos que nos resultan muy familiares, tanto positivos como negativos. Ante sus disyuntivas, entendemos perfectamente la tensión que generan ese tipo de problemas vitales tan poco cinematográficos, pero que, adecuadamente expresados, son capaces de meterse debajo de nuestra piel.
Thomas Doret (Cyril) en «El Niño de la Bicicleta»
Jean-Pierre y Luc no solo dirigen la película con un tacto exquisito, sino que escriben un guión portentoso, en el que se suceden multitud de situaciones con una fluidez y naturalidad dignas de elogio, y en el que se construyen unos personajes verdaderamente sólidos. Los vínculos entre Cyril y Samantha no parecen nacidos por ciencia infusa, ni son el resultado de reacciones repentinas sin ningún tipo de explicación; nacen al compartir ambos momentos buenos -solo posibles desde la comprensión y el sacrificio- y momentos malos -casi tan importantes como los primeros-. Evidentemente, Cecile de France y Thomas Doret contribuyen de una manera determinante a la verosimilitud de las situaciones propuestas en el guión, que en muy contadas ocasiones rozan lo irreal.
Renunciando como siempre a realizar alardes visuales, los Dardenne vuelven a optar por una estética naturalista, que en cierto modo potencia la verosimilitud de su propuesta. A través de una puesta en escena eminentemente austera, evitan la distracción y focalizan toda la atención del espectador en la magnífica historia que han escrito para la ocasión.
Cuando finaliza la proyección de «El Niño de la Bicicleta» -a parte de quedarte fascinado por un desenlace sorprendente-, sientes una extraña sensación de alivio, porque la última creación de los directores de «El Niño» no solo es un golpe seco en tu mandíbula, sino también un relativo canto a la esperanza en un mundo regido por la ley del más fuerte, dominado por el egoísmo, en el que el camino más fácil suele llevarte al destino equivocado; pero también un mundo en que el amor, la paciencia y el sacrificio pueden regalarte una segunda oportunidad.
Carlos Fernández Castro
http://youtu.be/wGZkHkyWEOg
