El Ilusionista (The Illusionist) (2010)
Nota: 8
Dirección: Sylvain Chomet
Guión: Jacques Tati (guión original), Sylvain Chomet (adaptación)
Reparto: Animación
El proyecto de “El Ilusionista” parecía estar condenado a algo grande desde el principio: un guión de una leyenda del cine francés, el director de una joya de la animación como “Bienvenidos a Belleville”, siete años de preparación… que saliese una buena película era casi obligatorio. Y efectivamente, “El Ilusionista” es otra pequeña gran maravilla. Una comedia de sonrisas y tristes personajes, un bonito y nostálgico homenaje al cine mudo y al mundo de un artista único como fue Jacques Tati.
Argumento: 1959. El viejo ilusionista Tatischeff no pasa por su mejor momento. Cada vez le cuesta más encontrar trabajo en los escenarios y se ve obligado a viajar por toda Europa, recorriendo todo tipo de teatros y bares de poca monta. Un día, una chica de pueblo (Alice) impresionada por sus trucos empieza a seguir al mago en su trayecto, una dificultad que va a cambiar los planes del solitario showman.
En su mayor parte, todas las peculiares características de “Bienvenidos a Belleville” se repiten en “El Ilusionista”: Como en “Bienvenidos A Belleville”, Chomet presume de dominio de narración y expresión en imágenes. Sus personajes, casi todos con diversas dificultades idiomáticas, no hablan, se comunican y nos comunican mediante expresiones faciales, movimientos y hasta gruñidos. Sin embargo, pese al mutismo general, el sonido es uno de los puntos más interesantes y más trabajados del filme; los ruidos de la ciudad, los sonidos de cada paso, cada soplo, se oyen y casi se respiran por el realismo del sonido ambiente, herencia, por supuesto, de las cintas de Tati. Incluso la música que va acompañando al entrañable y estirado Tatischeff, siempre con base de piano, es fantástica.
La animación es también muy parecida a la de su primer largometraje; se mantiene un dibujo tradicional a la Disney, con diversos retoques digitales para la iluminación, que termina de proporcionar un ambiente clásico a la película. Se notan y se agradecen los esfuerzos por cuidar unos preciosos exteriores (en particular los escoceses), tanto en la ciudad como en el campo.
La película se distancia de su antecesora en la construcción de los dos protagonistas y la relación entre ellos, inspiradas en ambos casos en Tati y su hija. Más allá del evidente parecido físico, reconozco a Tati en Tatischeff en su personalidad, en su manera de afrontar las cosas y entender el mundo, en su filosofía de vida. Tatischeff pertenece a una sociedad que en 1959 empieza a hacerse anticuada; tiene que afrontar un mundo que ya no necesita la magia, donde la ilusión se desvía hacia otro tipo de espectáculo. Los equilibristas, ventrílocuos y payasos ya no mantienen un gran interés. Alice es en cambio el contacto con ese estado de fascinación puro por este tipo de espectáculos, una chica de pueblo inocente que todavía cree en los trucos de Tatischeff. Su llegada a la ciudad empieza a cambiarlo todo. Gracias a ellos y sus reacciones encontramos el gran tema transversal en la obra del director de “Mon Oncle”: el conflicto con la modernidad, la añoranza de una vida basada en lo humano y sencillo, en el verdadero contacto con las personas. Por eso mismo da un poco de rabia que sea tan corta la película, porque habría sido interesante profundizar algo más en estos personajes.
Echándole un vistazo a sus atractivas compañeras de cartelera, es presumible que “El Ilusionista” termine sin obtener la atención necesaria. La verdad es que sería una pena porque la película no se merece ser relegada para goce exclusivo de los cinéfilos. Es una historia que no da nada por supuesto, no tiene pretensión alguna. Los trucos de nuestro ilusionista puedes creértelos igual, conozcas a Tati o no.
En definitiva, cintas como estas confirman que el cine de animación para adultos sigue en plena forma. Solo espero que, gracias a este tipo de películas, el género (o subgénero) pueda hacerse con un trozo más grande del pastel industrial porque ha demostrado, y repetidas veces, que es muy aprovechable.
Arturo Tena
Cine de animación para adultos en plena forma, como bien dices, pero tan escaso… Una pequeña maravilla esta película.
Saludos!
Buenas babel,
estoy muy de acuerdo con lo que comentas: demasiado escaso. Como escribo en la crítica, sería una buenísima noticia que la industria prestase más atención a un género que, evidentemente, tiene mucho potencial. Parece que poco a poco, a base de peliculones, empezará a tener más hueco.
Muchas gracias por pasarte por aquí y comentar.
Gran blog el tuyo.
Un saludo