Noche y Día (Bam gua nat) (2008)
Nota: 8
Dirección: Hong Sang-soo
Guión: Hong Sang-soo
Reparto: Ju-bong Gi, Cyril Hutteau, Su-Jeong Hwuang, Yeong-ho Kim
Fotografía: Kim Hoon-kwang
EN POCAS PALABRAS (para los impacientes)
Como primera experiencia con el director Hong Sang-soo, he de reconocer que «Noche y Día» ha superado mis expectativas. Se trata de un cine diferente al que estamos acostumbrados a ver en Europa y Estados Unidos; lejos del bombardeo de imágenes, que últimamente representa la normalidad en nuestro cine, el director coreano se toma su tiempo al mostrar las reacciones de sus personajes en sus vivencias diarias y filma el devenir de los acontecimientos a través de pinceladas independientes e inconexas en apariencia, que sorprendentemente acaban componiendo un fidedigno cuadro vital del protagonista. «Noche y Día» tiene sus toques de humor, pero no es una comedia; es una película que habla sobre la soledad y la necesidad que tenemos de cubrir determinados carencias afectivas.
SI QUIEREN PROFUNDIZAR…
Argumento: Sung-nam es un reconocido pintor coreano que vive felizmente casado en Corea del Sur. Durante una juerga, coincide con unos turistas americanos con los que acaba bebiendo demasiado y fumando marihuana. Al ser sorprendido bajo los efectos del alcohol y las drogas, decide huir rápidamente a París para no ser arrestado y encarcelado. Una vez en la capital francesa, se instala en una pensión regentada por un coreano. Mientras su mujer permanece en Seoul, él decide esperar una temporada. El dueño de la pensión le presenta a Hyun-ju, una chica que estudia Bellas Artes, para que le enseñe los sitios de interés de la ciudad. A través de ella, conoce a Yu-Jeong, una estudiante de la que se encapricha perdidamente.
La historia que cuenta «Noche y Día» vascula entre las dos vidas que lleva su protagonista; durante el día deambula por la ciudad sin saber muy bien qué hacer ni tener una vida estructurada; durante la noche, habla por teléfono con su mujer, intentando mantener su matrimonio a salvo. La reflexión que ofrece Hong Sang-soo es muy interesante; saca a su protagonista de su entorno y lo coloca en un país extraño, con una cultura diferente y a miles de kilómetros de su mujer y familia.
Resulta fascinante ver como, poco a poco, los lazos que tan fuertemente unían al protagonista con su mujer van aflojándose lentamente, a medida que la distancia erosiona su matrimonio y fortalece la necesidad de satisfacer sus instintos mas primarios. Pero la gran triunfadora «Noche y Día» es la soledad que sienten sus protagonistas; Sung-nam, al sentirse desplazado de su entorno tiene que emprender una nueva vida en la que todo es desconocido y las horas transcurren muy lentamente. Hyun-ju y Yu-Jeong, a pesar de llevar viviendo una temporada en París, se sienten solas y tienen grandes carencias afectivas.
Los 145 minutos de metraje de «Noche y Día» transcurren como si en la pantalla no estuviera sucediendo nada importante. Y puede que sea así, ya que nuestro día a día no esta repleto de sucesos extraordinarios; pero cuando miramos atrás, las cosas han cambiado. Esa es la táctica que parece utilizar el cineasta coreano cuando intenta plasmar sólo aquello que le interesa, pero de una manera naturalista y creíble para el espectador. La narración resulta muy fluida y gracias a un ritmo pausado llegamos a comprender los estados de ánimo de cada personaje y sus verdaderas motivaciones al hacer lo que hacen.
Afortunadamente, Hong Sang-soo no se toma demasiado en serio a si mismo y escribe determinadas situaciones con clara vocación cómica, dando un respiro al espectador y convirtiendo el visionado de su película en algo especial. Estamos ante una película que ofrece mucho al espectador, prescindiendo de grandes alardes técnicos; lo que le interesa es la historia que cuenta, y en ese aspecto Hong Sang-soo se entrega en cuerpo y alma a su cometido.
Carlos Fernández Castro