Juntos hasta la Muerte (Colorado Territory) (1949)
Nota: 9
Dirección: Raoul Walsh
Guión: Edmund H. North y John Twist. (Novela: W. R. Burnett
Reparto: Joel McRea, Virginia Mayo, Dorothy Malone
Fotografía: Sid Hickox
Raoul Walsh, ocho años después de rodar «El Último Refugio» (High Sierra), decidió volver a hacer otra versión de la misma historia (del prolífico W. R. Burnett) situándola esta vez en el Oeste, en ese oeste de misiones abandonadas y cementerios indios custodiados por imponentes acantilados.
En «Juntos hasta la Muerte», Wes McQueen (McRea) escapa de la cárcel para dar un último golpe, aquel que le permita convertirse en granjero y llevar una vida honrada, mientras se debate entre el amor de dos mujeres: La hija de un granjero y Colorado Carson, la acompañante de la banda de ladrones a la que se une para robar un tren y poder cumplir sus sueños.
A pesar de las similitudes con El último refugio, no es la misma película, es un nuevo desarrollo de un mismo punto de partida argumental, con personajes y situaciones distintas, con distinto ritmo. Con una premisa común, Walsh filmó una película de cine negro y un western que figuran entre lo mejor de su género, sabiendo adaptarse no sólo formalmente al estilo de cada uno, sino captando la esencia final.
Walsh firma un western amargo, intenso, lleno de valentía, amor, amistad, traición, pasión y acción. Los actores protagonistas son capaces de construir unos personajes derrotados, desesperados, que encuentran un motivo para luchar contra el destino. Especialmente bueno es el retrato que hace Virginia Mayo de Colorado Carson, una mujer para la que la lealtad no es una virtud, sino una forma de vida, a la que el amor es capaz de redimir. Joel McRea también realiza una gran interpretación, de esas en las que las miradas llenan los silencios de los guiones, un forajido que se ha cansado de huir, de vivir una vida que no era la que había planeado, de construir espejismos. Y todo, en una película en la que no hay ni buenos ni malos, sólo personas que han acabado en uno de los lados de la ley y que se ven obligadas a enfrentarse.
La película nos lleva a través de una doble trama: La centrada en el asalto al tren, con los preparativos, las sospechas, con la trepidante secuencia del atraco magníficamente rodada, como sólo podía hacerlo alguien tan experimentado en exteriores como Raoul Walsh; y la centrada en los personajes, en esa mirada cansada de Joel McRea y en los ojos ansiosos de Virginia Mayo, en los sueños de sus protagonistas. La película mantiene un perfecto equilibrio entre ambos, con un ritmo que crece a medida que avanza el metraje, hasta desembocar en un memorable final que funde ambas tramas.
«Juntos hasta la Muerte» nos atrapa en su historia de redención, de búsqueda, de tipos duros y mujeres que buscan el amor y nos transporta a esos paisajes que sólo se dan cerca de la frontera con Méjico, donde las ilusiones de los forajidos luchan por realizarse, donde la única banda sonora son las viejas campanas de una misión abandonada.
Clara Ochoa