Los Cronocrímenes (2007)
Nota: 7,5
Dirección: Nacho Vigalondo
Guión: Nacho Vigalondo
Reparto: Karra Elejalde, Nacho Vigalondo, Bárbara Goenaga, Candela Fernández
Fotografía: Flavio Martínez Labiano
Seguro que muchos habéis oído hablar de Nacho Vigalondo; algunos incluso habréis visto «7:35 de la mañana», su corto más famoso. Pero a tenor de sus resultados en taquilla, pocos fueron los que dieron una oportunidad al que fue su primer largometraje. No obstante, la película cosechó un sorprendente éxito más allá de nuestras fronteras. «Los Cronocrímenes» es una película distinta a todo lo que se suele hacer en nuestro país; aborda un género, la ciencia ficción, del que tradicionalmente han huido nuestros cineastas, y lo que es más importante, lo hace con personalidad, como haría el irrepetible John Huston.
Argumento: ¿Solucionaría tus problemas poder volver al momento en que estos nacieron? Y si fallas en tu segunda oportunidad, ¿crees que conseguirías arreglar lo que hiciste mal en una tercera? Haría falta algo parecido a una maquina del tiempo; Nacho Vigalondo te la ofrece en esta película.
Bien cierto es que en sus primeros minutos, debido al extraño planteamiento de esta rara avis del cine español, el espectador puede llegar a sentirse algo desconcertado. Incluso en ciertos momentos, la cinta se acerca peligrosamente al ridículo, como sucede en algunas de las obras del gran M. Night Shyamalan; pero cuando queremos darnos cuenta y dejamos pasar los minutos, la tela de araña que lentamente ha tejido su director, nos ha atrapado sin posibilidad de escape.
Es evidente que la estética «Los Cronocrímenes» no alcanza la exhibida por muchas películas americanas del mismo género, pero aún así, este factor no llega a perjudicar al film. Vigalondo demuestra en todo momento hacia donde quiere llevar su complejo guión y lo dirige con pulso firme y confiado en sus posibilidades, compensando con creces la autoimpuesta carencia de medios en favor de la libertad creativa.
La originalidad del argumento de este film es una de sus grandes bazas, y contradictoriamente uno de sus handicaps, ya que al plantear tantas realidades paralelas sobre un misma situación, es fácil dejar escapar algunos detalles, dificultando la absoluta comprensión de la trama. A pesar de ello, la película se disfruta con intensidad, y según vamos retirando las diversas capas que conforman su trama, volvemos a sorprendernos con un nuevo punto de vista a cerca de una misma realidad. No es necesario comentar que gracias a esta virtud/defecto, sucesivos visionados revelan nuevos datos que ayudan a completar las lagunas que pudiera haber generado el primero de ellos. Por esa misma razón, y emulando al protagonista de esta película, puede que volviendo al principio, podamos resolver nuestras dudas o enredarnos un poquito más.
El director cántabro, ante lo arriesgado de su propuesta, necesitaba un gran actor sobre el que descargar parte del peso de la misma. Demostrando un gran olfato en su elección, se decantó por Karra Elejalde, aparentemente poco carismático, pero de un inmenso talento. Elejalde devuelve la confianza depositada en su persona, aportando un toque especial a su personaje, y consiguiendo así una interpretación tan memorable como comprometida.
Cuando pienso en cómo me gustaría que fuera nuestro cine, pienso en obras como «Los Cronocrímenes». Pero enseguida vuelvo a la realidad, porque precisamente todo aquello que resulta atractivo de esta película, fue causante del escaso presupuesto que obtuvo su director para rodarla; su originalidad, su atrevimiento y su extraño sentido del humor son características que parecen asustar a los productores de nuestro país. Mientras tanto esperaremos impacientemente «Extraterrestre», su próxima película.
Carlos Fernández Castro
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