Morente (2011)

Nota: 6

Dirección: Emilio R. Barrachina

Guión: Emilio Barrachina, Enrique morente

Reparto: Enrique Morente, Estrella Morente, Soleá Morente, Jorge Enrique Morente, Aurora Carbonell

Fotografía: Varios

EN POCAS PALABRAS (para los impacientes)

Esta obra es un homenaje accidental al celebérrimo cantaor flamenco Enrique Morente, ya que tan sólo una semana después de ser rodado, su protagonista nos dejó sin previo aviso. Lo que en un principio pretendía ser un reflejo de su último trabajo en torno a los poemas de Pablo Picasso, pintor al que idolatraba, ha pasado a ser un epílogo forzoso a un vida llena de logros y guiada por una pasión: el flamenco. Las imágenes de este trabajo recorren algunas de las últimas y más espectaculares actuaciones del cantaor granadino; la realizada en julio de 2010 en el Patio de Armas del Recinto Amurallado de Buitrago de Lozoya (Madrid), la que tuvo lugar en el Teatro Liceo de Barcelona en septiembre del mismo año y la única que realizó junto a sus tres hijos en los Baños Árabes de Granada…En definitiva, momentos que dejan constancia del talento que atesoraba este magnífico artista, pero que, junto al resto de entrevistas y conversaciones, no logran construir una unidad coherente.

SI QUIEREN PROFUNDIZAR…

A lo largo del metraje, Emilio R. Barrachina recorre junto al cantaor y varios miembros de su familia las calles de Granada, visitando lugares emblemáticos de la ciudad y hablando sobre su visión a cerca del mundo del flamenco. A su vez, intenta dar una visión a cerca de la persona mediante conversaciones con sus tres hijos; a pesar de ello, el espectador acaba con la sensación de no haber sacado mucho en claro. Del mismo modo, a la hora de profundizar en el Enrique Morente cantaor, Barrachina no es capaz de revelarnos las motivaciones que le movían a seguir en el mundo del flamenco o las que le empujaron a iniciarse en el. Desgraciadamente, es una oportunidad que no volveremos a tener.

Quizás la intención del documentalista era centrarse únicamente en las actuaciones de Morente con motivo de su último trabajo, pero desde fuera no da esa impresión. En ocasiones, el director parece interesarse por los inicios y evolución de su carrera, pero desiste inmediatamente, probablemente despistado por la admiración que profesaba al cantaor. Las numerosas actuaciones que contiene esta obra, nos ayudan a familiarizarnos con el arte de Morente, pero nos impiden llegar a entenderlo mejor como artista. A pesar de ello, este trabajo contiene momentos memorables, que pueden ser apreciados por adictos y profanos del flamenco; recomiendo prestar especial atención a las imágenes en que asistimos a la última canción que cantó en su vida, «Angel Caído», compuesta por Antonio Vega, acompañado por el pianista argentino Federico Lechner. Verdaderamente escalofriante.

Carlos Fernández Castro

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