Sherlock (2010)
Recuerdo como si fuera ayer ir a casa de mi vecina a coger el tomo, encuadernado en una preciosa edición rústica, de las obras completas de Sherlock Holmes. Recuerdo llamar al timbre, esperar con avidez que abrieran la puerta, la sonrisa de Emi al dejarme pasar y cómo, tras dejar en su sitio el tomo que llevaba en la mano, cogía el siguiente. Es uno de los grandes momentos de mi niñez. Recuerdo cómo me apoyaba en la pared tumbado en la cama, el olor que desprendían los libros al abrirlos, como pasaban las horas, se hacía de noche y yo seguía tan absorto como al principio.
Sherlock Holmes siempre ha sido uno de mis personajes favoritos. Brillante, analítico, excéntrico y arrogante casi a partes iguales. Precursor de tantísimos que llegarían después y de muchos que tenemos ahora; algunos en la propia televisión, el mentalista a su manera y, salvando las distancias, es un claro ejemplo. Por eso, cuando llegó a mis oídos que la BBC preparaba una serie de Sherlock Holmes, que transcurría en la actualidad, torcí el morro como la madre que ve llegar a su hijo con las notas en la mano y mirando al suelo; sobre todo porque adaptaciones catastróficas de clásicos de la literatura tenemos a patadas y una más parecía lo probable.
Cuando vi el primer capítulo todos estos miedos desaparecieron de un plumazo. Es verdad que los primeros minutos me dejaron un poco frío, se veía todo muy actual, Watson un médico que vuelve de la guerra se cruza en el camino de un investigador que ayuda a Scotland Yard. Ese primer encuentro no es precisamente lo mejor de la serie, es un poco forzado y artificial; y la manera de presentar las dotes deductivas de Sherlock te sacan de la serie, por lo menos a mi me hizo pensar «ya estamos, otra adaptación fallida». Con el transcurso de los minutos esta idea se fue desvaneciendo de mi cabeza mientras la serie crecía y crecía, consiguiendo sumergirme en la trama de una historia del Sherlock de Conan Doyle en el Londres actual.
Sherlock es una serie moderna en muchos aspectos. Fiel a una sociedad tomada por las tecnologías, no duda en presentarnos a un Watson con un blog en el que va actualizando sus aventuras en compañía de Sherlock (el blog existe realmente) y un Sherlock que se ayuda de Internet y de su móvil para resolver distintas situaciones que se le van presentando. El detalle de la aparición de los mensajes de texto en pantalla aporta dinamismo y se entremezcla perfectamente con la historia. Esta cuidada factura no esta reñida con el aire clásico que destila en todo momento la producción de la BBC, parsimoniosa cuando debe y frenética cuando el guión lo pide.
El resultado final es un mezcla perfecta entre dos concepciones del mismo personaje con un resultado sobresaliente. Gran parte del éxito, sin desmerecer al resto del reparto, lo tiene el actor Benedict Cumberbatch que entiende y representa a la perfección la complicada personalidad de Sherlock Holmes.
Lo malo o bueno, ya eso va en gustos, es que los ingleses son muy dados a las series de pocos capítulos, en este caso Sherlock en su primera temporada, por llamarlo de alguna manera, consta de tres capítulos de hora y media. Francamente se hace corto, muy corto. Cuando termina el tercero y le tienes cogido el ritmo a la serie, ésta se despide nada más y nada menos que hasta Otoño de 2011 cuando se emitirán otros 3 capítulos con la misma duración. Largo me lo fiáis Watson, la espera se va a hacer muy larga.
David Rubio Lucas
La verdad ame todo. La trama, la forma en que esta contada la historia, los elementos externos al guion. La fotografía, de la serie es genial. Soy audiovisual por lo tanto me fijo en esas cosas. Me gusto la forma en que esta montado, ademas creo que Sherlock esta tan bien personificado es una mezcla entre house, pero perfecta. Solamente puedo dar buenas criticas. Quiero ver los próximos capítulos PRONTO.!