Orange is the new black (Primera Temporada)
Netflix surgió en 1997 como un videoclub con plataforma de vídeo online o por correo. Desde ese comienzo hasta los a los 32 millones de suscriptores en Estados Unidos, Canadá, Latinoamérica, países nórdicos, Irlanda y Reino Unido que tiene en la actualidad, la compañía ha vivido un largo trayecto que recibió un impulso meteórico con la implantación del streaming como sistema de visionado de sus contenidos. El paso siguiente, y casi natural, ha sido el de la realización de sus propios contenidos. Para ello los ejecutivos de la cadena apostaron por valores afianzados en el mundillo televisivo. Primero con la esperadísima “House of Cards” (David Fincher, Joel Schumacher, Kevin Spacey, Robin Wright y Kate Mara) de la que ya hablamos en Bandeja de Plata, y que no respondió a tanta expectativa creada. Más tarde llegaría el estreno de la revivida Arrested Development, una serie mítica a la que no le ha sentado nada bien volver con una tercera temporada. Los nuevos capítulos, en mi opinión, están totalmente descafeinados y carentes de la magia y la chispa que hicieron de esta serie una de las mejores comedias de la historia de la televisión. El tercer proyecto, “Orange is thenew Black”, es el nuevo trabajo de Jenji Kohan autora y productora de series tan conocidas como » Will&Grace», «Chicas Gilmore» y «Weeds». Netflix tiene la particularidad de poner a disposición todos los capítulos de la temporada, lo que para los nostálgicos será un sacrilegio y para los ansiosos una bendición.
Al igual que en «Weeds» la trama gira en torno a una mujer blanca de clase media en un entorno hostil y en el que se desenvuelve gracias almétodo ensayo-error. En «Orange is the new black» la protagonista (Piper) se entrega a la policía por un delito cometido hace años e ingresa en prisión. Como aderezo a esta situación inicial se añade que el delito lo cometió cuando hacía de «mula» para su noviatraficante de drogas. En la actualidad está comprometida con un chico cuyo padre es el abogado que la aconseja entregarse. Esta mezcolanza tan rocambolesca hace que, en un principio, todo suene un tanto forzado. No obstante, he de matizar que la serie está basada en un libro (Orange Is the New Black: My Year in a Women’s Prison) en la que la Piper real cuenta sus desventuras en la prisión que a grandes rasgos es muy parecido a lo que nos cuentan en la serie. Por cierto, si a alguien le interesa saber las diferencias entre la ficción televisiva y lo que realmente pasó, aquí tiene el link : ( http://www.buzzfeed.com/leonoraepstein/6-major-differences-between-orange-is-the-new-black-the-book).
El resultado final es una serie que resulta interesante y divertida mientras el foco de la acción se centra en las situaciones que surgen entre Piper y el entorno carcelario y que flojea cuando nos habla de forma sistemática y repetitiva, a base de «flash backs», de cómo han llegado cada una de las reclusas a dar con sus huesos en la prisión. Mientras las citadas situaciones resultan frescas y cómicas las serie funciona, pero al llegar al final de la temporada la sensación de agotamiento es intensa; no parece que la historia se pueda alargar mucho más sin caer en la repetición de situaciones o tópicos tantas veces vistos. Creo que es el mejor estreno de lo que llevamos de año en Norteamérica, pero es más por demérito del resto que por un exceso devirtudes propias.
David Rubio lucas